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No te ahogues

Le huyó el voto al PP, señalado por la dolorosa Reforma Laboral que sufre España y sus posesiones de ultramar. Pero, otra aberración en la apestosa política del Estado español: El PSOE se erige como alternativa, y promete abolir la Reforma. La misma que ellos pusieron en marcha durante la legislatura de Rodríguez Zapatero, lo que -seguramente- le sirvió al PP de Rajoy para alcanzar la Moncloa en su momento.

En junio de 2010, Zapatero y su partido “socialista”, aprueban en el parlamento español el Real Decreto 10/2010 de 16 de junio. Con este R.D. se facilitaba y abarataba el despido. Pero no parecía suficiente para Bruselas; por ello, la puntilla viene a partir de la Ley 35/2010 de 16 de septiembre, justo una semana después de que -por fin- el Congreso ratificara el R.D. 10/2010 de 16 de junio. Lo aprobado en septiembre endurecía mucho más las condiciones laborales y traía aparejadas unas pérdidas de derechos que se irían instalando en la vida laboral paulatinamente.

Las presiones de Bruselas continuaron hasta ya instalado en la presidencia española Mariano Rajoy, por lo que el PP siguió robando derechos a la clase trabajadora y mermando su poder adquisitivo, al tiempo que pretendía favorecer al sector empresarial. Solo que las empresas necesitan consumidores, y en el estado español el número de consumidores descendía drásticamente.

Coalición Canaria participó de todo ello, en una continua complicidad con PSOE y PP. Por lo tanto, tuvo siempre la misma responsabilidad que su socio de turno. En todo el proceso, tan solo unas pocas voces discordantes (8 votos en contra) de independentistas de izquierdas vascos y catalanes marcaron la diferencia.

Pero después hay una aparición en la política española: algo así como un espejismo. Alguien entra llamando “casta” a la clase política, condenando sus formas y prometiendo abolir totalmente la Reforma Laboral. Sin embargo, no dudan en pactar con el PSOE en territorios concretos; el nuevo monstruito electoralista no tiene un fundamento ideológico visible y, en menos de nada, se dedican a hacer retórica populista: con el nivel que lo haría la casta más experta. Tal vez por ello, en vez de afianzarse en el espectro político estatal, después de unos resultados excelentes, Podemos se tambalea más que un trompo sin fuerza. Podemos se desprende continuamente de corruptos y muestra cómo no ha habido limpieza en su financiación; en menos de nada destacan igual que la casta criticada originalmente. Ya nadie habla de casta: todos son posibles socios.

Ahora pactan la abolición parcial de la más cruenta Reforma Laboral, del último medio siglo, en el estado español. Ahora que el daño está hecho: que tantos trabajadores y trabajadoras perdieron su empleo; que otros vieron caer vertiginosamente su poder adquisitivo y se convirtieron en asalariados pobres; que desaparecieron muchas ayudas; que muchas familias perdieron la vivienda; y, me atrevo a decir, ahora que se ha acabado con tantas vidas.

España es un estado de naciones en peligro de exclusión social. La sociedad europea siempre le quedó grande. No es que España “entrara” en Europa, es que la Europa comunitaria se la ha comido.

Para los que se están enterando ahora, no es que ya nadie quiera ser español. Es solo que en momentos como este se ve la fragilidad de lo que representa ese estado puzle, que pretende amarrar naciones por la fuerza y que, ni aun así, es siquiera la sombra de aquel imperio devastador de culturas y pueblos que fue.

Quizás, España está en su peor momento. Sin embargo, la mitad de las naciones que componen el estado español están a un paso de adquirir su emancipación. Mientras que en la ultraperiferia europea, en la tierra que antes se llamaban colonias africanas, seguimos siendo meros observadores y, si nos descuidamos, abandonamos el barco cuando esté posado en el fondo. Nos faltan políticos dignos de llamarse nuestros representantes, sobre todo, fuera del Archipiélago; a los de hoy, les falta capacidad para gestar una Canarias que camine hacia su propia soberanía nacional. Pero ese es nuestro problema y poco o nada tiene que ver con España y su Reforma laboral o con Bruselas, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Lo nuestro tiene más que ver con el nacimiento de organizaciones políticas nacionales, con capacidad progresista real, y la traducción en las urnas. Pero que nadie piense que hay que esperar: Para obtener resultados hay que ponerse a trabajar ya.

 
 
 

Pedro M. González Cánovas

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