Reflexiones sobre la oleada de racismo en Canarias
En nuestra sociedad caer en el racismo es lo fácil ante ciertas amenazas o peligros, basta con que haya alguna situación difícil, como es la actual pandemia del coronavirus, para que mucha gente culpe al inmigrante. De hecho, observamos con frecuencia cómo se culpa al inmigrante prácticamente de cualquier problema social y económico: Si hay delincuencia, es culpa del inmigrante. Si hay desempleo, es culpa del inmigrante. Si hay familias con pocos recursos o prácticamente sin recursos, es culpa del inmigrante. Si hay machismo y agresiones sexuales, culpa del inmigrante. Si viene poco turismo a Canarias, culpa del inmigrante.
Debemos señalar que el actual repunte del racismo no viene de la nada. Las autoridades políticas, los medios de comunicación, el sector empresarial y la deficiente gestión del Estado han contribuido a esta oleada de odio y racismo. Para empezar, el Gobierno canario dio a entender que los casos de coronavirus importados eran exclusivamente los de las pateras, cuando se ha alentado a que vengan miles de turistas a través de unos aeropuertos en los que no se han establecido controles de ningún tipo. Y para que se vea la falsedad de esta idea que el gobierno transmitió a la población, ya Sanidad ha reconocido que el rebrote en Canarias está vinculado a la llegada de turistas españoles y europeos, y no de los inmigrantes [1]. En segundo lugar, algunos medios de comunicación han contribuido enormemente al crecimiento del odio a los más débiles, con titulares sensacionalistas, con portadas que hablaban de pateras con virus, aeropuertos libres de ellos y del inexistente efecto llamada, en lugar de actuar como medios comprometidos con el desarrollo de los valores humanos de solidaridad y convivencia. En tercer lugar, tanto el gobierno central, desentendiéndose de la situación, como los partidos que han gobernado en las islas, desmantelando los espacios para acoger migrantes, han contribuido a potenciar el racismo. Y, finalmente, parte el sector empresarial hotelero, declarando que acoger migrantes en los hoteles es una aberración.
Pero ¿qué es exactamente un inmigrante? pues es básicamente una persona que llega a un país o región diferente de su lugar de origen, para establecerse allí por un tiempo determinado o para el resto de su vida. En este sentido podemos hablar de migración dentro de un país o de migración internacional. Por lo tanto, en los medios de comunicación lo que vemos es una utilización ideológica y sesgada de la palabra inmigrante, ya que nunca aparecen como inmigrantes ni los españoles ni los europeos comunitarios que migran a Canarias. De hecho, estos últimos son asumidos como “extranjeros”, un concepto que no se ha visto cargado de connotaciones negativas, como sí ha ocurrido con el de “inmigrante”. Los inmigrantes en el discurso mediático son exclusivamente los asiáticos, los latinoamericanos y los africanos, especialmente los que vienen en pateras.
Son muchos los que en este momento se preguntan si realmente hay más racismo en Canarias, y no pocos dicen que en realidad no es así. Yo creo que antes de responder a esta pregunta debemos aclarar qué estamos preguntándonos realmente, ¿a qué nos referimos con “más racismo”?, ¿a que ahora hay un mayor número de personas en Canarias que son racistas?, ¿o a que la intensidad del racismo es mayor y ya no son únicamente comentarios en las redes, sino que alguno incluso se atreve a pasar a la acción (pedradas a un centro de menores migrantes Las Palmas, barricadas a migrantes en Tunte, una huelga de hambre para pedir la expulsión de los inmigrantes en Lanzarote)? Yo no sé si hay más o menos personas racistas, pero si observo que la intensidad del racismo está yendo a más, y ya se han visto acciones que recuerdan a épocas pasadas (2005-2007) en las que vimos acciones racistas muy serias.
Creo que el conjunto de la sociedad debe preguntarse por qué se cae en el odio y en el racismo. Por qué se dan por ciertos los bulos que nos dan a entender que los inmigrantes nos están invadiendo o planeando hacerlo, por qué este odio al vulnerable y al de abajo. Estamos hablando del origen del racismo y sobre sus funciones: 1) el racismo sirve para justificar las guerras para saquear, expoliar y robar riquezas a otros pueblos y deshumanizar a miles de millones de seres humanos para explotarlos de todas las formas posibles; 2) el racismo también sirve para que los ricos y los partidos políticos que les defienden se hagan más fuertes, porque hace que los trabajadores nacionales voten a estos partidos que, usando la inmigración como chivo expiatorio y como excusa, les darán más privilegios a los ricos y les quitarán derechos a todos los de abajo y no sólo a los inmigrantes; 3) el racismo también hace que se vea al inmigrante como una amenaza constante, como un peligro terrible que puede desestabilizar sociedades, empeorar las condiciones de vida, los niveles de empleo, de seguridad, etc. gracias al racismo los miedos de la ciudadanía se traducen en odio y desprecio al inmigrante.
Cristian Sima Guerra
NOTAS:
1. “En estos dos meses de repunte, el patrón ha cambiado. Según fuentes de Salud Pública
consultadas por esta redacción, los contagios de julio estaban asociados a la llegada de casos
importados de la Península o del extranjero después de que se diera por concluida la alarma y se
eliminaran las limitaciones para viajar. La eclosión, sin embargo, se ha producido en agosto”
(fuente: https://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/jovenes-movilidad-gran-canaria-covid-
colaboracion-mascarillas-cuarentena-las-palmas-de-gran-canaria-dispara_1_6173963.html