9 SEPTIEMBRE. A las 11 horas, manifestación desde la Plaza de Weyler de Santa Cruz de Tenerife: “¡más nunca “microalgas” en nuestras playas!”
Pocas dudas caben de que nos hallamos frente a un grave problema que afecta a nuestras costas y a la salud pública. La aparición de colonias de microalgas en las playas canarias a principios del verano disparó la alarma. Las manchas de color canelo en nuestras costas no “son algo natural a lo que debamos acostumbrarnos”. Su proliferación obedece a una serie de causas. Sobre algunas de ellas, la alta temperatura del mar originada por el cambio climático, tenemos escasas posibilidades de incidir directamente, pero sobre otras, la presencia de nutrientes como el fósforo, debida en su mayor parte al vertido de aguas residuales al mar sin depurar o mal depuradas, sí podemos exigir y exigimos a las autoridades responsables que le pongan pronto y eficaz remedio.
La verdadera enfermedad
Dicen quienes conocen el tema que las cianobacterias no son más que un síntoma de la verdadera enfermedad: el grave problema del ciclo integral del agua en Canarias. Desde el origen del agua que consumimos hasta su vertido sin depurar a la tierra (y finalmente a los acuíferos) y al mar, estamos ante una gestión del agua que beneficia tan sólo a sus propietarios privados, los aguatenientes, a las empresas suministradoras de agua y a las compañías encargadas de una depuración que no hacen, incumpliendo las leyes internacionales sobre vertidos de aguas residuales y poniendo en grave peligro nuestras tierras, nuestro mar y la salud de los que vivimos en las Islas.
Nos están mintiendo y robando
Un reciente informe confirma que el Gobierno de Canarias conocía que las cianobacterias son nocivas e incluso pueden ser tóxicas en algunos casos. Nos están ocultando información, nos están mintiendo, para tapar el intencionado, irresponsable y criminal abandono de sus responsabilidades.
Y nos están robando también: Durante todos estos años en la factura del agua que consumimos se nos cobran supuestos gastos por una depuración que no se está haciendo. Gobierno, Cabildo y ayuntamientos se pasan la pelota de su responsabilidad en todo esto, ponen en peligro la salud de los habitantes de las Islas, cometen un atentado ecológico continuado y son cómplices de la estafa de las empresas depuradoras que cobran por un servicio que no cumplen.
Es hora de actuar
No podemos seguir impasibles. Es hora de actuar. Está en juego nuestra salud y la de nuestros hijos.
Si nosotros no defendemos nuestra tierra y nuestro mar, nadie lo hará. Y menos que nadie esos canallas irresponsables y ladrones que no cumplen sus compromisos con el pueblo, y sólo miran por sus intereses y el de los empresarios a los que verdaderamente sirven.
Como canaria, me dan vergüenza.