¿»Pacto de progreso» en el Cabildo de Fuerteventura o pactar por sillones?
Teniendo en cuenta que el PSOE gobernaba en coalición con CC (siendo Marcial Morales de CC el presidente y Blas Acosta del PSOE el vicepresidente) cabe preguntarse si estamos realmente ante un caso de regeneración política y de progreso o, más bien, de simple política de sillones, de la que Podemos está participando apoyando a un declarado enemigo del pueblo
En las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo volvió a ganar Coalición Canaria en el Cabildo de Fuerteventura, que para esta cita electoral llevaban de cabeza de lista a una mujer, Lola García. En dicha institución el número total de escaños es de 23 (de modo que la obtención de 12 consejeros dan la mayoría absoluta), de los que CC obtuvo 7 consejeros, dos menos que en las elecciones anteriores, con un total de 9.162 votos. El PSOE, con Blas Acosta a la cabeza, quedó como segunda fuerza, con también siete consejeros y 8.420 votos. El PP quedó como tercera fuerza, con cuatro consejeros y 5.122 votos. Nueva Canarias-AMF fueron la cuarta fuerza, obteniendo tres consejeros y 3.929 votos y, finalmente, Podemos quedó como la quinta fuerza, con 2.548 votos y dos consejeros.
Ante esta situación los denominados “partidos progresistas” (que, según la prensa -y no solamente ella- no es únicamente Podemos el partido que debe ser considerado como tal, sino también Nueva Canarias y el PSOE) comenzaron desde el 31 de mayo a tantear con la posibilidad de pactar para realizar una moción de censura, expulsar a Coalición Canaria de la institución insular e investir a Blas Acosta como presidente de la Isla, del PSOE. Los números dan: los 7 consejeros del PSOE más los 3 de NC más los 2 de Podemos suman 12, mayoría absoluta. De hecho, el 18 de Junio Andrés Briansó y Pau Quiles, los consejeros de Podemos, declararon en Onda Fuerteventura[1] que el pacto estaba pendiente de ser validado por las bases y las esferas de los partidos. Dos días más tarde, MirameTV[2] publicaba que el 86% de la militancia de Podemos apoyaba la moción de censura que pondría el Cabildo en manos de Blas Acosta, del PSOE:
“La militancia de Podemos en Fuerteventura votó mayoritariamente de forma afirmativa, con 133 votos a favor y 21 en contra, en relación a la pregunta formulada en los siguientes términos: “¿Crees que Podemos debe apoyar una moción de censura contra la presidenta electa del Cabildo, de Coalición Canaria, para promover un Gobierno alternativo presidido por Blas Acosta, del PSOE, junto con NC-AMF y Podemos?”
El viernes 21 de junio Lola García se convertía en la primera mujer presidenta del Cabildo de Fuerteventura y tres días después, el lunes 24 de junio, PSOE, NC-AMF y Podemos presentaban la moción de censura, tal y como habían anunciado los consejeros de Podemos y el propio Blas Acosta[3].
Creo que lo sucedido merece una reflexión. En primer lugar, es cierto que expulsar a CC del cabildo sería un hito e incluso una alegría para todo aquel que se considere mínimamente progresista. 
El problema radica en que la urgente necesidad de expulsar a CC no puede llevarnos a apoyar a un partido tan peligroso como es el PSOE.
Algunos no nos cansamos de decir una y otra vez que el PSOE no es de izquierdas, pero en el caso concreto de la isla de Fuerteventura está tan claro que el PSOE es un enemigo declarado del pueblo majorero que uno no puede evitar extrañarse al ver que se celebra con alegría la moción de censura de la que estamos hablando, como si de un exitazo progresista se tratase. El líder de dicho partido fue investigado por irregularidades vinculadas a su gestión de Gesturpa, la empresa pública del Ayuntamiento de Pájara que se convirtió en la principal herramienta urbanística de dicho ayuntamiento durante los años más intensos de la construcción de hoteles y urbanizaciones turísticas[4], caso por el que, por cierto, aún no ha declarado[5]. Además, es favorable a que se haga el proyecto Chillida en la montaña de Tindaya[6] que, según sus propias palabras, “es compatible con el misticismo de la montaña y con la conservación de los grabados podomorfos”. También fue investigado por prevaricación urbanística por dar una licencia que había sido denegada con anterioridad[7].
Pero eso no es todo. El señor Acosta es ya bien conocido en los tribunales, pues también fue investigado por extorsión al empresario -que en aquel momento era presidente de la Cámara de Comercio de Fuerteventura- Gregorio Pérez Saavedra[8], también lo estuvo por supuestamente adjudicar a dedo los eventos paralelos en la carpa mundial de windsurf que se celebra en sur de la Isla[9]. Cabe añadir que Acosta -que dirigía en ese momento la Consejería de Política Territorial-, el líder del “pacto del progreso”, es uno de los principales impulsores, junto a CC, de la elaboración del Plan Insular de Ordenación que incluye 30.000 camas más[10]:
“Para La Oliva se han presentado iniciativas empresariales para 11.000 plazas alojativas. A apenas cuatro kilómetros de las Dunas de Corralejo, una de las postales más llamativas del Archipiélago, la compañía Gestión Empresarial Rudy, vinculada al empresario catalán Carlos Cebriá […] ha presentado un proyecto para desarrollar una urbanización de 2,7 millones de metros cuadrados y unas 8.000 camas”
En El Jablito se propone:
“hoteles, el muelle deportivo, un campo de golf y un plató de cine de 90.000 metros cuadrados. Los promotores calculan que el desarrollo de la urbanización requiere de una inversión de 589 millones de euros”
Y en El Cotillo:
“La empresa Cotucasa, radicada en Tenerife, quiere que el Plan Insular recoja la urbanización de una parcela de casi un millón de metros cuadrados a la entrada del pueblo. Su proyecto contempla 2.976 camas turísticas en hoteles de cinco estrellas y otros equipamientos aprovechando que en las bases del Plan Insular se permite otorgar hasta 1.000 camas a establecimientos alojativos vinculados a “instalaciones deportivas” o “de salud, balnearios y similares”
Teniendo en cuenta que el PSOE gobernaba en coalición con CC (siendo Marcial Morales de CC el presidente y Blas Acosta del PSOE el vicepresidente) cabe preguntarse si estamos realmente ante un caso de regeneración política y de progreso o, más bien, de simple política de sillones, de la que Podemos está participando apoyando a un declarado enemigo del pueblo.
Artículo de Cristian Sima Guerra para @elpaiscanario
