Lamentable papel de Juan Carlos Monedero en el Parlamento de Canarias

Monedero intervino en la primera sesión de la Comisión de reforma del Sistema Electoral Canario

No sabemos si fue culpa de su peculiar estilo prepotente o, más bien, la culpa la tuvieron los “nativos” que lo asesoraron mal respecto a lo que se iba a encontrar en el Parlamento colonial de Canarias. El hombre debió pensar -en virtud de las “bienvenidas” que le han dado otras veces los embebidos podemitas del país- que el Parlamento era un lugar de “parrandeo”, donde venir a evacuar su verbo facilón, lleno de supuesta elocuencia y sapiencia, porque como ya sabemos -y el lunes tuvimos una buena dosis-, Monedero es un experto “vendedor de humo”. El muchacho lo que es decir no dijo gran cosa. No aportó nada sólido, y lo que presenciamos fue un ejerció de pésima doxa cuando lo que realmente se le pedía era un juicio de “experto”.

Monedero llegó con sus apuntes de segundo de carrera dispuesto a triunfar, sin percatarse de que enfrente no iba a tener a cualquiera, que no era cosa de lucimientos, y que sus contrarios -especialmente Casimiro Curbelo y José Miguel Ruano- son profesionales de la política. Y a los profesionales, como los mencionados Curbelo o Ruano, los puedes odiar o despreciar, pero nunca debes olvidar que son eso, políticos profesionales a los que no vas a deslumbrar fácilmente con tu pose y tu acento de Madrit. 

Tampoco puedes venir a Canarias vendiendo mercancía averiada; la mercancía esa del Podemos redentor de la “nueva era” política española. Podemos en Canarias está metido en una gresca político-caciquil “interna”, un enfrentamiento con el Sí Se Puede que está arruinando el trabajo político que deberían estar realizando en las instituciones, sin obviar que la expulsión de militantes es una constante. Aunque la implosión definitiva se producirá cuando los representantes de Podemos en el Cabildo de Tenerife y en el Parlamento colonial que militan en el Sí Se Puede abandonen su aparente letargo y presenten –cara a las siguientes elecciones y en detrimento de la “marca” Podemos oficial– su propia propuesta política: la cacareada “marea” canaria.