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El Cabildo de Tenerife “soluciona” los temblores del Intercambiador condenando definitivamente los locales comerciales

Debe ser, o estuvo llamado a ser, uno de los espacios comerciales más valiosos de Santa Cruz de Tenerife y de la Isla. Así lo vio hasta el propio Corte Inglés que se puso junto al Intercambiador de Santa Cruz por razones obvias: tránsito de personas, zona céntrica y aparcamientos en cantidad (además de los propios), zona en expansión… Pero ni el Gobierno de Canarias ni el Cabildo de Tenerife, que se gastan anualmente millones de euros en alquileres de locales en peores condiciones y en lugares muy mal comunicados, han tenido jamás interés alguno por defender el interés general y apostar por la utilización de esos 3.000 metros que ahora acaban de condenar casi definitivamente con otros dos millones tirados literalmente a la basura y, no se lo pierdan, sin exigir responsabilidades absolutamente a nadie cuando lo mínimo que se despacha es un seguro de responsabilidad civil para los ingenieros y las empresas que acometen estos multimillonarios proyectos.

La obra del intercambiador de Santa Cruz fue un verdadero desastre y ha estado a punto de costarle la vida a mucha gente si no es que el falso techo del gigantesco hall decidió caerse espontáneamente de madrugada en lugar de a una hora punta. El desastre hubiera sido terrible pero a dios gracias no fue así, no obstante nada dice el código penal de que el hecho de que no haya muertos sea motivo para no pedir responsabilidades, incluso penales, a quienes ponen en peligro la vida de la gente de esa forma tan irresponsable con proyectos, que a mi no me pregunten cómo, están visados por colegios de ingenieros y demás (supongo). Pero tranquilidad absoluta porque la justicia debe ser que anda entretenida buscando tuiteros porque por estas cosas no les da. 

 

Desde el 2003 hay referencias de que se iba a inaugurar prácticamente al día siguiente pero hasta 2006 no se abrió, más de diez años se tardó en ponerlo en marcha desde que se iniciaron las obras (con el tranvía tardaron tres porque eso sí les interesa) y los resultados son un hall gigantesco que no sirve para nada y la gente cogiendo sol, lluvia, frío o lo que tercie en las dársenas porque no hay donde protegerse. Bueno sí, por la orientación a los usuarios de urbano les protege mejor de tarde cuando para los de interurbano aquello es un verdadero suplicio a partir de la una y media o dos de la tarde con el solajero de frente y la gente intentando protegerse de pie y pegados al frente de la guagua para aprovechar la sombrita. Parece un chiste pero tal cual.

Los sindicatos, que tienen los datos porque tienen sede allí incluso, lo explicaron todo en 2011 pero posteriormente se volvió a echar tierra sobre el asunto de las vibraciones, que ha provocado hasta desprendimientos sobre coches, hasta que el consejo de aministración de TITSA, donde tiene representación Podemos y los demás, ha aprobado (no me pregunten la proporción de votos pero fijo que hubo unanimidad visto lo visto) volver a encubrir ese desaguisado con una inyección de dos millones de euros para semejante chapuza. Un sistema de pilares “extra” y en diagonal que condenan los 3.000 metros de locales comerciales nunca utilizados, quitar las interurbanas directamente a la calle Fomento habitualmente bloqueada por el semáforo y complicando muchísimo las maniobras de las guaguas que además pierden aparcamientos. Todo con el fin de evitar que circulen sobre el techo de los locales (como se diseñó) y esa cosa termine por venirse abajo. Ellos dicen, no se lo pierdan, que con eso se ahorra combustible cuando el problema es que las guaguas se bloquean porque no hay forma de salir a la Tres de Mayo en horas punta. ¿Pero saben estos personajes la millonada que se ahorraría haciendo un carril guagua-taxi por la Tres de Mayo y la mejora del servicio que eso representaría básicamente con unos cacharros de pintura?

Eso sí, lo que ha conseguido Carlos Alonso con esa gigantesca chapuza, yo no recuerdo ver ninguna obra pública en ninguna parte del mundo mundial apuntalada como yo apuntalaba las matas de platanera cuando chico si echaba la piña muy grande, es la complicidad de la oposición política (que además llegado el caso podría tener consecuencias) en el mayor desastre que se recuerda en dinero público mal invertido. Que luego dicen de las obras de Calatrava al que le quieren reclamar no sé qué rollo no sé ni cuantos años después de estar mirando para otro lado cuando en otros sitios se le reclamó, y pagó, desde el minuto cero. Que vaya usted a saber por qué no hacen lo mismo con los responsables técnicos de la obra del intercambiador. Bueno, yo no lo sé a ciencia cierta pero me lo imagino, pero si fuera Calatrava le dirigiría un atento escrito a Carlos Alonso pidiéndole que tuviera vergüenza, como ciudadanos deberíamos exigírsela a él y a todos los que se han prestado a ser cómplices de semejante desaguisado obviamente. ¿Se imaginan a Sabaté (también en el consejo) o a alguno de ellos echando mano a la cartera para remendar el techo de su casa que se viene abajo a poco de pagar proyectos y demás sin reclamar responsabilidades a nadie? ¡No me hagas reír compadre!

 

FUENTE: https://noincineraciontenerife.wordpress.com

 




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