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Las herramientas del proceso Nacional Canario

Cuando hay que hacer una pequeña reforma en el hogar, suelen haber dos tipos de personas: los que simplemente pagan para que otros las realicen o las que prefieren realizar ellas mismas las reformas. En este último grupo hay también dos tipos de personas: las que piden las herramientas prestadas al vecino o las que tienen en el garaje o desván las suficientes herramientas para acometer ellas mismas las reformas sin necesidad de pedir prestado.

En el proceso soberanista canario se hace necesario también la utilización y disponibilidad de una variedad de herramientas: asociaciones culturales, asociaciones de vecinos, asociaciones juveniles, partidos políticos, organizaciones estudiantiles, organizaciones sindicales… 

Tengo la impresión de que en esta última «herramienta», las sindicales, no es bien entendida por gran parte de compañeros de lucha que han asimilado el concepto de sindicalismo como una actividad meramente laboral desvinculada de la lucha política y social del Archipiélago, siguiendo el concepto que desde el sistema nos han querido inocular tratando de apartar la lucha sindical de la social y nacional canaria.

Cuando hablamos de Cubillo, siempre tomamos como referente su vinculación con la organización MPAIAC y nos olvidamos de que Cubillo empezó su lucha desde su despacho de abogado laboralista, y que fueron precisamente sus luchas laborales de los años 60 (pleno franquismo), movilizando a los portuarios, panaderos, lecheras y otros sectores, y que precisamente debido a estas movilizaciones tuvo que huir hacia la clandestinidad, refugiándose en Argelia y fundando la ya consabida organización MPAIAC.

Si el movimiento independentista canario tiene una época álgida, esa -no cabe duda- fueron los años 70 y 80 del siglo pasado, teniendo como gran referente el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, sin embargo poca o nula mención se hace al activismo sindical que en aquella época se desarrolló, un activismo sindical movilizador de las masas obreras que prácticamente estaban en las calles todos los días, y que sin esa movilización el efecto de la lucha nacional no hubiese tenido tanto eco. Una de las luchas principales las desarrollaron los trabajadores de las guaguas, quienes siendo abandonados por la familia Oramas, propietaria de la empresa, que tenían una concesión para toda la Isla bajo el nombre de «Transportes Tenerife S.L.». Los Oramas presentaron una suspensión de pagos, y en respuesta los trabajadores se fueron a la huelga, una huelga que duró meses ya que comenzó el 30 de septiembre de 1977 y se dio por finalizada el 25 de enero del 78, siendo el sindicato mayoritario el SUOT (hoy en Intersindical Canaria).

Esta huelga que no contó con el respaldo de UGT ni del PSOE (en un principio), contó, sin embargo, con el respaldo, hecho público en los diversos medios de comunicación, de la Asociación de vecinos de Santa María del Mar, Polígono del Rosario, San Matías, Taco, la Cuesta, San Isidro, Los Gladiolos, Granadilla, Barrio Buenos Aires, Toscal, Guamasa, Salud Bajo, y Las Chumberas; por los partidos políticos: PSPC, PCE, PUCC, LC, ORT, PPC, PTE, JJCC, y, a última hora, el PSOE, que se suma en apoyo de los trabajadores junto con UGT, y las organizaciones sindicales (la ya mencionada UGT), SOC, CNT, SU, SUOT, SUC, SUEP, SUCYB, hostelería, FCSU, CCOO. Asociación Trabajadores del tabaco, Asociaciones de padres de alumnos de San Miguel, San Luis Gonzaga de Taco y La Esperanza y SUOC, CSUT, y PCC.

Fue precisamente en esta huelga de transporte que la Guardia Civil mata de un tiro al estudiante Francisco Javier Quesada en las puertas de la Universidad de La Laguna.

No fueron únicamente los trabajadores del transporte los que por esa época salieron a la calle luchando por sus intereses, las asociaciones de vecinos del Polígono del Rosario estaban prácticamente todos los días en la calle defendiendo sus casas ante la expropiación obligatoria del Estado, los trabajadores del tabaco defendiendo sus puestos de trabajo ante el expolio que Tabacalera estaba consumiendo, pescadores ante la invasión de empresas españolas, panaderos, etc.

Toda una sociedad canaria en la calle y por otro lado Antonio Cubillo desde Argel y con su emisora «La voz de Canarias Libre» arengando a la lucha a los canarios.

Quien sí se ha dado cuenta de la importancia de la actividad sindical y de las posibilidades de organización de la clase obrera que ésta tiene es la oligarquía canaria, sabedora de que basta con tener comiendo de su mano a unos pocos líderes para tener controlado las movilizaciones obreras. De esta manera, y pese a que estamos sufriendo las mayores agresiones que jamás hayamos recibido como pueblo, en la actualidad no hay movilizaciones sindicales que merezcan la pena nombrar, ya que está todo «atado y bien atado».

Es por ello que tenemos la obligación de afiliarnos, participar y ser activo no solo en las organizaciones sindicales, sino en todas aquellas «herramientas» que tengamos a mano.

 Fructuoso Rodríguez Morales




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