El turismo no se defiende ignorando al pueblo canario
Las declaraciones de Jéssica de León sobre el “riesgo” que suponen las protestas ciudadanas para el turismo en Canarias no solo son insensibles, sino reveladoras de un desprecio institucional hacia las reivindicaciones legítimas de la población. Acusar a la ciudadanía de poner en peligro la economía es una estrategia vieja: culpabilizar al pueblo por exigir lo que por derecho le corresponde.
Más grave aún es el doble rasero que se emplea en su discurso. Señalar a Marruecos como “competidor turístico” suena a oportunismo barato, especialmente viniendo de quienes jamás han alzado la voz con contundencia para defender el archipiélago cuando ese mismo país ha invadido el espacio marítimo canario con maniobras unilaterales o ha intentado apropiarse del entorno geoestratégico del Sáhara Occidental.
¿Dónde estaba la alarma cuando se firmaban acuerdos de explotación de aguas en la fachada atlántica sin tener en cuenta a Canarias? ¿Dónde estaba el celo patriótico cuando se permitía el abandono de funciones de soberanía española en las islas? Parece que Marruecos solo preocupa cuando sirve como arma arrojadiza para proteger los intereses hoteleros y silenciar a quienes denuncian el colapso social y medioambiental que vive el archipiélago.
La ciudadanía canaria no protesta contra el turismo, sino contra su sobreexplotación y el abandono institucional. No pide cerrar aeropuertos, pide abrir espacios de vida. No exige menos visitantes, exige menos despojo. Si la consejera quiere defender Canarias, que empiece por defender a su gente, a su territorio y a su soberanía.
Porque ya basta de vender a Canarias como un parque temático y de tratar a su pueblo como una molestia a gestionar. Las islas no se ganan “a pulso” con eslóganes, se salvan con justicia y dignidad.
Antonella Aliotti Feminista Radical y Antirracista
Defensora de la Casa Común
Activista de DDHH y Sociales
Por todas estos planteamientos y muchos más todo el pueblo Canario a la calle el 18 de mayo .