Por mis tetas

Es verano y con el calor no es raro ver a hombres sin camisetas en parques e incluso caminando por la calle. Hombres diversos, hombres peludos, depilados, gordos, delgados, fibrados… sin camiseta.

Pero ¿dónde están las tetas? Las tetas están en la mayoría de los casos aprisionadas en sujetadores y obviamente con una camiseta por encima.

Cada vez que veo a un hombre sin camiseta por un par de segundos me planteo quitarme la mía y dejar mis tetas al aire, me imagino que tiene que ser cómodo y fresquito, sin embargo, rápidamente recuerdo que no puedo, que tengo tetas, que soy mujer, que no soy igual y que DEBO dejarme la camiseta puesta.

Posiblemente, si me la quito, deberé soportar comentarios obscenos del género opuesto, soportaré que padres y madres me miren como si estuviera pervirtiendo a sus hijxs, probablemente alguien me gritaría “¡PUTA!”, “¡GUARRA!” e incluso me invitarían a ponerme la camiseta de una manera pasivo-agresiva. Y si una vez hecho el balance, decido soportar una respuesta hostil de la sociedad porque prefiero estar cómoda a ser parte del ganado, no solo deberé lidiar con las personas que consideren mi actitud poco adecuada o como reflejo de un deseo sexual que estoy dispuesta a satisfacer con el primer hombre que me lo permita, posiblemente también deberé lidiar con la autoridad, quizás deba responder por un delito de provocación sexual o de exhibicionismo…

Y todo por hacer exactamente lo mismo que el chico que ahora está sentado enfrente mía.

María Isabel Chávez López