Literatura

Falsas profecías

Noche mágica, inolvidable… Aunque sólo  tenía cinco añitos recuerdo, perfectamente, aquella azarosa Nochevieja de 1899: todos reunidos en el sótano, cogidos de las manos, rezando entre llantos -temerosos de Dios-, aguardando la muerte resignados, padeciendo  la madre de todas las tormentas  como sonada despedida  a  un convulso siglo XIX que tampoco nos traería el fin del mundo.

 

 

Daniel Olivera

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *