Que lluevan flores
Me niego a llevar flores a las tumbas
porque así es igual que sean secas o de papel.
Solo en vida se regalan flores
a quien merece admiración y querer.
Ojalá no esperemosque se mueran
los admirados luchadores de ayer;
porque reconocimientos y honores
que llegan tarde, son vano quehacer.
Si no se hacen bien del todo las cosas
ni espejismos ni engañarse funciona;
porque, entonces,un plantón de rosas
a pie de nicho,apenas adorna.
Por eso quiero subir la voz,
como hicieron mis antepasados rebeldes
contra las viles alianzas con el invasor.
Con nuestra tricolor de siete estrellas verdes
chillaré, descarado, mi verdadero amor
por valientes personas que hicieron fuerte aquel
Movimiento Por la Autodeterminación
e Independencia; que, con honor,
defendieron o defienden, hasta la muerte,
el justo derecho a la emancipación
de Canarias como nación.
Ahora reclamo al cielo una lluvia de flores;
que resuenenbucios, chácaras y tambores;
y que, en el fiel relevo independentista,
griten otra vez, las nuevas generaciones,
¡¡Viva Canarias libre y socialista!!
Pedro M. González Cánovas