Los que venderían a su madre
Vivir en Canarias es una contradicción como la copa de un pino canario (pinus canariensis), se preguntarán ustedes el por qué de dicha afirmación, la respuesta es bastante simple, porque vivimos en un paraíso (la parte positiva), explotado por las oligarquías (la parte negativa) desde incluso antes de la conquista, y en esto hay involucrados tanto personas nacidas en Canarias (vende patrias) y nacidas en España, ese gran país cívico que ha dado ejemplo de pacifismo, de justicia, etc. Que conste que estoy en modo sarcasmo activado.
Donde los ciclos son de cada cuatro años, y tres de ellos se los pasan de vacaciones, no les importas un carajo, no te quieren ni ver, pero de un día para otro, hay elecciones, y resulta que te incluyen en sus planes de futuro, te saludan por la calle, te sonríen como si fueses su amigo, te invitan a comidas de hermandad, se toman la confianza de mandarte propaganda electoral a tu casa; como yo sí soy un ejemplo, va directo para el contenedor de papel.
Luego nuestros dirigentes son conscientes de la situación precaria de la gente que no tiene hogar, no tiene ningún tipo de ingreso y sobrevive de la calle como puede, algunos vendiendo droga, algunas en la prostitución, algunos pidiendo unos euros para comer o buscando en los contenedores de basura.
Esos que dejan a Repsol instalar las plataformas petroleras en las costas de nuestras Islas, no respetando la opinión mayoritaria de los canarios, que es un NO rotundo a las prospecciones petrolíferas, en manifestaciones en todo el país canario, en varias partes de España e incluso en Estados Unidos, y otros países.
Son los que quieren extraer la traquita de Tindaya para enriquecerse, para llenar sus ya opulentas cuentas corrientes, sin importarles el impacto natural de una montaña de tal importancia cultural, una belleza arqueológica, donde en su interior se encuentras grabados podomorfos de hace miles de años.
Los mismos que quieren construir en una hermosa playa de Tenerife llamada La Tejita, un hotel, para que los touroperadores sigan haciendo el bussines, dinero que se tributa en Madrid, y en el que los empleados son prácticamente explotados, cobrando una miseria de sueldo. Como ocurre en el hotel de Fuencaliente Teneguia Princess, en la Isla de La Palma.
Esos que hablan de democracia y no respetan la supuesta constitución española, donde en el artículo 47 todos los españoles tenemos derecho a una vivienda digna. Lejos de la realidad, los canarios vivimos pegados a la costa de Marruecos, en el Noroeste africano, pero tenemos documentos, gobierno, leyes europeas, cosa que más que beneficiarnos, nos perjudica, ya que somos un territorio ultraperiférico o colonia.
Esos seres inanimados que permiten las leyes medievales (desde la conquista de La Palma el 3 de Mayo del año 1493), respecto al reparto del agua en La Palma, que son amigos de los caciques, los que especulan con este elemento tan vital, oligarcas que no nombraré por si se nos ofenden y reparten demandas judiciales, pero que todos sabemos quiénes son.
Son los mismos que te dicen cualquier cosa para conservar su cargo y seguir ganando el pastizal que ganan cada mes, y que no se esconden a la hora de presumir de coche caro, de traje italiano y de reloj de marca, son los mismos que cambian de actitud, se vuelven teóricamente más humanos para ganarse tu confianza y que les votes, te prometen la luna si hace falta, aunque lejos de su alcance, no son capaces ni de alcanzarte el bote del gofio, ya que les da igual que tengas dificultad para llegar a final de mes.
Luego en los debates se difaman entre ellos, y se defienden argumentando cosas que todos sabemos que nunca hacen bien, le tiran mierda al tejado del partido político ajeno, pero luego hacen pactos de gobierno, es todo un circo, un paripé de mucho cuidado, en el que siempre pierde el ciudadano, el obrero, y los canarios no estamos en un segundo, sino en un tercer plano.
Joel Pérez Noguera