¿Qué planes tienen para el Mojón?
El CAE de El Mojón, el CAE del Sur o el CAE de Arona, llamémoslo como queramos, pero nunca hospital porque no lo es, cada día es peor, cada día es más mojón, batiendo récords diariamente en pésima calidad en sus servicios administrativos y de gestión.
El facultativo que te atiende te cita para dentro de seis meses, transcurrido mas de cinco meses no te consta cita para la siguiente consulta y pruebas solicitadas, acudes a la unidad de cita previa para preguntar sobre la cita en cuestión. Solicitas el numero para que te atiendan y, transcurrir mas de media hora eres atendido, un tiempo de demora innecesario, ya que existen cuatro ventanillas de atención al público, pero solo están operativas dos, en el mejor de los casos.
La explicación dada es surrealista, te informan que a partir del año de la consulta anterior entras en “el sistema” para adjudicarte la cita, le expones que el medico te informó de seis meses, como ha sido históricamente, con pruebas incluidas, pero se ratifica en lo dicho: “que el sistema dice que a partir de un año desde la ultima consulta”.
Obviamente y, tras la información recibida, acudes a información a solicitar un número para que ser atendido en atención al cliente y poner la correspondiente reclamación. Ves como de forma muy esporádica salen numero de llamada a dicha unidad, te percatas de que muchas no son atendidas, porque las personas se han ido, transcurrido el tiempo empiezas a entenderlo: desde que solicitas el numero a ser llamado trascurren mas de hora y media, algunas personas afirmaban estar esperando mas de dos horas. Ese tiempo de espera es totalmente inapropiado para personas con patologías, dando la sensación de que quienes gestionan estos temas se creen que los que acudimos a un centro sanitario vamos a tomar cañas, visto la poca o nula sensibilidad demostrada.
Una vez en la unidad de atención al usuario le expones el tema y, mirando el ordenar, te espetan que no pueden aceptar tu reclamación porque “el sistema” dice que se aplicara la cita a partir de año de la ultima consulta, ¿Qué?, ¡el derecho a reclamar no puede ser vulnerado!, a lo que te facilitan las hojas para que las rellenes y mientras estas rellanándola comprueba en el ordenador que siempre has tenido las citas semestralmente, pero que “el sistema” le dice que tiene que ser a partir de un año. Aquí te viene a la mete la celebra frase: “No hay mayor cobarde que el esclavo que honra sus cadenas pretendiendo ponérselas a los demás”.
Una vez presentado la reclamación, te informan que te responderán en un plazo de dos meses (si es que lo hacen), pero ya sabemos lo que responderán: que “su sistema” les dice lo que les dice. Y aunque te den la razón (cosa improbable), ya ha transcurrido el tiempo suficiente para haber superado el periodo de tiempo que te ha dado el médico, con el consiguiente riesgo que eso supone.
Vista esta experiencia empiezas a entender varias cosas: “la lista de espera se ha reducido”, por supuesto que sí, porque solo se contabilizaran las que entran en “el sistema”, pero para los pacientes que pasamos a sufridores, la realidad es otra. “las bajas laborales han aumentado”, obviamente, porque desde que te enfermas hasta que entres en “el sistema”, hay un tiempo desproporcionado de la persona enferma, que en algunos casos puede agravarse por no tener una temprana atención sanitaria. Los tiempos de espera para reclamar están diseñados para reducir el número de reclamaciones, ya que es muy difícil el esperar más de hora y media cuando padece alguna patología. Y así otras tantas cosas.
Y para los malpensados o que la experiencia nos ha enseñado a conocer el caminar de la perrita o, conocer la cagada del pájaro, podemos intuir que se está repitiendo la estrategia de poner al frente de un centro público a los mayores rebenques, para deteriorar su servicio, denigrar a los usuarios, a llevar a la frustración a los pacientes y, a llevar a la creencia masiva de que el centro es nefasto, con el fin de justificar su privatización, y así continuar fomentando e impulsando el bastardo negocio de enriquecerse a costa de nuestra salud. Y preguntamos a quien corresponda ¿Qué planes tienen para el Mojón?
Toño Linares