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Inmigrantes: We comin’ rougher every time. Sobre NIEs, neorracismo y políticas migratorias de la Unión Europea

Magda Piñeyro

 

It’s a book of a true stories

True stories that can’t be denied

It’s more than true, it actually happened

We coming rougher every time.

Eugene Hutz

 

Hoy he tenido mis primeros problemas para renovar mi NIE [1]  y me pareció necesario compartir y denunciar ciertos hechos en torno al Estado español y sus políticas migratorias. 

He pensado muchas formas de comenzar este texto. Podría contarles que soy una uruguaya nieta, bisnieta y tataranieta de inmigrantes; que tengo orígenes en Francia, Italia y el Estado español, y sin embargo ninguno de estos Estados me reconoció nada. Pensé también que podría contarles lo que significa emigrar, por ejemplo en la vida de una adolescente, por ejemplo en el dolor de la muerte de una madre en la distancia. Otra opción era compartir con ustedes las historias de personas que se lanzaron al mar por la vida y encontraron la muerte, las que ahora mismo estarán atravesando México en el techo de La Bestia o las que aún aguardan en alguna frontera, a la espera de asilo político, porque huyen de la guerra generada por otros países en sus propios países.

Pensé en muchas historias cercanas y lejanas que compartir, pero ninguna de ellas era fiel a la realidad, porque la realidad es que hay tantas historias de inmigrantes que nuestras vidas, nuestras migraciones, nuestro dolor y sobre todo nuestra vulnerabilidad es inabarcable por las palabras. Y aunque lo intentara con fuerza, y aunque les contara ahora mismo mil historias, jamás podría transmitirles lo que se siente al salir de tu país, de tu barrio, de tu familia, de tu casa, sólo con una maleta y sin mirar atrás. Y aún más: sin saber a ciencia cierta si llegarás a tu destino, ni cómo te recibirán en él, si es que tienes la fortuna de llegar. 

Por este motivo, lo que haré es compartir con ustedes parte de una investigación sobre vulnerabilidad, racismo y políticas migratorias europeas que llevé a cabo en la Universidad, para que cada cual aplique esto a las historias y situaciones que vive en su barrio, que escucha en la radio o en la tv, que lee en los periódicos.

1. Vulnerabilidad y neorracismo 

La vulnerabilidad (definida como exposición a la humillación, a la enfermedad o la muerte) no está distribuida entre la humanidad de forma simétrica, sino que varía según el grado de desprotección política y económica al que las personas se vean expuestas. Y en esto influye mucho, obviamente, tu país de origen o la condición migrante. 

Plantea Judith Butler en Vida Precaria que “hay formas de distribución de la vulnerabilidad, formas diferenciales de reparto que hacen que algunas poblaciones estén más expuestas que otras a una violencia arbitraria” [2]. Y lo cierto es que las y los migrantes contamos con un alto grado de desprotección tanto en el país de salida como en el país de llegada, poseyendo, de esta forma, un alto grado de vulnerabilidad. 

En el caso del país de llegada -que es el que nos compete- nuestra vulnerabilidad migratoria viene definida por el status del migrante como infrapersona (es decir, que somos considerados menos que un ser humano). Este status se asienta, por un lado, sobre el discurso neorracistaque construye la segregación del (no)sujeto extranjero o ilegal y por otro, sobre las políticas migratorias que institucionalizan la marginación y la exclusión limitando los derechos de ciudadanía, y retroalimentando al mismo tiempo el citado discurso de la xenofobia.

Racismo y Neorracismo

El racismo sirvió de justificación ideológica de la esclavización colonialista desde el siglo XV hasta el siglo XX. Sin embargo, según el filósofo Gabriel Bello, es hoy el neorracismo (una reformulación de aquel viejo racismo) el que sirve de justificación ideológica de las políticas migratorias europeas de blindaje fronterizo y esclavización de las personas migrantes llegadas a Europa desde las antiguas colonias. 

Los dos tipos de racismo a los que hace referencia Bello, constan de ciertas similitudes y diferencias entre sí. Entre las similitudes encontramos la infravaloración del otro o la otra (esa persona que es diferente a mí misma, al yo). Dicha infravaloración deriva en la conversión del otro u otra en un infrahumano, un ser al que se le pueden vulnerar sus derechos fundamentales y se ve sometido a un trato discriminatorio, vejatorio, sufre explotación, humillación y hasta violencia física, siendo en ocasiones víctimas de “limpiezas étnicas” o asesinatos. Esta cualidad es propia tanto del racismo como del neorracismo. La nota distintiva, sin embargo, la pone la raíz justificadora de la acción (el origen de la misma conversión de las personas en infrahumanas) que nos traslada de un discurso biologicista hacia un discurso identitario-cultural: mientras que hasta el siglo XX el discurso racista (como por ejemplo el colonialista o el nazi) usaba como a la “biología” como justificativo de su accionar (cuyo argumento común podríamos resumir de forma aproximada con un “somos diferentes -y superiores- por cuestiones biológicas”), a finales del mismo siglo comienza a vislumbrarse un discurso nuevo (dado que el biologicista ya estaba mal visto y obsoleto) que se adentra hacia una justificación basada en la diferencia cultural. De este modo, ya no somos diferentes biológicamente, somos diferentes culturalmente, étnicamente y/o religiosamente. Nos separa la identidad. Y ésta constituye, en última instancia, el motivo de segregación, inferiorización, exclusión, inhospitalidad y rechazo de la diferencia, considerando al otro un “contaminante” de lo propio [3]. 

Esta es la ideología xenófoba que subyace a la cultura del rechazo del migrante y vertebra las políticas migratorias llevadas a cabo por los Estados miembros de la Unión Europea [4] , basadas en la construcción o ficción diferencial del ser humano extranjero desde un discurso de lo cultural.

Cabe destacar que los grandes aliados de este discurso son los medios de comunicación (poderoso agente socializador), donde comúnmente podemos leer titulares en los que se resalta la palabra ilegal [5] (con las connotaciones que ello conlleva de persona fuera-de-la-ley o ajeno al orden constitucional/social), o nos encontramos con expresiones como “avalancha”, “marea”, “amenaza”, “colapso”, “invasión”, etc. haciendo referencia a la inmigración [6]. Ésta y otras formas discursivas construyen la imagen de la persona migrante como una amenaza o una invasora, y como algo menos que un ser humano: un objeto maltratable, expulsable, encerrable en un CIE; una cosa sin identidad, sin historia, sin vida, de la cual hay que deshacerse [7].

2. Políticas migratorias como políticas de la exclusión.

La respuesta de los Estados europeos ante el fenómeno migratorio (del cual son en gran parte responsables) [8] ha sido blindar las fronteras de la Comunidad Europea. Una medida que, por su parte, es contraria a la carta de Declaración de los Derechos Humanos (de carácter universalista) que ellos mismos se comprometieron a cumplir [9]. 

De este modo no podemos decir que la movilidad (cualidad vendida como el principal valor de nuestras sociedades globalizadas del siglo XXI) sea un derecho humano universal. La globalización económica no ha supuesto una globalización del mundo, es decir, no ha tenido como consecuencia una disolución de las fronteras, sino que, tal como plantea Javier de Lucas, «(…) la movilidad, valor central de la globalización, es medida en realidad con un doble rasero. Las fronteras se abaten para un tipo de flujos y se alzan aún más fuertes para otros» [10] . En este sentido, podemos afirmar con Eduardo Galeano que es más libre el dinero que la gente y las mercancías fluyen libremente mientras que, en lo que respecta a la circulación de las personas, la Unión Europea consta de un acuerdo de libre circulación interna de la ciudadanía europea y opta por blindar las fronteras del continente controlando de manera estricta la movilidad y el acceso de personas «extracomunitarias»[11]. 

Según el filósofo Javier De Lucas, las políticas injustas de los Estados receptores pueden resumirse en los siguientes puntos: 1) políticas de integración prácticamente inexistentes; 2) lógica jurídica del regateo y la segmentación (sólo se les reconoce a las personas migrantes los derechos estrictamente necesarios y se instituye una especie de carrera de obstáculos en la que además cabe la marcha atrás, es decir, la caída en la situación irregular debido al círculo vicioso del permiso de residencia y trabajo -sin papeles no hay trabajo, sin trabajo no hay papeles-); 3) discrecionalidad de la administración y los poderes públicos que da lugar a arbitrariedades; 4) establecimiento de la lógica de la discriminación, no de la igualdad (en lo que respecta al reconocimiento de derechos) que lleva a la inestabilidad, la vulnerabilidad y a la inseguridad. 

Tal como se viene exponiendo, la consecuencia de estas lógicas político-administrativas es la construcción de la persona migrante como un infrasujeto, un infraciudadano para quien no valen las mismas reglas del Estado de Derecho que para quienes sí son considerados ciudadanos o ciudadanas. Según el citado autor, presenciamos de esta forma la institucionalización de la desigualdad jurídica y la desigualdad política, que se traduce en institucionalización de la exclusión, en la medida en la que: a) no cabe la integración donde se remarcan desde el principio las diferencias y se establecen desde ellas status de ciudadanía; b) se condena a las personas migrantes a la no participación política o del espacio público (no pudiendo organizarse ni en asociaciones, ni sindicatos, y no gozando del derecho de reunión o huelga, etc.); c) se ve a la persona migrante como mano de obra y se facilitan las posibilidades de acogida o expulsión según conveniencia del Estado receptor desde el establecimiento de dificultades para la entrada legal, la permanencia o el acceso a un status jurídico estable. Todo esto es posible porque no se ve en la persona migrante a alguien con un plan de vida, con ilusiones y proyectos, sino simples brazos. Toda la violencia descrita hasta ahora es posible porque al mirarnos no ven a un ser humano, sino a un infrahumano. 

Las políticas de inmigración, concluye De Lucas, son las que generan ilegalidad, marginalidad y exclusión: “La restricción de su autonomía, de su plan de vida, imposibilita que el no-sujeto llegue a ser sujeto, pues el primer y devastador efecto de tales políticas es desestabilizar, deslegalizar, desintegrar a quienes aspiran a la estabilidad, a la legalidad, a la integración”[12].

3. La renovación de mi NIE. 

Mi NIE se caducará el próximo mes de diciembre. Llevo intentando pedir cita e información en Extranjería desde septiembre. En Extranjería me dicen que he de acudir a la policía. En la policía que he de pedir cita en la web. La web dice que no hay citas disponibles. En Extranjería dicen que no hay citas disponibles porque hay demasiadas citas pedidas y no dan abasto, por lo que suelen bloquear la web. La misma persona que me ha dado estas explicaciones me ha invitado a “revisar la web todos los días, porque una vez cada tanto la desbloquean y dan citas, y a ver si tengo suerte”. 

Es importante tener esto en cuenta: cuando el NIE se te caduca tienes exactamente tres meses para renovarlo. Ni un día más. Ni un día menos. Y al parecer, mi renovación dependerá del tiempo que dedique a revisar la web de cita previa de la Policía, y obviamente, de mi SUERTE. 

Como mi caso miles. 

¿Hasta cuándo?

linea azulia

*Notas*

[1] Número de Identificación de Extranjeros, documento que se proporciona a las personas emigrantes en el Estado español, una vez que han regularizado su situación administrativa. Dato curioso e importante: los NIEs se diferencian del DNI (Documento Nacional de Identidad de las personas de nacionalidad española) en al menos 3 aspectos: el proceso burocrático es más largo y más caro; todos los números de los NIEs comienzan con una X o una Y (cosa de que quede claro que eres extranjera/o); y los NIEs tienen el dibujo de un torito, mientras que el DNI no.

[2]   BUTLER Judith, Vida Precaria, Paidós: Buenos Aires 2006 (pág. 14).

[3]  Sirva de ejemplo la ola de islamofobia actual.

[4] Para muestra, un botón; algunos titulares recientes de los periódicos del Estado español: “El PP propone legalizar las devoluciones inmediatas de inmigrantes irregulares” (lainformacion.com 22/10/2014); “El gobierno español participa en la llamada caza del migrante” (diagonalperiodico.net, 14/10/2014); “La Guardia Civil deja inconsciente a palos a un inmigrante y lo devuelve atado de pies y manos” (eldiario.es, 16/10/2014); “Un video muestra que la Guardia Civil disparó a los inmigrantes al grito de ¡vamos cabrones!” (20minutos.es, 19/02/2014)

[5] En tal caso el término correcto sería  “personas en situación de irregularidad administrativa”, o en tal caso “personas en situación irregular”.

[6] Rodrigo Fidel Rodríguez Borges, El discurso del miedo

[7] No es baladí recordar que partidos de ideología de extrema derecha (en muchos casos filofascista y de corte xenófobo) están teniendo un claro ascenso en las instituciones políticas europeas. Tal es el caso de Amanecer Dorado en Grecia, el Frente Nacional en Francia, la Liga Norte en Italia, Plataforma per Catalunya y Democracia Nacional en el Estado español, etc.

[8] Actualmente (según datos ofrecidos por la ONU) hay alrededor de 230 millones de personas migrantes en el mundo, de las cuales aproximadamente 20 millones se encuentran en situación irregular. El número de personas migrantes no ha cesado de aumentar en los últimos años, en parte por la desigualdad económica entre los Estados del mundo, en parte por los conflictos políticos y armados que se dan en ellos. Es decir, la migración es una característica notoria del mundo actual, pero es importante resaltar que en la mayoría de los casos no hablamos de migraciones como actos de libertad o voluntad individual, sino que -por el contrario- nos encontramos frente a migraciones forzadas, que son en su mayoría consecuencia de: a) Las relaciones históricas  (políticas, sociales, culturales y económicas) de intervención  que han tenido los países del Norte con los países del Sur, y que han sido las constitutivas de las brechas políticas y económicas actuales entre ambas partes del mundo, implicando que una mitad esté sumida en la guerra y/o la pobreza, y la otra no. Por ejemplo, los períodos de expolio colonial en Latinoamérica y África, o  las intervenciones políticas y militares en Irak, Afganistán o Siria por parte de la OTAN, etc. y b) Las relaciones actuales que tienen los países del Norte con los del Sur y sus economías, las cuales suceden en el marco de un orden global asimétrico e injusto donde (…) los gobiernos [de los países del sur] no siempre defienden los intereses de sus pueblos, aunque estén refrendados democráticamente, debido no sólo a la corrupción y al carácter fallido de muchos Estados en África, Asia o Latinoamérica, sino, muchas veces, simplemente debido a las operaciones de presión y a veces de acoso y derribo de las multinacionales y agentes financieros transnacionales. (…) para un país pobre, poder vender simplemente sus productos, significa aceptar, en muchas ocasiones, reglas del juego que perjudican la previsión de necesidades y los deseos de sus habitantes. (M.J. Guerra Palmero, Justicia global y analítica de las desigualdades. Pobreza y género); quedando condenada la población de los países del sur a la desigualdad, la pobreza extrema y a la búsqueda de una vida mejor más allá de las fronteras de sus propios países, visto que esto es inviable en nuestro lugar de origen.

[9] Derechos vulnerados por las políticas migratorias europeas: Artículo 2. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. (…); Artículo 13. 1) Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, 2) Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país; Artículo 22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad; Artículo 23. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. (…); Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. (…). [Declaración universal de Derechos Humanos, www.un.org] 

[10] Javier de Lucas, La inmigración como res política” (2003) http://www.uv.es/CEFD/10/delucas.pdf

[11] El Acuerdo de Schengen (con fundamento jurídico en el artículo 77 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea) establece el conocido como “Espacio Schengen”, un espacio de libre circulación para la ciudadanía europea; además, suprime los controles entre las fronteras de los Estados miembros de la Unión Europea para ser trasladados a las fronteras exteriores de la Comunidad. Asimismo, se establece años después la agencia FRONTEX encargada de la seguridad fronteriza y de la cooperación operativa entre los Estados miembros de la UE, así como de facilitar las operaciones de retorno de migrantes, organizadas por los mismos. (http://www.europarl.europa.eu/ftu/pdf/es/FTU_5.12.4.pdf). 

[12] De Lucas, pág. 31. 

Un comentario en «Inmigrantes: We comin’ rougher every time. Sobre NIEs, neorracismo y políticas migratorias de la Unión Europea»

  • magda me he tomado la molestia de leerte, espero no desmerecerte con este comentario. en mi mundo eres bienvenida, sea como seas, de donde vengas y el idioma que hables. fronteras no. carceles no. mataderos no. lucha antifascista. paz y amor para ti y todos los seres vivos.

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