Dalí como marca

Ante los últimos acontecimientos, cuando yo afirmé que S. Dalí era una basura artísticamente hablando, recibí una serie de ataques que defendían a este señor y donde se me exigía argumentos para afirmar tal “barbaridad”. Por su puesto mi estado de embriaguez, mi natural mal humor cuando hablo de este señor y mí ya más que conocida falta de oratoria, me dejó en un estado de desventaja. Por ello y mucho más, me veo en la necesidad de relatar lo siguiente.

Todos partimos de la idea de que los cuadros de Dalí son basados en sueños (argumento que rebatiré en cada punto) y por ello justificamos cualquier cosa hecha por este señor, o, por el contrario, también está el recurrido argumento de su papel histórico al hacerse franquista, demostrando así que simplemente actuaba en pos de sí mismo y de sus intereses sociales y económicos, no le bastaba con su falta de talento artístico, sino que además también carecía de moral.

Todo es un sueño y tiene un significado profundo

Argumento muy recurrido en que se afirma que lo que dibujaba Dalí eran cosas que el soñaba, a lo que yo no le niego su validez, pero si observamos un cuadro cualquiera de Dalí, como el siguiente:

Podemos observar que esto es un sueño, elevado a su máxima potencia, es el postureo de los sueños, nadie en su sano juicio puede creer que alguien de verdad sueña con esto, con peces que vomitan tigres, que vomitan ballestas o con elefantes deformes que recorren el mundo con una vela gigante en la chepa, el señor Dalí nos quería hacer creer que el soñaba estas cosas o que tenían un gran significado cuando solo es una pintura bonita pero vacía. El único significado que puede llegar a sacar alguien con dos dedos de frene de esta pintura es: la pobre chica lo que tiene que aguantar.

En otros cuadros pintados por él como este:

Podemos ver como para representar el tiempo utiliza relojes, algo tan básico que cualquier profesor de 3º de la E.S.O. le pediría algo medianamente más elaborado a cualquiera de sus alumnos, pero en cambio un pufo así solo se lo permitimos a Salvador Dalí.

El trazo

El trazo es lo que le da personalidad a la obra de un artista, lo que pone el sentimiento, Dalí en cambio usa el difuminado, el difuminado es para cobardes. Podemos observar claros ejemplos del trazo en otros artistas del surrealismo como Max Ernst (arriba) o Giorgio de Chirico (abajo), los trazos de estos artistas retumban sentimiento, se podrían comparar con Mozart o el trash metal, están llenos de energía, pasión y sentimiento, en cambio en este símil, Dalí es Juan Magan.

La técnica y su belleza

La técnica utilizada comúnmente por Dalí es bonita, pero a pesar de ser bonita, es vacía, es algo fácil de dibujar incluso por cualquier octogenario con parkinson que se dedique lo mas mínimo, en las clases de pinturas de cualquier app barata de un smartphone moderno. El arte de Dalí me recuerda a las hamburguesas del McDonald´s de un euro o a la discografía de Justin Bieber, algo fácil de digerir, barato de consumir y hecho para todos los públicos, pero la gente no va a ver estas cosas a los museos, sobre todo si tenemos en cuenta que las masas no tienen una capacidad de criterio propio, sino el inculcado por la publicidad, la falsa modestia y el movimiento snob.

Este ensayo ha sido escrito en todo de humor, lo único que me molesta de este hombre son sus bigotes y su tonterías, por supuesto Dalí, a pesar de todo, fue un artista reconocido en su época, con talento o sin él, supo llegar bien alto, todo es cuestión de gustos; y si a ti te gusta Dalí, yo lo respeto.

Darío Bello