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Transformación del modelo de colonización y modo de dominación actual

El estado metropolitano colonial español ejerce su poder, dominio y control sobre la administración territorial colonial del Archipiélago canario con el objetivo perpetuo (más de seis siglos) de rapiñar los recursos de la economía cautiva que nos han diseñado en diferentes épocas de colonización española. Parapetados en sus leyes económicas coloniales dando vigencia con un gobierno de cipayos  y el engranaje institucional del estado español. Los actores participes en esta rapiña colonial y que intervienen en el manejo de la explotación económica y laboral sobre el pueblo Canario, pues sabemos quiénes son: Gobierno colonial canario + Metrópoli + Burguesía = empresarios + empresas mercantilistas españolas + poder judicial + poder militar y eclesiástico.

Hay que recordar que cuando las Españas  invadieron el Archipiélago canario y al no existir recursos minerales, «oro» principalmente, que es lo que siempre buscan los invasores de un territorio, pues evidentemente el recurso económico principal fue la mano de obra y venta de esclavos de nuestros ancestros canari@s y la apropiación de tierras. Hasta hoy en día sigue vigente dicho modelo de explotación  en la sociedad canaria pero con métodos diferentes y adaptados a los nuevos tiempos, «gobierno con puño de hierro pero envuelto sibilinamente en un bonito guante de seda».

El sistema colonial y de dominación actual simplemente trata de dar prioridad a sus economías y comercio introduciendo preferentemente sus productos para capturar las rentas del trabajo del ciudadano canario y siempre en detrimento de la economía, comercio y producciones locales donde articulan leyes leoninas para penalizar las producciones y economía interiores, donde se destruye principalmente todo tejido productivo en el Archipiélago. Tenemos claros ejemplos.

Todas las ganancias obtenidas de la rapiña mediante su comercio monopolista una parte de ellas son reinvertidas sobre todo en forma de infraestructuras (puertos, aeropuertos, carreteras…) y siempre recordándote que ese dinero es prestado, cuando realmente es nuestro, de lo que los canarios hemos pagado a sus arcas coloniales.

Estos colonialistas siempre tienden a seguir ampliando dicho comercio, lo que produce a la misma vez un flujo de  colonos desde la metrópoli o autorizando entradas masivas de colonos europeos y poder así seguir rapiñando los recursos de la Nación Canaria y de su pueblo. La población autóctona a la misma vez, e intencionadamente, resulta desplazada de los flujos económicos, creando guetos de dependencia económica y política colonial siempre utilizando este anacrónico sistema de segregación para ejercer un control sobre la población autóctona originaria. El español sabe perfectamente lo que es canarias y su población criolla, estuvieron seis siglos subyugando pueblos, y a los primeros que aplastaron fueron a nuestros ancestros y hasta la actualidad nos siguen pisando, ellos, los godos son los inventores de como se coloniza y se anula a una población originaria en su identidad y cultura.

Trasladándonos al presente y a ese mundo que llaman globalizado, y  que a Canarias y a los canarios  nos han metido en ese saco de podredumbre global (española y europea sobre todo),  hay actualmente  países ricos cuya situación privilegiada se sigue apoyando básicamente en el intercambio comercial. Este es sobre todo el caso de Japón, cuyo cuantioso ahorro neto (fruto de su capacidad exportadora, unida a la tradicional frugalidad de su población) ha venido financiando buena parte de la deuda pública y exterior de Estados Unidos. Sin embargo, en otros países con sistemas financieros más capaces, este modelo ha ido evolucionando hacia otro en el que se impone la hegemonía financiera sobre la comercial.

Estados Unidos tiende a apoyarse en empresas transnacionales domiciliadas en su territorio que despliegan sucursales para comprar y controlar el mundo, operando con el ‘dinero financiero’ que ellas mismas emiten. Ya no hacen falta administraciones coloniales, sino estados permeables al negocio de las entidades, que faciliten la sucursalización de otros países, como una especie de erupción que invade otros países.


El predominio del poder de las empresas transnacionales sobre los Estados se plasma en la existencia de ‘paraísos fiscales’ que les permite escapar a la normativa dictada por estos últimos, a diferencia del resto mayoritario de empresas y ciudadanos ‘normales’.

Pero este modelo quedaría incompleto sino subrayáramos que necesita apoyarse en un potente ‘apalancamiento’ militar.

En este modelo de globalización se amplía considerablemente la capacidad de compra sobre el mundo de los ricos, por ende, el flujo neto de energía y materiales que reciben desde el resto del mundo, que les ayuda a cuidar la calidad de su medio ambiente local.


En este modelo, ejemplificado por Estados Unidos, pero también por países como Gran Bretaña, Suiza… o España, ya no es tanto el comercio de mercancías, ni de servicios lo que equilibra las cuentas de los países ricos frente al exterior y nutre su capacidad de compra sobre el planeta, sino la atracción que ejercen sobre el ahorro del mundo. Es el ahorro del mundo que acude a invertirse en títulos emitidos por los estados y las corporaciones de los países ricos o en simples depósitos bancarios lo que salva sus cuentas y mantiene la cotización de sus monedas y títulos. Con el agravante de que esta función atractora del ahorro acentúa la escasez de capitales en el resto del mundo, que pasa a ser gestionada interesadamente desde los núcleos de poder mundial mediante la concesión ‘discrecional’ y ‘condicionada’ de ‘ayudas’, ‘inversiones’ o préstamos que acentúan la dependencia de los países que la reciben.

Canarias y l@s canri@s nos encontramos en una encrucijada de una magnitud de importantes desigualdades y problemas sociales con  un deterioro de la identidad y cultura sin parangón en nuestra historia milenaria, seguimos abrazados a un cadáver que se llama España  y si no nos soltamos de ellos nos llevarán hasta las profundidades sin solución, y ya estamos hundidos.

Hay una población de 350.000 personas sin trabajo y otras 360.000 que cobran menos de 1000 €, y una España que se debate en  su propia entelequia sin un gobierno a la vista con una deconstrucción que no cesa y con su soberanía vendida a EE.UU y a EUROPA. España son los restos de lo que fue un imperio.

«No hay mal que dure cien años e idiotas que lo aguanten».

 
 
 

Arturo Caballero González

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