Política

Manifiesto de la Junta Republicana de Canarias

Abril 2016

La Junta Republicana de Canarias (JRC) surge a partir del Movimiento Republicano Popular, que se ha venido desarrollando de manera espontánea en las distintas islas de nuestro archipiélago. La JRC no es un organismo jerárquico ni un partido, sino un movimiento abierto y una alternativa democrática radical que coordina las iniciativas locales comprometidas con los ideales ético-políticos del republicanismo.

Por lo tanto, en la JRC confluyen todos los movimientos sociales que emergen para recuperar el proceso emancipatorio de la sociedad.

La JRC es la auténtica alternativa democrática frente al partidismo electocrático que ha pervertido las democracias representativas, convirtiéndolas en democraduras gobernancistas (autocracias furtivas) bajo la presión del invisible gobierno global del kapitalismo-totalitario.

Desde los principios del radicalismo democrático que fundamentan la posición de los y las republicanas, consideramos que no tiene ningún sentido mantener una institución obsoleta y antidemocrática como la monarquía, que se hereda (genéticamente) y que en el caso concreto del estado de las españas es consecuencia de la designación del general-genocida, sin que esta monarquía juancarlista haya sido legitimada en ningún momento por una consulta democrática.

Ante la crisis triple que vivimos, crisis del bipartidismo y de la clase política, crisis de la credibilidad mediática, y crisis de la propia (i) legitimidad constitucional de la monarquía, desde el Movimiento Republicano apoyamos la confluencia de todas y todos los demócratas sinceros (en consonancia con las propuestas de democracia real del 15M y de la Asamblea de Cádiz), y EXIGIMOS EL INICIO DE UN PROCESO CONSTITUYENTE REPUBLICANO, PARA QUE LA CIUDADANÍA DECIDA.

No podemos olvidar los avances democráticos conseguidos durante la II República, y que el golpe militar-franquista y el estado-oligárquico-caciquil que se impuso después de la guerra echó por tierra, con su represión genocida. Se destruyeron los derechos conseguidos respecto a:

– La capacidad de autodeterminarse de las comunidades nacionales.

– Los avances para la clase trabajadora y campesina (con la ley de reforma agraria).

– Los progresos logrados por y para las mujeres, tales como la ley de divorcio, la ley del sufragio femenino, la ley sobre igualdad en los contratos de trabajo, o la creación del seguro maternal para obreras.

– El sistema laico-racionalista de educación pública, obligatoria, gratuita, activa, bilingüe y solidaria.

Todos estos desmantelamientos de derechos y de cultura democrática, alcanzados en la etapa republicana, no se han podido recuperar durante el largo período de la monarquía post-franquista. Es más, hemos padecido y seguimos padeciendo el brutal ataque perpetrado por la Troika-Euro-Kapitalista, con la complicidad del bipartido monárquico, que modificó de manera precipitada el art. 135 de la Constitución, supeditando así todos los recursos del Estado al pago de una deuda ilegitima y odiosa.

Como consecuencia de la crisis-estafa bancaria, se han venido aplicando recortazos y políticas austericidas por parte del gobierno decretador de Rajoy, dentro del marco de un complaciente contexto mafiokapitalista de corrupción, que se muerde la cola afectando inclusive al propio partido gobernante.

Y el gobierno de Canarias se viene uniendo con entusiasmo a las políticas de recortes antisociales, llevando a nuestra Comunidad Autónoma a liderar todos los índices de empobrecimiento, mientras la burguesía dependiente y las multinacionales se siguen beneficiando del escandaloso mecanismo de evasión fiscal que es la reserva de inversiones canaria (RIC).

La reciente propuesta de Ley del Suelo no hace más que ampliar las posibilidades del empresariado turístico para la urbanización desenfrenada del escaso suelo insular, eludiendo el gran reto ecológico mundial de la transición a las energías renovables, que en nuestras Islas harían posible que todos los edificios fueran autosuficientes, aplicando la moderna tecnología de placas solares. Pero para ello sería preciso cambiar el modelo económico de la política neoliberal kapitalista, por un modelo económico Ecosocialista, que es el único capaz de generar puestos de trabajo productivos.

La República que estamos construyendo con nuestra lucha, indudablemente tiene también que alimentarse de los valores de Igualdad, Libertad y Solidaridad, es decir, de la tradición ampliada de los Derechos Humanos y de la cultura democrática del republicanismo.

En consecuencia, urge levantar UNA ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA-REPUBLICANA, ECOSOCIALISTA Y FEMINISTA (asumiendo todas las reivindicaciones de los movimientos sociales), para poder salir de esta situación y regenerar la convivencia económica y política de la ciudadanía trabajadora, que es la que con su laboriosidad sostiene al país.

¡VIVA LA REPÚBLICA!

Junta Republicana de Canarias

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