Aquí huele a vivo
EL MUERTO HABLÓ… enmudeciendo, súbitamente, la repleta sala del velatorio; acallando los desconsolados llantos de viejas plañideras, escasos familiares y una legión de seguidores. El presunto cadáver se incorporó brevemente, sentándose, con los ojos muy abiertos, para proclamar: “creo, crean”… sembrando esperanza y desconcierto por igual; confirmando en su fe a los devotos creyentes, incautas víctimas de la enésima triquiñuela del amado líder.
Daniel Olivera