Literatura

Imaginar cosas peores

– Pues no, no sé de qué color son los ojos del negro del WhatsApp.

– Es lo que te digo: Para trabajar aquí hay que estar atento y ser muy observador.

– Bueno… querrá decir que no se puede bajar la guardia.

– Mira, hay mucha gente buscando ocupación y deseando trabajar aquí, así que vamos a ponernos en marcha y sudar la gota gorda si hace falta.

– De acuerdo. En poco más de diez horas oscurecerá de nuevo…

– ¡Ya te estás quejando! Los picapedreros siempre hemos sido muy respetados, no te achiques.

– Pero si solo somos unos condenados a trabajos forzados.

– Ya, pero no olvides que hay cosas peores.

Las sombras

El esclavo escribió un libro. Entre sus iguales, creció un sentimiento de empatía y descarada reivindicación. Pero la mala prensa lo ridiculizó; lo convirtió en un libro de chistes; criticó su simpleza y valor literario; y defenestró a su autor, acusado de no integrarse en ningún estilo conocido.

El manuscrito no merece ser leído” aseveraron los verdugos profesionales de enlazadores de palabras, obligados por sus líneas editoriales.

Todo ello, lograría que el Libro del Esclavo se perpetuara en el tiempo, y sus críticas se diluyeran hasta perderse en las sombras.

 Pedro M. González Cánovas

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