Siglo quince veintiuno
Ahora que nos cuentan las proezas,
las de Castilla, España al fin,
como emblema en teleseries,
busca de un pasado hidalgo,
limpiando sangre encrasada,
por el filo de su espada,
empuñada por valientes
genocidas violadores,
aniquiladores ciegos,
de pueblos libres a un lado
y otro de este Atlante nuestro.
Ahora que las pantallas
siguen gritando a una voz:
¡Su alteza real de España!,
me doy cuenta,
una vez más,
que aquí no ha cambiado nada.
Que seguimos medievales
a media luz sin cabeza.
Titubeo de una vela,
que se asfixia ya sin aire,
último aliento posible,
de este cuento moraleja,
de un futuro tan lejano,
que es pasado repetido,
como en tiempo suspendido
para no creer.
Siglo quince veintiuno,
como esperanza el ninguno,
consuelo que aún nos queda,
de que abdique hasta en moneda.
Por no ver su cara arcaica,
con hedor a imperio añejo,
del que ya no queda nada,
sólo prepotencia vana,
melancolía rabiosa,
del haberse hecho bufón,
hazme reír en su corte,
colmo y cenit de la guasa,
burla remedo y patraña.
Pero maldita la gracia.
José Miguel Martín
www.palabritasdesinquietas.wordpress.com