Regando el Drago

El 20 de mayo se materializó en dos vertientes el mensaje de Drago Verdes Canarias (de ahora en adelante, DVC) y, por supuesto, de otras organizaciones que piensan igual o parecido:

  • Por un lado, en Tenerife se manifestaron en torno a 5000 personas contra el modelo económico actual de Canarias, que se basa en el turismo, turismo y más turismo. Podría explayarme hablando de lo que supone una manifestación de tal magnitud, pero voy a intentar ser concise.
  • Por otro lado, salió a la luz la canción oficial de DVC.

Respecto a la manifestación, la población canaria ha puesto sobre la mesa el malestar en el que está sumida esta tierra por culpa del turismo masivo que tanto promueven “nuestros” gobernantes (lo entrecomillo porque no gobiernan para nosotras, precisamente) de la mano de los grandes empresarios del sector. Estos días he leído en las redes sociales que somos las canarias quienes hemos permitido esto, que nos hemos cruzado de brazos, que estamos adormiladas. Pero por fin, los alisios de la revolución han empezado a soplar, tal vez, con la intención de convertirse en un huracán. Como dije en algún artículo anterior: “Canarias es un volcán a punto de estallar”, y nosotras las canarias estaremos encantadas de bañarnos en su magma, porque de arder estamos cansadas por culpa de este sistema tan destructor para nuestras vidas y nuestro entorno.

Respecto a la canción de DVC, esta es el fruto del trabajo de numerosos artistas (entre ellos, Cruz Cafuné y Cristina Mahelo) y del mensaje que la gente que cree en este proyecto de país se ha encargado de transmitir. En 3 horas, la canción alcanzó cerca de las 80.000 reproducciones en Twitter, pero no es una canción al uso: son 11 minutos y 37 segundos que ensalzan nuestra identidad; nuestra insularidad; nuestro cielo, mar y tierra; de dónde venimos y a dónde vamos. Casi 12 minutos dan para mucho: en mi caso, he sentido rabia, orgullo y magua, y estoy segure de que cada obrero del archipiélago va a encontrar estrofas con las que se sienta identificado, porque es una canción que habla de ti, de mí, de tu vecino o de tu primo que tuvo que emigrar porque aquí la vida es insostenible. Pero la semilla del drago ya está plantada, y esta noche yo la he regado con mis lágrimas al escuchar esta canción, que ya es Historia de Canarias.

 

June Santana Guerra

 

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