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El Fraile o los desheredados de Arona

Podría empezar contando la historia de El Fraile y luego pasar a enumerar  sus bonitas calas, sus lindos tabaibales y cardonales de este seco pero muy vivo sur. Hablar de sus caminitos de tierra y senderos que invitan a disfrutar y a dar paseos por los alrededores este olvidado barrio, pero hoy no es tiempo de tapar las vergüenzas del municipio de Arona, para eso está el actual gobierno con su revista mensual.

La población de El Fraile se ha triplicado en los últimos 10 años, que ya de por sí había aumentado mucho más que el resto de barrios del municipio desde principios de los 90, cuando El Fraile dejó de ser aquel pequeño pueblito de 4 casitas y pasó a convertirse en ciudad dormitorio primero, para evolucionar o involucionar mejor dicho, en gueto, después. Podríamos echar la culpa de esta guetificación a los dueños de viviendas que fabricaron su casa como segunda residencia para el verano y que hoy en día son usadas para el alquiler. Podríamos echar la culpa a un pueblo, que como en general ha pasado con todos los pueblos de Canarias, se les ha etiquetado de inocentes y buenos y han dejado entrar a todo lo que ha venido de fuera. O podemos echar la culpa de todo esto a la desidia y falta de interés de las instituciones locales, que es por lo que yo me decanto, que nunca apostaron por políticas integradoras ni sociales y que han convertido a este núcleo en el patito feo de Arona, donde las viviendas se han tenido que reforzar con rejas por miedo a los robos y donde te ofrecen comprar heroína si vas andando por la avenida principal sea la hora que sea. 

Les puedo contar mil historias, historias que me hacen recordar un tiempo pasado en otro barrio de este municipio que vivió lo que hoy vive El Fraile. Nací en Cabo Blanco y recuerdo que de pequeño teníamos que jugar a la pelota entre jeringuillas, botellas de agua y limones que usaban los yonkis para poder pararse las hemorragias que sufrían con cada picada. Con esa imagen me crié y nos criamos la mayoría de jóvenes aquella época en toda Canarias. Porque en aquellos años la heroína entró en estas Islas como antaño entraban las plagas de cigarrones. Jóvenes del barrio muriendo, cayendo como moscas y calles llenas de cuerpos delgados deambulando para comprar una dosis. Tirones de bolsos a señoras en plena calle y coches forzados eran el pan de cada día. No sé de qué manera y con qué facilidad había llegado todo eso a nuestro pueblo, pero parecía que no había mucho interés por parte de las autoridades en que eso acabara y en boca de todos los vecinos estaba que parte de la misma Guardia Civil y sus secretas de aquel entonces también estaban “metidos” en el negocio. Negocio y/o interés por aniquilar a la juventud de uno de los barrios, que casualidad o no, era de la más activa en lo que a lucha social y sentimiento independentista había en toda Canarias.

Hoy ya hace más de 20 años de aquello, hoy gracias a Dios o gracias a las movilizaciones de los vecinos diría yo, se logró expulsar aquella lacra de aquel barrio y nunca más ha vuelto, de momento. Parece que el fantasma de aquello sigue estando entre sus calles esperando a que alguien vuelva a invocarlo.

Pero volvamos a El Fraile, ese pequeño barrio que hoy es una bomba de relojería y está a punto de estallar, y ojalá estalle porque creo que será la única manera de que esto acabe viendo el panorama. Sé que los vecinos de toda la vida que hoy son minoría, están hartos de lo que aquí pasa, lo sé de buena mano porque también soy vecino de este barrio desde hace más de 10 años, y como tantos otros tuve que enrejar mi casa hace unos meses porque intentaron entrar de madrugada estando yo dentro, la pena es que no llegó a entrar porque al igual si eso hubiera pasado, estaría escribiendo esto desde Tenerife II.

Con este escrito no pretendo descalificar a este barrio del que también formo parte, que no se alarme ninguna vecina o vecino. Lo que pretendo no es dejar a mi barrio en mal lugar, lo que pretendo es denunciar la falta de interés por parte de las instituciones y aportar mi granito de arena para devolver a nuestro barrio lo que se merece.

Viendo la incapacidad y la falta de interés que durante años han tenido los diferentes gobiernos que han pasado por Arona, desde Berto el del “Yo me fío” hasta hoy día Marichal… perdón, quería decir Mena el del PSOE, sólo nos queda esperar a la movilización de un pueblo. Un pueblo que ya no aguanta más y que gracias a la labor de la Asociación de Vecinas y Vecinos se está organizando para devolver lo que este barrio se merece y le pertenece, que no es otra cosa que tranquilidad, atención por parte del Ayuntamiento y que acabe este abandono institucional.

 

Bentor Trujillo,

militante de Alternativa Nacionalista Canaria Arona y un vecino harto más




6 comentarios en «El Fraile o los desheredados de Arona»

  • Muy buen artículo, felicidades por por decir y tener donde hacerlo, lo que muchos pensamos, yo vivo en calle San Lorenzo, y desde hace unos años estamos viendo resurgir a los»kinkis» a cualquier hora del día te encuentras grifientos en la plaza donde juegan los niños con los que comparten los columpios, si no es una metáfora, no se ve una sola patrulla de la policía local o la guardia civil durante días,¿Es que acaso soy un ciudadano de segunda? En los cristianos y las Américas veo mucha policía multando coches,¿Es lo único que tienen permitido hacer?o tal vez lo hacen por ser más lucrativo que identificar a los kinkis que entran en los edificios abandonados a medio construir en las inmediaciones de la plaza del valle, espero que algún día se solucione y que mi hijo no sufra lo mismo que yo en los 80, no poder no jugar en el parque por estar como tú has dicho lleno de jeringuillas de los Yonkis

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  • Buen artículo compañero. Esa es una forma de luchar. Si queremos tener patria hay que luchar por ella y defenderla y, lo esencial en una patria, es su GENTE. Tanemmirtl

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  • Efe ti aumente, yo voy a Tenerife todas las veces que mi economía me lo permite, descubrí las galletas, el Fraile.. Me gustó es lo que yo busco, un pueblo de verdad, nada lleno de artificio, busco la vida Canaria de verdad.. Pero también me di cuenta que la desidia y el desinterés está dejando todo al borde del autentico ghetto.. Las galletas lo soporta un poco más gracias a su gente del mar.. Por favor no lo dejéis morir.. Una gallega..

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  • Hola! Quiero dar mi opinión, como vecina del Fraile hace 17 años. En este artículo parece que se hecha la culpa a las personas que han venido de fuera, con frases como involución del pueblo con el hecho de aumentar la población, guetificación, «dejar entrar a todo lo que ha venido..», «los vecinos de toda la vida, que son minoría, están hartos»(como si los demás no lo estuvieran).
    Aunque supongo que no ha sido su intención dejar caer «las culpas» hacia este colectivo, no queda muy claro.
    Pero estoy de acuerdo en que la gran mayoría de culpa siempre ha sido por parte del ayuntamiento. Nunca se han preocupado, como bien dice el artículo, de promover la integración, ya que el Fraile es un caso muy especial en la isla, y debería prestarse mucha atención. Las cosas que se han hecho desde el ayuntamiento, con grupos como Obiten (juntos en la misma direccion) hacia la integración, han sido, mas bien, guiadas hacia las religiones, y así solo llega a algunos grupos de vecinos vinculados con las mismas.
    Es dificil decir qué solucion tiene, pero apuesto por el Fraile, por las vecinas y vecinos, y ojalá algún dia se termine este malestar, y sobre todo la delincuencia juvenil que en estos ultimos años ha ido creciendo. Saludos.

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    • Creo que en ninguna parte del artículo el autor toma como suyas esas frases, es el sentimiento de la gente y lo que se suele escuchar. Tampoco echa la culpa a la gente de fuera. Él, lo dice claramente, se decanta porque la culpa es de las instituciones y por la nefasta política de integración llevada a cabo por los servicios sociales del Ayuntamiento. Un saludo. Otro vecino

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      • Por eso, como no lo entendí muy bien, puse que no creo que haya sido su intención.
        En todo caso gracias por la aclaración. Saludos.

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