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Carta abierta sobre Venezuela para las revolucionarias que dudan

Compañeras, compañeros. El gobierno venezolano no es perfecto como ya saben. Tiene muchos, muchísimos errores, muchas cosas por mejorar, muchos temas que superar. Es lo que tiene llevar a la práctica las ideas, intentar iniciar en la vida real, en la realidad material aquello que pensamos. Que nos tropezamos con mil y una dificultad, que cometemos fallos, errores, e incluso que muchas veces tenemos que lidiar con nuestras propias incoherencias para poder seguir superando etapas, para poder seguir avanzando. Las metas no se consiguen de un día para otro, ni todo sale tan idílico y perfecto como pensamos desde el primer momento, cuando llevamos a la realidad material aquellas ideas sociales en las que creemos.

Con esto no digo que no haya que criticar todo lo que haya que criticar, por supuesto. Precisamente en la crítica, siempre constructiva claro, se mejora y se supera errores. Pero siempre intentando sumar, poner nuestro granito de arena, y no destruir y poner en bandeja a nuestros enemigos (si, a los nuestros también, no solo a los de Venezuela) a nuestras hermanas y hermanos venezolanos.

Porque compañeras y compañeros, la lucha de la revolución bolivariana o del Gobierno de Venezuela como prefieran, es la lucha contra los mismos enemigos comunes que tenemos nosotras aquí, allí, y en cualquier parte del mundo. Sus amenazas, son las mismas que amenazan en cualquier parte del mundo. El imperialismo, particularmente el yankie, pero también el resto de gobiernos del mundo de actitud imperialista: el reino de España, Reino Unido…  y la derecha y extrema derecha internacional. No solo la de los gobiernos mencionados anteriormente sino también la de Colombia por poner otro ejemplo, y al fin y al cabo, cualquier gobierno de derechas se declara enemigo de Venezuela y su revolución.

También la derecha interna del país. Los mismos que la derecha del Reino de España. Pijos hermanados con el Partido Popular y Ciudadanos, y los líderes de estos partidos de extrema derecha hacen una visita cada x tiempo a Venezuela para apoyar a la oposición y desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro. Por cierto, pese a sus intenciones de desestabilizar un país entrar en el mismo sin ningún problema, se reúnen con quien quieren, dan ruedas de prensa, y reciben el apoyo de un gran despliegue de medios de comunicación de una supuesta «dictadura». Obviamente, sus acusaciones de dictadura no se sostienen ante la propia realidad. Pero volviendo al tema, la amenaza a la revolución bolivariana, al gobierno de Venezuela, sus enemigos, son los mismos que los nuestros como he dicho anteriormente, el imperialismo, la derecha y la extrema derecha mundial e interna, los yankies, el ataque a su soberanía nacional…

Con todos sus aciertos y errores, la derrota de la revolución bolivariana traerá todo esto. No existe una tercera opción. No nos engañemos, y pongamos las cartas sobre la mesa sin miedo de una vez por todas: apoyar la derrota de Maduro es, de manera más o menos directa, apoyar el triunfo y la llegada a Venezuela del imperialismo, los yankies y la derecha. Mientras aquí, y en gran parte del mundo decimos combatirlo, en Venezuela, país hermano, apoyamos su llegada. ¿Realmente queremos eso? Porque hacía eso remamos.

Insisto una vez más que el proceso venezolano tiene muchas cosas criticables. Y hay que criticarlas. Pero construyendo, no arrojando a los pies de los caballos de sus enemigos y los nuestros, a nuestras hermanas y hermanos. Dentro de dicho proceso, existen varias corrientes. De lo más variadas. Desde libertarias, a comunistas, pasando por izquierdas moderadas e incluso, pequeña burguesía. Algunos son muy críticos, y defienden esas críticas públicamente claro, con el objetivo de sumar y construir entre todas la revolución y combatir a los enemigos históricos que hemos señalado anteriormente. Esto pasa irremediablemente por el apoyo a Nicolás Maduro (no voy a repetir que significa no apoyarlo) y desde ahí, profundizar en la revolución hacía donde consideremos que es más justo y beneficioso, a la vez que más perjudicial para nuestros enemigos y los de Venezuela. 

Desde el gobierno de Hugo Chavez se ha avanzado. Esto es innegable por cualquier conocedor o conocedora del tema. Se reasignó la renta petrolera para atender las necesidades de los sectores más desfavorecidos por encima de todo, se han llegado a acuerdos con Cuba para «cambiar» maestros, maestras, médicos y médicas por barriles de petróleo. Comenzaron las misiones Robinson y Barrio Adentro que acabaron con el analfabetismo y llevaron por primera vez a médicos y doctoras a los cerros de Caracas y demás barrios pobres de Venezuela. En 10 años se había reducido varios puntos la pobreza absoluta, se había mejorado las infraestructuras, incluso se había fabricado y enviado un satélite al espacio. El proceso bolivariano ha traído entre otras cosas que estoy nombrando y otras muchas que se me quedan en el tintero, la Gran Misión Vivienda Venezuela que este año pretender otorgar 500.000 viviendas al pueblo y se calcula que 2.000.000 de familias venezolanas ya tienen un hogar gracias a este plan del gobierno, algunas de ellas por primera vez en su vida habitan un hogar con los servicios básicos cubiertos, y no una chabola en los cerros. En política internacional,  Venezuela está a la vanguardia de una ofensiva de gobiernos que por primera vez son capaces de organizarse al margen del mandato imperial de Washington. Venezuela se ha convertido en el enemigo número 1 del imperialismo y de los gobiernos de derechas y extrema derecha de todo el mundo, y esto no puede sino hablar bien de Venezuela. Esto son datos, estadísticas, no opiniones. Todos estos logros sociales se han conseguido pese a las sanciones económicas y el acoso y amenaza constante del imperialismo y la derecha internacional. También, se ha seguido avanzando pese a la guerra económica, y el bloqueo interno de la derecha venezolana.

Muchas veces, esa guerra de la derecha venezolana no ha sido solo económica, intentando crear el caos y desestabilizar el país para así forzar una intervención militar yankie and Cia contra su propio pueblo (parece que ser testigos internacionales de lo que significa una intervención militar yankie le es insuficiente. O eso o simplemente tienen muy poco amor y respeto por el pueblo venezolano), sino directamente han sido ataques militares, como el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002 por parte del empresario y jefe de la patronal Pedro Carmona, golpe que apoyaron y firmaron desde dentro toda la oposición venezolana, la patronal, el presidente de la cámara de radiodifusión en representando los medios de comunicación privados, el cardenal representante de la Iglesia Católica, y el presidente de la Asociación de las bancas privadas del país. Internacionalmente no tardaron en respaldar inmediatamente los gobiernos de la extrema derecha de Aznar, en España; el  de Colombia, Bush, en EEUU; y la Unión Europea, entre otros. Después de la derrota del golpe de Estado, el propio Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, órgano independiente del Gobierno, libró incluso de juicio a los golpistas, pese al malestar con la decisión del gobierno bolivariano, y el propio Hugo Chavez, en el 2007, decretó indultos y amnistías a dichos golpistas. Y aún así, hay quienes en sus delirantes ataques a la revolución bolivariana, la llaman dictadura. Los ataques armados y militares contra la gente de izquierda de Venezuela y el propio gobierno, no acaba ahí. Vídeos donde queman vivos a ciudadanos de izquierdas, usan armas de fuego y disparan a matar en las manifestaciones, ponen bombas al paso de la policía o incluso los ataques militares y armados del policía y militar Oscar Perez contra edificios gubernamentales están documentados en Internet.

Las personas con ideas revolucionarias o anticapitalistas, no hemos tenido problemas en solidarizarnos y apoyar la soberanía de Catalunya, pese a que dicho Proces estaba encabezado visiblemente por políticos de derechas, pertenecientes a formaciones históricamente corruptas e incluso parte de la burguesía. Era lo que históricamente tocaba, no había problema, teníamos claro que no era el momento de divisiones o de dudar, sino de apoyar, porque sabíamos que sus enemigos eran los nuestros, y que crear división o dudas en ese momento histórico era debilitar el Proces que se había abierto en Catalunya, y que podía llegado el momento, inclinarse con nuestras aportaciones e influencias hacia líneas más cercanas a las nuestras. Son las etapas que toca ir superando y avanzando, porque los objetivos al 100% no se consiguen de un día para otro. Éramos conscientes que la amenaza a Catalunya, no era una amenaza solo a uno u otro político de derechas de turno, sino un ataque del imperialismo del Reino de España y de los sectores más reaccionarios a la soberanía del pueblo catalán, al propio pueblo catalán en si, por parte de unos enemigos comunes. Y todo esto, teniendo muy poco de afinidad política e ideológica con quienes encabezaban en un primer momento (desde mi opinión el Proces catalá ya no está encabezado por la derecha, o no tanto como les gustaría, sino por el propio pueblo en sí) dicho Proces. Éramos conscientes del momento histórico, y de la amenaza y acoso a la que estaban sometidos. No podíamos dudar, sino apoyar, y dentro de ese apoyo, criticar todo lo criticable como manera de avanzar y profundizar en dicho Proces. Esa era la hoja de ruta. En cambio, con el Proceso Bolivariano, preferimos defender y alinearnos con la línea que amenaza el Proceso, con los imperialistas, con la derecha y el fascismo nacional e internacional, con los yankies… ¿Por qué? ¿Acaso se sienten con mas cercanía a CiU, Artur Más y compañía que con los que componen la revolución bolivariana (libertarias, comunistas, socialistas, gente de izquierdas,…)? Yo creo que no. Yo creo que ante lo que estaba sucediendo en Catalunya y el enemigo en común, se actuó con madurez política, con coherencia, como revolucionarias y revolucionarios formados, y estuvimos (y estamos) a la altura del momento histórico, lejos de purismos que solo podían fortalecer a imperialistas y fascistas. Actuemos con la misma madurez, coherencia y formación con la revolución bolivariana. Quizás no sea perfecta, pero es el momento de la unidad en la diversidad, porque si no, nos destrozaran a todas. Ante momentos históricos, hay que actuar con madurez, valentía, pero también con decisión y firmeza, porque ahí reside nuestra fuerza. En Catalunya, en Palestina, en Siria, en el Sahara, en Venezuela o en Canarias. Esto no es un juego, aunque la vida y la soberanía de muchos pueblos del mundo estén en juego y reclamen nuestra solidaridad ante la amenaza de los de siempre. 

La victoria del 20 de mayo en Venezuela no será la victoria de Nicolás Maduro, que también. Sino la victoria del pueblo venezolano, de sus clases más humildes, de la revolución, de la soberanía e independencia de ese pueblo, y una nueva derrota del imperialismo fase última del capitalismo, de la derecha y del fascismo, de los gobiernos del Partido Popular, de Ciudadanos, de Trump, y de todos los gobiernos partidos y organizaciones de derechas y fascistas del mundo… Todavía queda mucho por hacer, mucho que mejorar, mucho en lo que profundizar, muchos errores que corregir, mucho que socializar, mucha soberanía que ganar, y mucho que revolucionar. Pero la única vía por la que podemos avanzar hacia ello, es a través de la revolución bolivariana, del Frente Amplio, y desde ahí, criticar constructivamente, para avanzar y mejorar, a la par que debilitar al enemigo común.

La revolución y el proceso venezolano tienen sus peculiaridades, y hay que saber avanzar desde la dificultad que supone la práctica y no el idealismo. Pero no cometamos errores de alinearnos directa o indirectamente con nuestros propios enemigos y los de los pueblos del mundo. El momento histórico así nos lo demanda, y la formación revolucionaria así nos lo enseña.


¡VIVA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!

¡VIVA LA SOBERANÍA DE LOS PUEBLOS!

¡ABAJO EL IMPERIALISMO!

 

Seben Rodríguez




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