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Las administraciones son un circo y el pueblo sus espectadores

Quizás parezca una paranoia y por eso hago la siguiente pregunta:

¿Alguien cree que las decisiones sobre Canarias se aprueban en los plenos del Parlamento de Canarias, Cabildos o Ayuntamientos…? No, cristiano –hablando en dialecto canario, ya que nos quieren imponer la “perfección” del español–, el asunto es maquiavélico con apariencia honorable o democrático.

Todo lo que se maquina, premedita, acuerda, aprueba etc., se hace en los chalet, mansiones, fiestas de los políticos o de quien convoque a golpe de teléfono el siguiente golpe mafioso, lugares donde se reúnen esos llamados representantes del pueblo: políticos de gobierno y oposición, jueces, fiscales, empresarios, representante de las patronales, líderes sindicales y portavoces de los Lobby, para decidir qué negocios hacer con y en este solar ultramarino llamado Canarias, es obvio que con el único fin de enriquecerse ilícitamente a costa del deterioro de nuestra tierra, la esclavización de los trabajadores, el empobrecimiento –ya paupérrimo– de nuestro pueblo y la consiguiente extinción de nuestra cultura y señas de identidad.

Todas las administraciones en una colonia son ilegales –han sido impuestas por la fuerza de las armas y la supremacía del imperio dominante–, hayan pasado 500 o mil años, ya que el hecho colonial es contrario a los derechos de los pueblos y la única forma que tiene la metrópoli de sujetar la colonia es aherrojándola y sometiendo al pueblo colonial bajo el miedo y el perverso adoctrinamiento psíquico a través del tiempo.

Los plenos en las administraciones de esta colonia sólo sirven para tramitar las trampas que, a priori, ya se habían aprobado subrepticiamente, todo mediante una comedia que aparenta enfrentamientos ideológicos y, en muchos casos, donde el grupo de gobierno es también la supuesta oposición.

Sí, esos organismos oficiales son las oficinas de los grupos de presión, donde acude nuestro desgraciado e ignorantado pueblo a deambular por un laberinto de burocracia, en la que, además, no puedes pleitear contra sus injusticias porque esto sólo está al alcance de los que tienen mucho dinero y a ti, canario de a pie, extranjero en tu tierra, te ningunean, tratan con arrogancia y desprecio, esto es, y te obligan a doblegarte, bajar la cabeza y aceptar toda la iniquidad de este sistema diseñado y bien atado para sus rapiñeros intereses. Unas oficinas que les valen para controlarte, robarte e intimidarte mediante leyes y decretos que sólo benefician a una minoría y nunca a ese pueblo al que le dicen que es soberano porque, cada cuatro años, vota a sus enemigos.

Como comentaba, todo se impone desde una anacrónica situación de evidente colonialismo, donde, además, el reino que nos administra es también corrupto e ilegítimo, por lo que las nefastas consecuencias sobre el pueblo originario de la colonia son triplemente inhumanas.

Toda la estructura en Canarias y su “régimen especial” del que tanto se jactan, no pasa de ser una alambrada que contiene y perpetúa el estatus, con apariencia de derechos que no se materializan en la vida y los derechos de nuestra gente, mas, donde la casta dominante puede maniobrar libremente porque carecemos de una estructura anticolonial que le haga frente y le derriben en la calle lo que ellos aprueban en sus fiestas; siendo irrefutable que, cada vez más y a pasos agigantados, la alambrada nos restringe a la segregación absoluta hasta conseguir hacernos desaparecer como pueblo y quedarse con toda nuestra tierra. Yo pienso que poder, podemos, pero sin acción ni reacción de nuestro pueblo, la metástasis colonialistas a través de sus esbirros nos hará desaparecer. Quien quiera que cierre los ojos, aunque la película de terror no es ficción sino realidad.

 

Isidro Santana León        

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