La lucha trans y Stonewall
Kevin Guerra
Muchos sabemos lo que pasó la madrugada del 28 de Junio de 1969, en Nueva York. Los disturbios de Stonewall marcaron un antes y un después en la historia del movimiento LGTIB.
Stonewall, que estaba dirigido por la mafia, era un bar conocido por ser frecuentado por trans, drags, afeminados, jóvenes gais sin techo y prostitutos masculinos.
En un sistema hostil con los homosexuales, existían varios colectivos que querían demostrar que los homosexuales eran parte de la sociedad, en la que ya existían movimientos sociales por los derechos de los afrodescendientes, contra la guerra de Vietnam, entre otros.
En la época de los 60’ las redadas eran algo rutinario en los bares gais, donde reinaba una regla, si eras hombre y llevabas más de tres prendas femeninas, o viceversa, eras considerado transexual, por lo cual, ibas detenidx.
En una de esas tantas redadas, mientras se llevaban arrestadxs a trans y homosexuales, la policía recibió fuerte resistencia por parte del colectivo.
Dos personalidades que tuvieron un gran impacto esa noche fueron las transexuales Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera.
Marsha es recordada como una de las activistas más importantes en la noche de los disturbios, que antes de los disturbios, luchó por los derechos de los afroamericanxs y por los jóvenes de Puerto Rico, junto a Young Lords y Black Panthers.
Rivera, que tuvo que luchar varias veces contra su drogadicción y vivió en la calle. Sus experiencias la hicieron defender a quienes, desde su punto de vista, estaban siendo apartados de la sociedad, incluso por los sectores asimilacionistas de la comunidad gay, bisexual, lésbica y trans. Después de los disturbios Sylvia junto con
Marsha, fundaron S.T.A.R.
Street Transvestite Action Revolutionaries, era un grupo dedicado a ayudar a transexuales sin techo, luchaban por los derechos transexuales y por la excarcelación de lxs trans; S.T.A.R. luchó por la Declaración de Derechos Transgéneros en la Ciudad de Nueva York y por la Ley de No Discriminación Por Orientación Sexual, en el mismo Estados, que incluyese a la población trans.
Rivera, que trabajó duro en 1971, junto con la reformista Gay Activists Alliance (GAA), para promover una legislación antidiscriminatoria de los derechos del colectivo en la ciudad. Después de todo su trabajo, cuando llegó el momento de pactar, la GAA, que se estaba volviendo más conservadora, retiró la parte de los derechos dedicados al travestismo y drags.
Sylvia solía encabezar las manifestaciones, pero cuando la prensa aparecía “la empujaban” a un lado para que se viese un “aspecto más heterosexual” y de clase media.
En la época de los 90’ a Rivera se le prohibió el acceso al New York’s Gay & Lesbian Community Center, luego que ésta exigiera que se hicieran cargo de la juventud queer pobre y sin techo.