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Educación emocional y creatividad: la educación del siglo XXI

El nuevo reto del siglo XXI para la sociedad de hoy es abordar el cambio del modelo educativo que forma, actualmente, a las nuevas generaciones.

Nuestro modelo educativo, está basado en la memorización de contenidos como quien llena el disco duro de un ordenador de archivos que luego o son usados en la vida cotidiana de las personas.

Creamos estándares bajo un modelo que incapacita el desarrollo de la creatividad de las personas. Tampoco estamos dando verdadera importancia a la educación emocional, esa educación que nos habla del desarrollo de la Inteligencia Emocional como habilidad y capacidad que tiene el ser humano de sentir sus propias emociones, comprenderlas, aprender a gestionarlas para que se conozca y desarrolle mejor como persona.

Conociéndose a sí mismo, las personas se dan cuenta como el lenguaje emocional ,que habita en nosotros, nos influye a cada paso, a cada reacción que tenemos, a cada decisión que tomamos, influidos por nuestros propios estados emocionales que no sabemos gestionar.

Enseñamos a nuestros niños gran cantidad de materias pero nos olvidamos que no les estamos enseñando qué hacer con aquello que sienten a cada instante. No saben gestionar la rabia, la ira, la frustración, la tristeza, la culpa…

No saben que el lenguaje emocional nos habla de algo que habita en nosotros y que hemos de atender. Somos humanos y por naturaleza sentimos a cada instante.

El lenguaje emocional se siente dentro, en el interior de cada uno, se expresa a través de nuestro cuerpo y se manifiesta con síntomas físicos que son señales que nos hablan de un estado emocional que nos está condicionando y afectando en ese instante.

Hemos de enseñar no solo a los niños sino también a los adultos, sean educadores o familia cercana, a desarrollar la comprensión y entendimiento de este lenguaje tan vital y constante en nosotros.

Encadenamos a nuestros hijos con mensajes, creencias y etiquetas sociales, culturales y educacionales que les impide Ser lo que de verdad sienten que son,  impidiéndoles desarrollar su verdadera creatividad que anida en el interior de cada persona.

Encorsetamos a nuestros hijos diciéndoles cómo deben Ser y lo que deben Ser en lugar de apoyar, valorar, reconocer y promover lo que ya Son. Esto genera frustración, rabia, ira, insatisfacción y numerosos problemas emocionales que se viven luego dentro de las aulas, en las relaciones interpersonales y por ende en el seno de la familia. Estamos creando generaciones frustradas, más preocupadas en ser aceptados que en Ser lo que de verdad son.

La creatividad implica desarrollar las habilidades y capacidades existentes en las personas, observar cuáles son su pasiones, sus talentos innatos o aquello aptitudes que hacen que el ser humano se sienta realizado en el desarrollo de su vida y actividad.

Necesitamos, por nuestro propio bien, preparar a nuestras jóvenes generaciones en el desarrollo personal, en la gestión emocional saludable y en la potenciación y reconocimientos de sus propias habilidades.

Seguimos formando personas para ocupar un puesto de trabajo en el modelo económico actual que no es capaz de absorber a los nuevos universitarios.

Seguimos negando que el desarrollo tecnológico nos aboca a un cambio del mercado laboral y por consiguiente de vida de las personas.

Hemos de concienciarnos que necesitamos ayudar a que las futuras generaciones se desarrollen de forma feliz y saludable, desarrollando sus propios talentos y su capacidad de crear a cada instante para fomentar la economía colaborativa del futuro que ya se inicia. Porque no nos engañemos, vamos a necesitarnos unos de los otros. Tendremos que hacerlo desde el respeto y el reconocimiento de las habilidades propias y ajenas.

Habilidades que van desde la conciencia emocional para desarrollar empatía, asertividad, respeto, la comprensión, la atención plena del momento que se vive para no dejarnos arrastrar en nuestras decisiones y relaciones de todo tipo , por ese lenguaje emocional que nos gobierna sin saber qué hacer.

Ello genera innumerables enfermedades físicas y emocionales, depresiones, ansiedades, angustias y estrés, mucho estrés que va camino de convertirse en enfermedad del siglo XXI.

Apostemos por un nuevo modelo educativo que apueste por el desarrollo del Ser humano, donde sus propias capacidades creativas tengan cabida y respeto, apoyo y valoración. Donde las personas se sientan queridas por lo que simplemente son. Apostemos por la creatividad, estamos perdiendo muchos genios por el camino de la vida por querer manipularlos para sean lo que no son.

Apostemos por educar emocionalmente a las personas y a nuestros jóvenes, les ayudaremos a Ser más saludables en todos los órdenes, física y emocionalmente.

No puede ser que la medicación continuada con ansiolíticos y antidepresivo supere la cifra de las 200 millones de cajas para anestesiar el dolor emocional que sufren las personas por no saber qué hacer con sus propios estados emocionales.

La Educación Emocional y la Creatividad tienen que ser el pilar que sostenga el nuevo modelo educativo del siglo XXI. Las personas vienen a este mundo a desarrollarse en todos los aspectos, no estamos aquí para cumplir condena alguna. No perdamos más seres humanos por el camino, no les llenemos de frustraciones e insatisfacciones. Ayudemos a sembrar en una nueva dimensión de la conciencia humana.

 
 
 

Ricardo González Roca Fonteneau

El autor: Ricardo González Roca Fonteneau

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