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Nacional- Tres premisas para resumir una teoría económica: breve, preciso y claro. Plusvalía, reparto de la plusvalía y lucha de clases a nivel nacional

Todos sabemos que contrarrestar los aparatos de propaganda sistémica, desmentir todas las calumnias y manipulaciones de hechos y de errores cometidos con nuestras pobres y menguadas fuerzas, y nuestros más que modestos medios de propaganda, resulta casi imposible. Por lo demás nosotros mismos, dentro del campo de la izquierda transformadora y revolucionaria, tampoco tenemos un discurso que pueda calificarse de sencillo de entender para quienes tienen poca o nula conciencia o educación políticas.

Está bien debatir entre nosotros, pero flaco favor a la hora de explicar todo eso a la clase trabajadora, porque a pocos llegamos y menos aún logramos hacerle entender la teoría marxista. Es culpa nuestra pues la mayor parte del tiempo lo dedicamos a estar volcados hacia dentro, en un debate continuo sobre cosas que ocurrieron en el pasado, sobre los errores y aciertos de hechos y líderes pasados. Eso no es que esté mal, salvo que no logramos ni ponernos de acuerdo en un discurso y una actuación común y unitaria, ni aspirar a organizar y dirigir a la clase trabajadora en una acción revolucionaria que transforme nuestra sociedad.

Creo que debemos retomar aquella vieja estrategia de los principios, de recordar que el marxismo es una teoría de organización económica y no un sistema político. A estas alturas resulta anacrónico tener que decir esto, pero hemos caído en identificar al marxismo como sistema político, y desde esta óptica no solo nos es más difícil, sino que resulta más complejo de explicar y entender. Tampoco debemos en insistir en querer que los pocos trabajadores y estudiantes que empiezan a entender algo, tupirlos con montones de conceptos y teorías que al final resultan vagas generalidades (recordemos que El Capital no es un libro, son unos cuantos tomos con miles de páginas. Eso no se puede resumir ni en panfletos, ni en librillos ni con discursos)

Por otra parte, creo que ha llegado el tiempo a la vista de cómo está la situación nacional, que empecemos a dejar los debates ideológicos un poco en segundo plano y tratemos de transmitir un discurso sencillo y claro. Desde mi punto de vista, son tres los conceptos que debemos transmitir: plusvalía, reparto de la plusvalía y lucha de clases. Es decir, la fuerza del trabajo de la clase obrera genera una riqueza, hay que repartir más equitativamente esa riqueza, y la necesidad de que la clase trabajadora esté y luche unida para defender con efectividad sus intereses comunes, lo demás vendrá con el tiempo.

Así mismo, eso de “estalinistas, troskos, pro- chinos, guevaristas…etc.” está bien para que cada sensibilidad proponga en sintonía con su forma de pensamiento, pero de cara a la lucha de clases, empecemos por admitir que bajo ninguna circunstancia resulta razonable pretender de entrada y “por decreto” adaptar el país a una economía socialista, algo que resultaría contraproducente y que ha hecho fracasar no pocas oportunidades históricas por todo el mundo. Hay que contar principalmente con el elemento humano “local”, su idiosincrasia y forma de ser, su cultura…, y a partir de ahí ir construyendo poco a poco la economía socialista. Por lo tanto, se precisa tiempo para ir convenciendo, demostrando la viabilidad e idoneidad de este tipo de organización económica.

La consecución de este objetivo, precisa una organización decidida y unificadora. En otro artículo de opinión dije hace bastante tiempo, que el partido de l@s trabajador@s de Canarias no existía realmente. Hoy digo además que la creación de tal partido es imprescindible para la emancipación nacional, puesto que siendo l@s obreros y campesin@s quienes generan la riqueza de la nación, nadie mejor que ellos para asegurar no solo su buen reparto sino que no hayan injerencias externas que rompan el status quo que ell@s decidan.

Para finalizar, no estaría de más, tener en cuenta que mientras no hagamos más que teorizar, planificar, etc., tendremos que hablar de socialismo, y que cuando tratemos de aplicar políticas tendentes a construir la economía socialista, entonces podremos hablar de comunismo, antes no de ninguna forma. La única diferencia entre ambos conceptos, es que el primero es la teoría pura, mientras que el segundo es la aplicación real, práctica y cotidiana de tal teoría.

 
 
 

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga

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