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Millones de personas a nivel mundial se movilizaron para parar la guerra en Irak hace 20 años

El 15 de febrero de 2003 se llevaron a cabo multitudinarias manifestaciones en todos los continentes. Un clamor se extiende por todo el planeta, la voluntad colectiva concentrada en el grito de No a la Guerra, consiguiendo la que era la mayor movilización mundial en la historia

Millones de personas salieron a las calles en muchas ciudades, con manifestaciones masivas en muchas de ellas, especialmente en países del norte imperialista, en Roma, Londres, París, Nueva York, Madrid, Barcelona… Millones de personas desfilaron a través del mundo en 800 ciudades. Según informaba la BBC en aquellas fechas se llegaron a manifestar entre seis y diez millones de personas, en alrededor de sesenta países sobre el fin de semana del 15 y 16 de febrero de 2003.

Fue una respuesta coordinada para intentar parar la inminente invasión de Irak por los EEUU, en lo que muchos considerábamos una guerra imperialista.

En el inicio de 2003 diferentes foros sociales y un numeroso número de organizaciones sociales como Greenpeace, organizaciones no gubernamentales pertenecientes en su mayoría a la izquierda política, movilizaron a ciudadanos de todo el mundo, que salieron a la calle para intentar evitar la guerra contra Irak liderada por Estados Unidos, realizada con una amplísima mayoría de la opinión pública en contra.

Las manifestaciones fueron especialmente relevantes en los países comprometidos con la invasión (Australia, Estados Unidos, España, Reino Unido, Portugal, Polonia, Italia, Dinamarca). Éstas fueron las primeras manifestaciones convocadas por internet y SMS, y se mostró la efectividad de los nuevos medios, ya que la protesta mundial (o marcha por la paz) se comenzó a organizar solo un mes antes de su realización. El lema escogido fue ¡No a la guerra!

En numerosas ciudades del mundo de todos los continentes salieron a la calle exigiendo a nuestros gobiernos la no intervención militar de Irak. Las históricas movilizaciones internacionales de aquellos días se atrevieron a pararle los pies a Bush, a Aznar y a Blair.

El auténtico objetivo de esta ocupación militar era puramente colonial (saqueo del petróleo, los negocios de la reconstrucción, imponer un gobierno títere, el interés geoestratégico de Irak…). Como se demostró (y ellos lo sabían de entrada): nada de armas de destrucción masiva, nada de conexiones con el “terrorismo” internacional… y que Aznar como la voz de su amo no hacía sino repetir lo que éste le dictaba… pero además participó activamente con tropas de ocupación (soldados, guardias civiles, tropas de arriendo de Latinoamérica) para reprimir la justa resistencia del pueblo iraquí a sus ocupantes imperialistas. Las bases norteamericanas en la Península Ibérica, el aumento escandaloso de los gastos militares, eran parte de ello.

La galopante militarización de Canarias, en aquellos años y también ahora con el proyecto de utilización de las islas como plataformas para la guerra (puertos, aeropuertos e instalación de radares en Anaga, Malpaso y Montaña Blanca) estaban dentro de ese repliegue a los dictados del imperialismo norteamericano.

Luego de la invasión continúo el apoyo a la resistencia justa del pueblo de Irak a los ejércitos de ocupación que se establecen en su territorio. También en el Estado español exigiendo la retirada de los soldados y fuerzas policiales enviadas por Aznar como parte de la tarea del momento del movimiento por la paz en aquellos años. Tampoco era aceptable que aquella ocupación se hiciera bajo el manto de la ONU. La ONU ha demostrado ser sobradamente un mero apéndice de los intereses norteamericanos, aunque puntualmente se desmarque de su política. Peor, no es un instrumento útil para nuestra lucha, pues quienes la componen, los estados capitalistas del mundo, no van a estar interesados en poner en peligro los intereses del imperialismo norteamericano, ni siquiera muchos gobiernos de países semicoloniales, pues han demostrado ser meros cipayos de aquel, cumpliendo con el pago de la Deuda Externa y los dictados del FMI y del Banco Mundial.

Oriente Medio es clave para el imperialismo norteamericano en sus planes de imponer su nueva estrategia mundial. Apoyar a fondo la resistencia de masas del pueblo iraquí era clave en nuestro combate contra nuestros gobiernos, contra la globalización neoliberal.

En España, el PSOE accedió al gobierno con la promesa de José Luis Rodríguez Zapatero de salir de la implicación del Estado español en la ocupación de Irak. Aunque continuó la utilización de las bases norteamericanas o la permanencia en la OTAN. Ha continuado reforzando esa alianza estratégica con el imperialismo norteamericano con el actual gobierno del PSOE-UP.

Hoy luchar contra la guerra en Ucrania vuelve a ser una necesidad internacional, por solidaridad con la clase obrera de los pueblos de Ucrania y Rusia, que son los que llevan el peso de este enfrentamiento bélico, con la pérdida de vidas, sino también por el bienestar de millones de trabajadores y pobres en Europa, pero sobre todo en países de África y otros continentes por los encarecimiento de los alimentos y de las materias primas.

Hoy, se vuelve a sentir como una necesidad volver a las calles de muchas ciudades y países, a decir: ¡No a la guerra!

 

Manuel de la Rosa Hernández

 

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