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Nuestro bernegal

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua de los chorros de Epina.

La tristeza forma parte de mí.

Siento el vacío que dejó el muerto.

¡Hambre y Pena!

 

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua reveladora que cae.

El enfado se manifiesta,

pues perdió la vida entre las manos del otro.

¡Viuda y Huérfanos! Eso dejó.

 

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua del Valle más Hermoso.

Y el miedo me da la mano.

¿Seré capaz de llegar? Me angustia no tener certeza.

¡Ofensas y Dudas! Martillean sobre la calma ya casi ausente.

 

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua del misterio.

Educadamente el disgusto me saluda y educadamente se despide.

El aire limpio abre mi alma con nuevas esperanzas.

¡Aceptación y Valentía! Ese es mi espíritu que habla.

 

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua que beneficia y purifica.

Y la sorpresa aparece como un regalo divino.

Sonrío por el niño. Tesoro del pueblo.

¡Juegos y Sueños! De todos los vivos.

 

Recorro los senderos.

Me refresco con el agua que emana de las entrañas.

Hermana que iluminas y sanas

¡bebe tú también!

Refréscate con el agua milagrosa.

¡Que la felicidad se manifieste a través de nosotras!

Invitemos a tomar el agua de la consciencia,

depositada en nuestro bernegal.

¡Sabiduría y Amor! Herencia ancestral.

 
 
 
 

Banessa Bethencourt Mesa

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