“El incendio del Ayuntamiento de El Sauzal” y “Las Añepas que nunca fueron”
Siempre es una alegría cuando vemos como antiguos alumnos van alcanzando triunfar, aunque sea en disciplinas muy alejadas de la Física y Química que traté, en su día, de enseñarles
Es el caso de José Ángel Hernández Marrero al que recuerdo, además de las clases en nuestro “Instituto de Canarias” –hoy “Canarias Cabrera Pinto” o popularmente, para incrementar la desmemoria histórica “el Cabrera”- cuando, formando parte con Chano Díaz del “Grupo Aitiden” desarrollaron una potente labor cultural en el campo de la Alfarería Popular Canaria dentro del Centro “Amílcar Cabral”. Esa labor continuó luego profesionalmente en “El Alfar” y en el desarrollo de proyectos y actuaciones, desde charlas, exposiciones o trabajos museísticos.
El trabajo de años de investigación de José Ángel entorno a la Alfarería Popular Canaria, nuestras “Loceras” isleñas, está ya en fase de salir de imprenta, pero en el ínterin tenemos dos publicaciones que acreditan a José Ángel como un investigador consciente y meticuloso.
La primera, conjunta con Julio Raya salió el pasado año 2021, fue precisamente “El Incendio del Ayuntamiento de El Sauzal”, en mayo del 33, la víspera del día en que, tras la primera Comisión Gestora que elige de alcalde, por primera vez en Tenerife a una mujer –la maestra Baldomera María García Fuentes– tendría que tomar posesión el primer Ayuntamiento Republicano elegido por las urnas. Fue un intento de impedir la fiscalización de las cuentas públicas por parte de los encargados de su gestión que destruyó todos los Archivos y gran parte de la Historia del Sauzal.
Además de desmenuzar concienzudamente y con abundantísima documentación todo el proceso a los hermanos Lucas, Aproniano y Fructuoso Palenzuela Nepomuceno y dejar que sea el lector el que saque sus consecuencias, el texto da un repaso completo a la historia del Sauzal desde la etapa precolonial hasta la República Española, con abundante documentación al respecto que nos permite conocer las entrañas, más allá de El Sauzal, de lo que fue la vida en las zonas rurales tinerfeñas y canarias en general.
Como ejemplo en la estadística sobre “Instrucción Pública” del Partido Judicial de Las Laguna, El Sauzal figura con 983 habitantes de los cuales solo 7 varones (hombres y niños) y 25 entre mujeres y niñas saben leer. No hay ningún maestro o maestra ni escuela ni pública ni particulares. A finales del XIX solo había un maestro que atendía a 17 niños y ninguna niña.
La segunda publicación es más reciente. A primeros del pasado mayo se presentó “Las Añepas que nunca fueron”, con un prólogo de Juan Francisco Navarro. El nuevo libro es también producto de una investigación laboriosa y complicada sobre las Añepas “guanches” que, supongo, constituyen los “trofeos guanches” del Museo Militar de Santa Cruz junto a una vasija y un par de esferoides del Tenerife precolonial.
Estas tres “añepas guanches” presentan, a diferencia del resto de las conocidas, complementos de tejido vegetal lo que las convierte en únicas entre todas las conocidas. Procedían de la colección del Gabinete Científico fundado por Bethencourt Afonso en 1877 que luego pasó a los fondos del Museo Municipal que en 1988 las cedió, ignoro por qué razón o sinrazón, para su custodia al Museo Militar. José Ángel en un magnífico trabajo, exhaustivo en documentación y fotografía, demuestra la procedencia de la cultura Bubi de la actual isla de Bioko, la antigua Fernando Poo colonial del Golfo de Guinea.
Mi enhorabuena a mi amigo José Ángel, aunque le haya dado el golpe de gracia al mito de su origen guanche, como símbolos de poder –enseñas– de alguno de nuestros menceyes de esas tres añepas, mito que yo mismo he utilizado al escribir sobre las banderas que han simbolizado la libertad e independencia patria.
Me consuela saber que, al menos eran de otra isla africana.
Francisco Javier González
Gomera, a 24 de julio de 2022