Siento decepcionar a algunos, pero es así, no tengo más remedio que admitirlo: intentar cambiar las cosas desde los colectivos sociales, en Canarias al menos, no es muy viable. Quizá puse demasiada fe en la gente, o simplemente no lo hemos sabido hacer bien. Lo cierto es que el activismo de base poco consigue cambiar sin repercusión mediática -ya ven cómo están los medios en Canarias- y sin potencia social, esto es, sin gente -mucha gente- que participe en las acciones y denuncias de la plataforma social. Esto es lo que nos viene pasando a los colectivos sociales en Canarias desde hace muchos años. Se visibilizan las injusticias, algunos se enteran, pero más allá de eso poco o nada se cambia, porque los que tienen que cambiarlo no tienen la más mínima gana de hacerlo, y al final es como toparse contra un muro de piedra en cada intento. En este punto, o sigues aún a sabiendas de lo que hay, o abandonas y te dedicas a otra cosa, o lo intentas por el único camino que queda: el político. Hasta hace unos días en esa encrucijada me encontraba, hoy ya está resuelta a favor de probar en el ámbito político a ver qué pasa, con Podemos en Tenerife, después de un leve acercamiento a los valientes de ANC, invitado por una buena amiga que fue primero.
Read More