EnPU(n)TO FINAL
VOLVER SONRIENDO ES lo que hacías cada vez que me pegabas y te ibas. Volvías, al día siguiente, con esa sonrisilla impúdica, cabronazo… y luego llorabas desconsoladamente prometiendo que nunca más lo harías y rogando que te perdonara… y yo, tonta de mí, tragando, tragando y tragando hasta llegar aquí y ahora: a esta liberadora diatriba contra tu cuerpo inerte en medio de un enorme charco de sangre.
Daniel Olivera