Incómodamente humano
El vagabundo habla con todos
pero nadie habla con él
El vagabundo ya no finge, eso le queda
Ni tristeza, ni alegría
Pero miente, miente a menudo,
para comer un día.
Días que son largos, junto a las noches,
que nunca terminan
El calor agota, pero el frío
El frío abrasa.
Vaga quien no tiene lecho
Vaga quien no tiene techo
Vaga a quien nadie ama.
Tú, que incomodas al cómodo
Tú, que llevas el peso
de los huesos en los que el frío duerme
como cadáver en su fosa.
Cuerpo insignificante marcado
Por la pena de los cinco segundos.
Recoge con tu mano ignorada la limosna
de aquellos a los que espantas
con conciencia de culpable
con gesto de deudor,
de insecto, de parásito
cuando son ellos los que marchan en colmena,
quienes apilan
la miel de su esfuerzo.
Eva Asyngier
Bella sonoridad para una cruda realidad.
Muy triste, me transmitió un fuerte significado. Gracias señorita Asyngier