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¿Independencia, descolonización o independencia y descolonización?

Teórica o conceptualmente La independencia es el resultado político de un proceso de afirmación nacional de los habitantes de un país cualquiera, es decir el acto de rebeldía y dignidad con que estos acaban con toda sumisión política por parte de extraños. Por el contrario, la descolonización vendría a ser ese mismo resultado, pero a causa de un proceso político tutelado por el Comité de Descolonización de la ONU (Organización de Naciones Unidas), donde como saben, el mayor colonialista de Oriente Próximo, el estado sionista de Israel está presente, lo que significa que si antes este organismo carecía de confianza, ahora más…).

Pero la realidad cotidiana de las cosas, hace que los conceptos sean algo bastante distintos a lo antes dicho, ya que aunque de forma nominal la mayoría de las excolonias cumplen dichos requisitos (teóricamente), sus realidades cotidianas distan bastante de la teoría. Vemos pues estados títeres de otros más poderosos que de hecho han sido absorbidos política y económicamente, negándoles toda decisión importante sobre sus vidas y viviendo a costa de sus haciendas, sea cual sea el modo en que alcanzaron su supuesta independencia, por sí mismos o por la mano tutelar de la ONU. Esta situación nos dice que estamos ante casos de Imperialismo (capitalista) y neocolonialismo, por lo que se nos plantea la evidencia de que no han desaparecido las causas que motivaron el colonialismo y solo han cambiado los métodos de dominación, el maquillaje con que se ha disfrazado para seguir exprimiendo los recursos naturales y a las gentes de sus primitivas colonias, esta vez por medio de las “privatizaciones de los recursos naturales de un país y sus sectores estratégicos”, cuando no el cobro directo de impuestos con cualquier excusa mediante el correspondiente “pienso a las clases dirigentes” de cada lugar (recientemente supimos que Francia cobre una parte del PIB de algunas de sus ex colonias africanas por ejemplo). Luego, aunque hayan cambiado las “formas y los ropajes de cada actor” el resultado final siguen siendo la dominación política y el expolio de las haciendas de los habitantes de un país o territorio, cualquiera que sea su situación política teórica.

Canarias, cuando alcance su independencia política y se constituya en país independiente, estaría sujeta a esta misma dinámica antes descrita si nos atuviéramos a hacer las cosas como se han hecho hasta ahora, por lo que debemos tener claro que debemos “innovar políticamente”. Debemos por tanto hacer un ejercicio de análisis y madurez política en nuestra actuación futura, en fijar los objetivos y diseñar las estrategias necesarias para evitar las trampas del colonialismo.

Tras este análisis somero, para nosotros deben aplicarse ambos términos dotados de un significado distinto al antes expuesto. Debemos realizar el acto político de independizarnos, por nuestros medios propios mediante la movilización de la mayoría social de nuestro pueblo, porque si eligiéramos la vía exterior de la ONU, además de los peligros inherentes a ese organismo corrupto e inoperante (a la vista de la realidad actual antes dicha), actualmente la mayoría de esa mayoría social lo entendería  como una imposición de grupos minoritarios (algo que es así) y podríamos estar ante el germen de fracturas sociales que podrían derivar tanto en conflictos o guerras civiles como en la fragmentación del País Canario. Luego es preciso movilizar a la mayoría del pueblo canario mediante la concienciación de su condición de clase obrera oprimida, tutelarla y dirigirla hacia la consecución de mejoras socioeconómicas hasta que ese proceso entre en contradicción con el régimen colonial y se le caiga la venda que decía nuestro Prócer Secundino Delgado.

Pero también debemos realizar el acto político de descolonizarnos. Es decir, tenemos que revertir las relaciones de dominación (política, económica, cultural, social, etc.) y transformarlas en “Relaciones Paritarias o de Igualdad”, o en otras palabras “de tú a tú en relaciones de igualdad reciproca”. Esto no significa romper relaciones, nuestro popular “cruz y raya para toda la batalla…” Sería injusto y contraproducente, pues inevitablemente no nos quedaría más remedio que continuar “llevándonos” con la metrópoli, pues por ejemplo, nuestra gente ha cotizado a la (In) Seguridad Social española y deben recibir sus Pensiones y nosotros debemos velar para que así sea a pesar de nuestro orgullo y sentimientos personales. Es justo que las reciban porque son suyas. Pero además, aquellos países y gentes pueden ofrecernos cosas que nos puedan interesar (para lo que habrá que relacionarse con ellos en plano de igualdad) por mucho que nos desagrade la “clase política española”.

Afirmando nuestra decisión política de Libertad, siendo Soberanos Alimentaria y Energéticamente, podemos conseguir que cualquier interlocutor internacional (País, países) tenga que relacionarse con nosotros en plano de igualdad recíproca.”

 

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga

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