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La población canaria respiró en 2020 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS

La reducción de la movilidad por la crisis de la COVID–19 ha provocado una mejora general sin precedentes de la calidad del aire

En el año más cálido en el Estado español desde 1961, las medidas de lucha contra la pandemia han paliado los episodios de mala calidad del aire, salvo en Canarias

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 800 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos estatales.

Durante el año 2020, se han recopilado los datos de 57 estaciones de control de la contaminación, pertenecientes a las redes de vigilancia del Gobierno de Canarias, de distintas instalaciones industriales, de AENA y de la autoridad portuaria de Las Palmas de Gran Canaria, las dos últimas fuentes no consideradas por el Gobierno autonómico en su evaluación de la calidad del aire. La autoridad portuaria de Santa Cruz de Tenerife carece de medidores de la calidad del aire propios.

Hay que notar que 18 de estas estaciones han registrado porcentajes de captura de datos para algún contaminante inferiores a los mínimos establecidos por la normativa, por lo que las conclusiones expuestas deben ser consideradas teniendo en cuenta esta insuficiencia de la información de partida. Además, la principal aglomeración de las islas, Las Palmas de Gran Canaria, carece de estaciones orientadas al tráfico, estando ubicada una de las dos estaciones existentes en la azotea de un mercado, incumpliendo las condiciones legales básicas para la ubicación de los medidores de la calidad del aire.

El cuadro general de las Islas Canarias presenta determinados puntos de contaminación importantes, cómo son las centrales termoeléctricas, la antigua refinería de Santa Cruz de Tenerife, el tráfico marítimo en los principales puertos de las islas, el tránsito aeroportuario y el tráfico rodado de las áreas metropolitanas de Santa Cruz de Tenerife – La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria. La contaminación generada en estos focos se esparce por el resto de los territorios insulares alcanzando lugares alejados de estas fuentes. Un problema específico de Canarias es la proximidad al continente africano, que explica los elevados niveles de partículas PM10 por la frecuencia de los episodios de intrusión de polvo sahariano, que también es dañino para la salud.

Como consecuencia, toda la población canaria respiró en 2020 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS (considerando afectada la zona Norte de Tenerife, sin mediciones como se ha comentado), siendo 930.000 los canarios (el 43% de la población) que viven en las tres zonas donde se superaron los límites legales de partículas PM10: Fuerteventura y Lanzarote, Sur de Gran Canaria y Sur de Tenerife. En cambio, por la caída del ozono la totalidad del territorio estuvo libre de niveles de contaminación que dañaran la vegetación.

Por otro lado, la página Web autonómica de calidad del aire sólo permite la descarga de datos horarios históricos para seguir la evolución de la contaminación en periodos máximos de un mes, mediante un sistema de selección por estaciones muy complejo, demorando asimismo la puesta a disposición de los ciudadanos de los datos completos disponibles. Resulta elemental por ello que el Gobierno de Canarias se esfuerce por mejorar la medición y la información de la calidad del aire en las Islas.

 

 

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