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Las Islas AforTUInadas

«Su propuesta constante de reducir costes en un entorno que cada vez depende más del turismo se traduce, necesariamente, en que los isleños debemos reducir nuestra calidad de vida a cambio de que ellos se sientan contentos con su negocio aquí» 

El Gobierno de Canarias proclama el apocalipsis económico a los cuatro vientos (algo poco recomendable para incrementar la inversión) con sus cuatro jinetes del apocalipsis: el ciudadano canario, la lucha obrera, la alternativa económica y la sostenibilidad. Cada uno de estos despiadados logrará tumbar un mundo ideal en el que los guiris llegan al paraíso terrenal con una pulsera que más allá del todo incluido significa que todo vale. Un mundo en el que solamente los grandes inversores tienen la bendición del todopoderoso mercado, pero ahora, aunque está en peligro tiene un nuevo salvador: el recién santificado gigante TUI vendrá al rescate de las AforTUInadas procurando que los cuatro jinetes se mantengan a raya con la inestimable ayuda de su representante en el paraíso terrenal, el GobCan.

¿Pero quién es TUI y cómo trata de proteger al todopoderoso mercado?

Es uno de esos colosos que crece alimentándose de lo que no le pertenece. Fue declarado culpable de delito fiscal entre 2004 y 2008 por no pagar en torno a 30 millones € en concepto de Impuesto de Sociedades a la Hacienda Pública. Defiende una actividad económica que se encuentre lo más liberalizada posible, su gran pretensión es explotar económicamente destinos turísticos como Canarias mientras llevan el mayor lucro posible fuera de aquí. Como se ha explicado en otras ocasiones esta situación incide directamente en un decremento de la calidad de vida y para ellos esto significa “abaratar costes de producción”.

En este sentido, ejerce presión constante sobre el sistema público y privado sobre la necesidad de abaratar costes en este destino turístico. Para TUI y otra media docena de gigantes que controlan más de la mitad del flujo turístico no somos más que una especie de fábrica en la que el bienestar social y laboral de sus trabajadores incide negativamente en los costes de la actividad, e independientemente de la productividad, entienden que es un margen de ganancia al que renuncian con este aumento del nivel de vida. Su propuesta constante de reducir costes en un entorno que cada vez depende más del turismo se traduce, necesariamente, en que los isleños debemos reducir nuestra calidad de vida a cambio de que ellos se sientan contentos con su negocio aquí.

Debemos recordar que estamos poniendo en un pedestal a quienes hace algo más de un año comenzaron a dejar tirados a Canarias diciendo que buscaban alternativas a los altos precios que tenemos en las Islas y promovieron una estrategia en la que su vuelta pasaba por abaratar costes de nuestro producto, empujando a que nuestro trabajo sea más precario conforme pasa el tiempo en lugar de lo contrario.

J. Pablo Monzón




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