Orgullosa semilla de drago
Sara Hernández, portavoz de Drago Canarias en La Palma
Cuando me volví a La Palma hace ya casi cuatro años en un —puede que inocente— intento de encontrar la manera de dedicar mi vida a tener un impacto positivo en mi entorno, creo que nunca imaginé que tan pronto y de una forma tan directa pudiera estar haciéndolo realidad.
Eso pensé el pasado sábado en la III Asamblea Nacional de Drago Canarias, mientras escuchaba orgullosa y con muchísima atención las intervenciones de mis compañeros y compañeras de militancia. Drago ha conseguido unir a cientos de personas que andábamos frustradas recorriendo ese camino de búsqueda de cómo contribuir al cambio, para juntas convertirnos en una herramienta súper poderosa de transformación.
La III Asamblea Nacional de Drago Canarias celebrada este sábado apuesta por un cambio político en Canarias
Poder estar en un espacio diverso, lleno de personas luchadoras, en el que cada una quiere aportar desde sus conocimientos o sus vivencias, en el que todas escuchamos con atención, discrepamos o no, debatimos, votamos, decidimos… produce un chute de energía brutal.
Tuve la suerte de estar en Drago Canarias desde su nacimiento, larvado en el descontento y la angustia de ver la situación actual del archipiélago, pero a su vez en la ilusión de poder bregar por los derechos y la soberanía del pueblo canario, la sostenibilidad real de nuestro territorio y las ganas de luchar contra todo tipo de desigualdad.
La alegría que da construir con más personas que quieren lo mismo que tú es única, y en estos tiempos en los que la desesperanza, la frustración y la tristeza pueden apoderarse de nosotras, lo colectivo se convierte en un instrumento muy poderoso.
Sentirse parte de una herramienta colectiva que trabaja para contribuir al cambio desde donde se toman las decisiones que influyen en la vida de la gente es muy potente, y en Drago Canarias estamos trabajando para generar un espacio donde la voz de todas las que queramos contribuir sea escuchada y valorada en cada asamblea, cada bloque de trabajo o cada unidad territorial. Pero no voy a mentir: requiere mucho trabajo, aunque merece la pena porque todo el tiempo y esfuerzo colectivo tiene el potencial de transformar realidades.
En estos tiempos que corren no debemos subestimar la importancia de militar políticamente. En Canarias vivimos un momento crucial, marcado por el auge del fascismo y el creciente ataque a los derechos fundamentales de muchas personas, pero también por la rotura flagrante del consenso social existente hasta ahora en torno al turismo, que parecía inquebrantable, y el reclamo de la necesidad de un cambio de modelo por parte de la población.
Ante esta realidad, la acción política se vuelve no solo un deber, sino una necesidad. Militar políticamente significa tomar una postura activa, no solo reaccionando a las injusticias, sino trabajando proactivamente para prevenirlas y construir estructuras sociales y políticas que garanticen los derechos y la dignidad de todas.
Y si considero que en este momento Drago es necesario a nivel archipielágico, en La Palma cobra aún más sentido, porque estamos en un punto de inflexión en el que los poderes políticos y económicos están pisando el acelerador hacia ese modelo de “desarrollo” que ya ha fracasado en otras islas. Un modelo basado en un turismo de turoperación que solo genera trabajos precarios y acumulación de riqueza en unas pocas manos, aumentando aún más la brecha de desigualdad que sufrimos. La clave es que aquí aún estamos a tiempo de cambiar el guion.
Aquí, la necesidad de que exista una voz alternativa a la voz monolítica que se suele dar dentro del Cabildo —CC-PP-PSOE— es indiscutible porque, aunque intenten hacernos creer que solo existe un modelo de isla posible —que es el que ellos quieren instaurar—, existen otros horizontes económicamente viables, y a su vez generadores de vidas dignas en equilibrio con el entorno que nos sostiene.
No perdamos eso de vista: hay otras maneras de construir futuro sin dejar a nadie atrás, pero para transformar hay que organizarse.
Juntémonos, organicémonos, reescribamos el guion. Cambiemos el relato y transformemos esta tierra, porque nos merecemos poder quedarnos aquí.
Sara Hernández
portavoz de Drago Canarias en La Palma
No parece casualidad que llegaras a La Palma en plena pandemia, les pasó a muchos. Tu artículo parece un intento desesperado de buscar militantes para un nuevo partido donde vas a “bregar” contra todo tipo de desigualdad y por nuestra soberanía entre otros asuntos como dices. ¿Piensas que eres la primera que dices esto?, Los que estudiamos fuera y volvimos a nuestra isla, llevamos mucho tiempo haciéndolo. Como ya sabrás a través de muchos colectivos y algún partido que se creó con la ola de Podemos. No entiendo, ni entenderé el afán de protagonismo de algunos en política, y no entiendo, ni entenderé el afán de seguir dividiendo lo poco tenemos, es hora como dices, más que nunca, de dialogar, unir ideas y como no presentarse en una lista conjunta, seria y sin protagonismos. En las últimas elecciones se vio claro que esto fallo y si tuvieras menos afán de protagonismo y más ganas de cambiar las cosas, no estarías escribiendo este artículo, estarías hablando con el resto de formaciones para publicar una nota de prensa donde diga “Por fin estamos unidos en La Palma”.