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Racismo, derechos humanos y socialismo

No pensaba intervenir en Fb en unos días en que intento dedicarme al reposo, físico y mental, tras el tour galénico de la pasada semana, pero hay cosas que, como se dice aquí por mi tierra, «me llenan la cachimba»

Mi padre se pasó más de media vida escondiendo los carnets del PSOE y UGT, además de una tira de banderas republicanas españolas. Su PSOISMO venía desde que Largo Caballero proclamó la huelga general de 1934 y, en esa creencia se mantuvo toda su vida. Las últimas elecciones en las que votó PSOE antes de su muerte, emitió su voto ante notario por su inmovilidad de entonces. Nunca se enteró de las felonías de Felipe y sus andanzas, cal viva en ristre, y su salida por la correspondiente puerta giratoria.

Me pregunto ahora qué pensaría mi padre con un secretario general del PSOE y presidente del Gobierno Español de sus rendezvous y besamanos con los reyes, sean españoles o marroquíes, su afuchamiento ante Mohamed VI en la cuestión del Sahara y, por último y más reciente, agradeciendo al marroquí y su policía, su actuación en la valla melillense, con al menos 37 asesinados, medio centenar de heridos y otros tantos detenidos y brutalmente apaleados.

Según el señor (?) Sánchez, textualmente: «Es importante reconocer el extraordinario trabajo que están haciendo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla, en la lucha contra la migración irregular, y también reconocer el trabajo que ha hecho el Gobierno marroquí para tratar de frenar un asalto violento que pone en cuestión nuestra propia integridad territorial» para concluir su deleznable declaración con un rotundo “Ha sido un asalto violento, bien organizado, bien perpetrado y en este caso, yo creo que bien resuelto por parte de los dos cuerpos de seguridad, tanto de España como de Marruecos. Quiero agradecer también el trabajo del Gobierno marroquí”.

No sé qué hubiera dicho mi padre, pero a mí que me «desaborren» de cualquier veleidad con un partido que ha perdido no solo el norte, sino la S y la O de su nombre, quedándose en Partido Español, como si de un voxero más se tratara. La situación la retrata magistralmente, como siempre, el filósofo canario Padylla y su lápiz.

Una última pregunta. ¿Cómo un partido «comunista», como se supone que es el PCE, continúa, tras esta barbarie, formando parte del Gobierno?

Francisco Javier González

 

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