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La menopausia: una ruptura con la esclavitud patriarcal

La menopausia es un proceso natural en la vida de las mujeres que, bajo la mirada patriarcal, ha sido transformado en un problema que debe corregirse. En lugar de verse como una etapa de autonomía y liberación, la sociedad la ha patologizado, exigiendo que las mujeres busquen soluciones para seguir siendo deseables, disponibles y funcionales dentro del sistema que las oprime.

Desde siempre, el patriarcado ha definido el valor de las mujeres en función de su capacidad reproductiva y su disponibilidad sexual. Se nos ha hecho creer que la feminidad está ligada a la juventud, la fertilidad y el deseo sexual, y cuando una mujer deja de ser fértil o su libido cambia, se la considera menos valiosa. Se le dice que debe esforzarse por «mantener la chispa», que no debe «descuidar» a su pareja y que hay tratamientos para «resolver» su falta de deseo. Pero, ¿por qué la estabilidad de una pareja o familia debería depender de la disposición de una mujer a tener sexo?

El problema no es la menopausia, sino la idea patriarcal de que las mujeres existen para complacer. Si una mujer pierde el deseo, en lugar de preguntarse qué necesita ella, la pregunta siempre es: «¿Cómo hacemos para que vuelva a querer sexo?» Esta mentalidad convierte la sexualidad en una obligación y perpetúa la idea de que el cuerpo femenino pertenece a otros antes que a sí mismo.

El enojo masculino ante la negativa

Cuando una mujer dice que no quiere tener sexo, muchos hombres reaccionan con enojo y frustración. Esto no es casualidad, sino el resultado de siglos de socialización patriarcal que ha enseñado a los hombres que tienen derecho al cuerpo de sus parejas. Se les ha inculcado que su deseo sexual es una necesidad biológica incontrolable y que la mujer está ahí para satisfacerlo.

En lugar de aceptar la masturbación como una alternativa válida y normal, muchos hombres la ven como una solución «inferior» porque, en el fondo, no buscan solo placer, sino validación. Tener sexo con una mujer refuerza su identidad masculina y su poder dentro de la relación. Si la mujer se niega, lo interpretan como una amenaza a su virilidad en lugar de un acto de autonomía.

Despatologizar la menopausia y liberar la sexualidad femenina

El feminismo radical nos ofrece una respuesta clara: la menopausia no es el fin de la feminidad, sino el fin de una feminidad impuesta por el patriarcado. En lugar de verla como una pérdida, debemos reivindicarla como una oportunidad para alejarnos de las cadenas de la opresión sexual y centrarnos en nuestro bienestar.

El deseo sexual femenino no es una deuda, y la estabilidad emocional de un hombre no debería depender del acceso al cuerpo de una mujer. La verdadera liberación está en que las mujeres sean dueñas de su cuerpo en todas las etapas de su vida, sin culpa, sin presiones y sin miedo a la reacción de quienes han sido enseñados a poseer en lugar de compartir.

La menopausia no es un problema, sino una revolución en el camino hacia la verdadera autonomía femenina.

Antonella Aliotti

Feminista Radical, antirracista

Defensora de la Casa Común

Activista de DDHH y Sociales

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