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Votar a AHORA CANARIAS para seguir luchando, luchando, luchando

En el año 2011 escribí un artículo titulado “No queremos competencias, queremos soberanía”, mucho ha llovido desde entonces pero poco ha cambiado, así que les ofrezco este nuevo artículo, que es una readaptación al momento actual de nuestra nación de aquello que dije en el 2011.

Tras un largo periodo histórico  caracterizado por una situación jurídica de estatus colonial del Archipiélago Canario  (recordemos que en la Constitución de 1812, en su artículo 10, cuando se definen los territorios españoles de ambos  hemisferios dice«…y las Canarias con las demás posesiones de África»), posteriormente fuimos una región española, eso sí, cuidadosamente guardadita en un rectángulo,  bajo las Islas Baleares, y en mitad del Mediterráneo; la denominada transición nos convirtió, por el arte de la magia continuista, en una de las 17 Comunidades Autónomas del Estado español,  para, finalmente, acabar siendo una región ultra periférica  de la Unión Europea. 

Jamás ningún gobierno, ni español ni canario, ha preguntado a nuestro pueblo qué quiere ser. Nuestra capacidad para decidir, nunca ha sido reconocida, como si eternamente menores de edad fuéramos. Y, en la única ocasión que nos permitieron votar, si entrar o no en una Organización Internacional (la OTAN), hicieron justo lo contrario de lo que los y las canarios decidimos.

Todas las formulas político-jurídicas para definir Canarias no han pretendido otra cosa que hacernos olvidar un hecho fundamental, que somos una nación. Y a estos intentos no son ajenas las burguesías insulares y  sus representantes políticos.  Obviedades como que somos un archipiélago atlántico compuesto por tierra y mar (Adán Martin en 2006) han resultado estupideces útiles para ocultar la sencilla realidad: somos una nación colonizada desde el siglo XVI y, en consecuencia, tenemos derecho a la soberanía sobre nuestro territorio, nuestros recursos, nuestras aguas y nuestro espacio aéreo.

Resulta cuanto menos patético, los inmensos esfuerzos de Coalición Canaria para seguirse llamando nacionalista a la vez que nos vende al mejor postor, llámese Reino de España, OTAN o AFRICON.

Si realizáramos un balance, casi cuarenta años después de la aprobación del estatuto de Autonomía de Canarias, la cuenta de resultados para el pueblo canario sería espantosa:

El 40% de personas residentes en Canarias (por encima de las 840.000) se encuentran en riesgo de pobreza severa o exclusión social, si posibilidades de una alimentación equilibrada, sin cubrir el conjunto de necesidades básicas y sin ninguna fe en las administraciones publicas. 

Más del 21 % de nuestra población activa se encuentra en situación de desempleo, de las que más del 51% no cobra ningún tipo de prestaciones. En las estadísticas internacionales, avaladas por la Organización Internacional del Trabajo, por encima de esta cifra de desempleo sólo se encuentran países en situaciones bélicas o recién salidos de las mismas y países africanos extremadamente pobres. Lo más grave es que se trata de un desempleo de carácter estructural sin posibilidad alguna de cambios mientras no se produzcan transformaciones en el modelo de “desarrollo” terciarizado y dependiente.

El fracaso escolar es parte de la cotidianidad de nuestra juventud; y quienes consiguen superar todos los obstáculos y titular en los distintos niveles de enseñanza se ven en la obligación de salir de su tierra (como tantas veces hemos hecho) para ganarse el sustento. Los contenidos curriculares canarios en los distintos niveles educativos son papel mojado (jamás se les ha dotado de recursos);  nuestra sanidad sólo puede ser calificada de tercermundista, con largas listas de esperas, trato discriminatoria para los y las contribuyentes en los servicios de salud  privatizados. La aplicación de la Ley de dependencias en nuestro país, Canarias, ha sido de chiste, antes de que se empezará a aplicar ya nos habían quitado el presupuesto para la misma; las personas dependientes fallecen antes de poder acceder a esta ayuda y sus cuidadoras (mayoritariamente mujeres) quedan a merced de un mercado laboral incapaz de ofertar alternativas de trabajo digno y de calidad.

En cuanto al  modelo de desarrollo (también es de risa llamarlo así), es un modelo absolutamente dependiente, centrado en intereses foráneos, ajenos a la nación, destructor de nuestros recursos naturales y medio ambientales, que ha acabado con toda posibilidad de ejercer una mínima soberanía alimentaria y ha convertido a nuestro país en una tienda de aceite y vinagre. Y por si todo ello fuera poco la inversión de los Presupuestos Generales del Estado Español disminuye, año a año, la inversión por habitante en Canarias respecto a la media del estado. Necesitaban que dependiéramos de todo y para todo de Europa, y lo han conseguido. No puedo recordar la de veces que he oído hablar de los y las africanas que emigraban clandestinamente, aún a costa de arriesgar la vida, deslumbradas por las imágenes de abundancia y riqueza que veían en nuestras cadenas televisivas; y mientras, ¿qué creen que estaba mirando la población de Canarias?, miraban hacia Europa, deslumbrada, no sólo por las cadenas televisivas, también por las subvenciones para grandes e innecesarias infraestructuras, que sin embargo no han acabado ni con el desempleo ni con la miseria de nuestro pueblo, y en cambio, han servido para aumentar la destrucción de nuestro entorno y permitir pelotazos inmobiliarios o inversionistas de la pandilla de políticos desarmados que llevan 40 años haciendo la pantomima de gobernar en Canarias cuando en realidad en este perdido rincón del Atlántico nada se decide. Mientras, eso sí, se devuelven los fondos de lucha contra la pobreza, porque las personas pobres de este país no interesan a nadie.

Cierto que, 40 años después del Estatuto de Autonomía,
Canarias no es una colonia a la antigua usanza. No existe un aparato colonial (ejército y aparato de ocupación especializado, diferencias exacerbadas entre nativos y colonos), pero eso responde, sólo y exclusivamente, a que ya no lo necesitan. Los grandes aparatos de dominación hoy se llaman multinacionales, medios de comunicación, homogenización cultural, pobreza y exclusión, sistema educativo y, cómo no, normalización de una permanente ocupación militar internacional. Y, solamente, cuando estos mecanismos fallan la represión hace gala de su histórico poder contra los y las que nos negamos a aceptar esta realidad. Todas las políticas desarrolladas en estos cuarenta años tienen un solo objetivo hacernos sentir europeos de clase media, algo que ni somos ni seremos jamás.

Por ello, después 40 años podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que,   al menos en Canarias, el sistema de autonomía ha fracasado, como no podía ser de otra manera, ni que decir, que mucho más nuestra incorporación a la Unión Europea, y que ahora lo que le queda a las instituciones canarias es gestionar las migajas que nos manden de Madrid y para ello se recortan derechos a nuestros ciudadanos y ciudadanas, salarios a nuestros profesionales de las administraciones públicos (eso si nos quitan médicos y maestros y nos ponen policías) y todo ello se hace en función de los intereses de los capitales financieros que nada tienen que ver con los de la mayoría social de Canarias. Si tuviéramos un Gobierno Canario con dignidad diría que no gestiona la miseria, ni recorta salarios, ni aplica la reforma laboral, ni sube impuestos que afecten a la cesta de la compra, ni… Pero como no lo tenemos hay que evidenciar su ineficacia y su traición a Canarias. Ese mismo Fernando Clavijo  que ha recorrido todo tipo de pasillos españoles y europeos  para mantener los privilegios  y exenciones fiscales del REF con su Reserva de Inversiones de Canarias (esa fórmula de evasión de capitales made in Canarias), en su reciente estrenado nuevo Estatuto de Autonomía, no lo hemos visto hacer lo mismo para que se respeten los derechos sociales de la mayoría de la población del archipiélago, por ejemplo, a través del reconocimiento en el mismo de un Marco Propio de Relaciones Laborales que posibilite, entre otras cosas, la no aplicación en nuestra patria de las sucesivas reformas laborales.

Las batallas que hoy debemos librar son más duras y complejas que nunca; porque, en primer lugar, debemos vencer nuestras propias resistencias ideológicas,  lo que, en el año 56 del pasado siglo, ya definió Albert Memmi como complejo del colonizado.

Es el momento de ponernos de pie, y decir de frente al Gobierno de Canarias y al Gobierno del reino de España que no nos valen sus miserias, sus limosnas. Que, cuarenta años después, nuestro pueblo sigue empobreciéndose y nuestros recursos siguen bajo control de otros. Que no queremos sus competencias, lo que queremos es soberanía, tenemos derecho a construir nuestra nación como cualquier pueblo del mundo.

Pero el autentico movimiento independentista tampoco hemos sido ajenos a todo esto.

Nos ha faltado conciencia, nos ha faltado empatía entre nosotras, nos ha faltado capacidad de negociar y resolver las diferencias, nos han faltado herramientas adecuadas para aglutinar la ideología y la política que defendíamos, nos ha faltado capacidad de analizar la realidad concreta de la mayoría social de Canarias en cada momento histórico y capacidad de dar respuestas certeras a esa situación, nos ha faltado capacidad autocrítica que nos permitiera corregir errores. Nos ha faltado ambición colectiva, esa de la que hablaba Gramsci que convierte a los pequeños pueblos en gigantes históricos.

Nos han sobrado otras muchas cosas, nos han sobrado personalismos, nos ha sobrado ambición personal, nos ha sobrado sectarismo, nos ha sobrado romanticismo, nos ha sobrado crítica destructiva, nos ha sobrado cainismo.

Superar esta fase de estancamiento no será tarea fácil, pero por primera vez, en muchos años, disponemos de una herramienta que nos permite comenzar a avanzar: Ahora Canarias.

Es necesario hacer, en esta nueva etapa, un inmenso ejercicio de honestidad y autocrítica, decir la verdad a nuestro pueblo. No vamos a ganar estas elecciones ni siquiera nos vamos a acercar. Ahora Canarias es una herramienta de futuro cuyo trabajo más importante es comenzar a reorganizar nuestras fuerzas y trabajar junto a nuestra gente por la mejora real de las condiciones de vida colectiva y en ese camino, avanzar hacia la soberanía nacional.

Ahora bien tampoco podemos permitir que nos sigan contando el cuento del lobo para que caigamos en la trampa del voto útil, absolutamente inútil para Canarias, ese voto del miedo a afrontar los retos históricos que tenemos planteados, ese voto a supuestas izquierdas que nos empobrecen igual que las derechas, a supuestos nacionalistas que no tienen problema alguno en traicionar los intereses generales de nuestra nación por cuatro migajas de Madrid o Bruselas. Porque si queremos hablar de voto útil para Canarias digamos la verdad. El voto útil en nuestro país es el voto que no va a los falsos nacionalistas, que no va a Coalición Canaria, que no va a Nueva Canarias, el voto útil en Canarias es el que no va a supuestas organizaciones de izquierda que de Canarias sólo se acuerdan cuando necesitan vacaciones o votos, eso si, luego ondean, oportunistamente, nuestra bandera, sí, esa misma bandera que nos ha costado años de lucha, represión y mucho sufrimiento para que sea el autentico símbolo de identidad de nuestro pueblo.

Así que el único voto útil en nuestro Archipiélago es aquel que ayude a potenciar una organización única del movimiento soberanista, una organización con los ojos, las ideas y el trabajo puestos en el futuro de nuestra nación: AHORA CANARIAS.

Porque nosotros, nosotras, sabemos dónde nuestro pueblo será más feliz, en una Canarias libre, en una Canarias socialista. Dije en el 2011 que a ese objetivo dedicaré hasta el último segundo de mi existencia porque mi pueble también tiene derecho a ser parte de la historia de los pueblos libres del mundo. Hoy lo mantengo y por eso les pido el voto para Ahora Canarias no para gobernar, no para colocar a nadie en ningún sillón sino para hacer lo que mejor sabemos hacer luchar, luchar, luchar.

Lucy Rodríguez

Candidata de Ahora Canarias al Senado por Gran Canaria




2 comentarios en «Votar a AHORA CANARIAS para seguir luchando, luchando, luchando»

  • Mí más sincera enhorabuena por tan sublime artículo. «Porque se puede decir más alto aunque no más claro»… Siempre vigente.
    Ahora Canarias 💙 Ahora Repúblicas

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