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53 aniversario de la muerte del “Che” Guevara: “Otras sierras del mundo me reclaman…”

Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo, que ya es mío”

Este 9 de octubre se cumple el 53 aniversario de la muerte Ernesto Guevara, el Che

En su mensaje a la Tricontinental, mayo de 1967, Ernesto Guevara de la Serna plasmaba sus más profundas convicciones, su completa disposición y compromiso con la lucha por un “futuro luminoso” para la humanidad. Asumiendo el más que previsible sacrificio, teniendo en cuenta, como recordaba en su “Carta de despedida a Fidel Castro” —hecha pública por el propio Fidel en 1965— que “en una revolución se triunfa o se muere”. El “Che”, a pocos meses de su caída en combate en las montañas de Bolivia, hacía un llamado a la unidad de los pueblos: “Y si todos fuéramos capaces de unirnos para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros”.

Ernesto Guevara asumió el más que previsible destino de un revolucionario, no dudaba de lo que suponía cumplir con el deber al asumir en la acción —entendida como “grito de guerra contra el imperialismo”— la condición de soldado “en el gran ejército del proletariado”: “(…) y ponemos a disposición de la lucha este poco que nos es permitido dar: nuestras vidas, nuestro sacrificio”.

CARTA DE DESPEDIDA DEL CHE”, LEÍDA POR FIDEL CASTRO, EL 3 DE OCTUBRE DE 1965, EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA. 

Habana. «Año de la Agricultura»

Fidel:

Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.

Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.

Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo, que ya es mío.

Hago formal renuncia de mis cargos en la dirección del partido, de mi puesto de ministro, de mi grado de comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.

Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios. Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.

Busto del Che en el Parque de San Juan, en Telde, Gran Canaria (Islas Canarias)

Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como su hijo: eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.

Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento, será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo y que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena; me alegro que así sea. Que no pido nada para ellos, pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.

Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.

Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!

Te abraza con todo fervor revolucionario,

Che




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