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Un sucinto repaso por la historia de Españistán

Ese eufemismo que llamaron transición política, que sólo consistió en pasar del franquismo al neofranquismo, fue realmente una reforma política donde se incluyó una ley de punto final para no juzgar a los asesinos, sino dejarlos impune y gobernando en la nueva dictadura barnizada.

Aunque gran parte de las nuevas generaciones no vivieron aquella época, hay que hacerles saber que los derechos sociales y políticos no se consiguieron en las Cortes, sino en las luchas del pueblo en la calle; luchas que costaron vidas humanas, torturas, persecuciones, coacciones, violaciones a mujeres… en un sistema que se hacía llamar demócrata porque te dejaban votar cada cuatro años.

Sí, jóvenes y menos jóvenes, los derechos conquistados por aquella generación y otra anterior, de los que después ustedes gozaron, no fue fácil, pero era, es, la única forma de cambiar el estado de las cosas: en la lucha organizada en la calle está la única salida para derrocar a un sistema tiránico, criminal, corrupto y conquistar nuestros derechos de pueblo.

Los derechos conseguidos en aquella época, no se lograron para quedarse incólume a perpetuidad, ya que el sistema está pendiente de la temperatura contestataria del pueblo para volverlos a desmantelas, pues los derechos no sólo hay que conseguirlos en luchas sino velar para que no te los arrebaten por el acomodamiento, la alienación, la desidia, la indolencia y el pasotismo.

Estamos ante un sistema que se debió derrocar en aquella época, pero que el advenimiento de partidos como el PSOE y otros llamados de izquierda, comulgaron con el neofranquismo para comer de la tarta que le ofrecieron en la falsa democracia.

Ayer estuve en la concentración por las pensiones dignas, en Las Palmas de GC, y observo que la gran mayoría eran personas mayores de 50 años, echando de menos esas nuevas generaciones que tienen un futuro más negro que los de nuestra edad, ya que irán directamente a la esclavitud, sin percatarse de que la vida pasa rápido, y mañana será tarde, cuando te toque tu vejez, si es que te dejan llegar a ella.

Entre tanto, me percato de cómo los sindicatos vendidos al sistema, colaboradores de la situación que padecemos, oportunistamente se mezclan con sus banderas  entre la multitud, para salir en la foto y lavar su mierda, cuando la convocatoria fue de un colectivo social y no de ellos. Empero, escucho el descontento de mucha gente cabreada por el oportunismo de este sindicalerío y de otros grupúsculos que casi querían patrimonializar la concentración, pues, no tienen otro fin que retratarse junto al pueblo y apuñalarlo por la espalda en las negociaciones con las patronales y gobiernos.

En una conversación que entablé con algunos manifestantes, donde coincidimos que los actuales pensionistas están manteniendo a dos generaciones, tuve que decirle, en mi opinión personal, que estos mantenidos por los viejos si no acuden a apoyarlos y emprender su lucha, porque se trata más de su futuro que de el nuestro, habría que votarlos a la calle y que se mueran de hambre a ver si reaccionan, pues, ya está bien de mantener parásitos alienados que encima defienden, ignorantemente, la política fascista del sistema, ya que sólo les gusta el circo: fútbol, carnavales, borracheras y toda la mierda acomodaticia y hedónica con que el fascismo les castra intelectualmente.

Oí algo muy importante a un representante del colectivo de las pensiones, Blas Padilla Pérez, quien atisbó lo mismo que yo en la concentración, y donde dijo, a megáfono abierto, que sería el colectivo quién tomaría las riendas de luchas en la calle, ya que los sindicatos se habían vendido a los gobiernos que nos han llevado a esta situación. Observé el tesón de este hombre ante la injerencia de los sindicatos oportunistas. Mientras sean mareas de colectivos sociales de esta índole quienes tomen las riendas de las luchas contra el sistema, conmigo van a contar en todas las que puedo.

Para terminar, quiero decir que la denuncia que ha puesto el colectivo de pensionista en la Comisión Europea no va a ningún sitio, en cuanto Europa, a excepción de algunos países, está igual de podrida que Españistán, pues, mientras los bancos alemanes sigan recibiendo el pago de la deuda generada por los bancos españoles que nos han llevado a esta situación, se inhibirán ante el atropello y fascismo latente en este reino mafioso que nos subyuga hasta lo insospechable. Tomen ejemplo y conciencia de Islandia, país que salió de la Unión de los Mercaderes, del que dijeron que se moriría de hambre, y hoy tiene un crecimiento del 4,5%, ninguna persona en paro y con un giro hacia una verdadera democracia donde el pueblo participa directamente de las políticas llevadas a cabo.

Creo que es hora de que se descuelguen del patrioterío, rancio, fascista y corrupto español y que la Roja y Gualda se la lleven los Borbones al exilio, por no decir a la guillotina.

 

Isidro Santana León 




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