ActualidadDefensa del territorioEcología

Sobre la matanza de cabras en Gran Canaria

Las cabras guanilas no son el problema, no se están comiendo nuestra flora y bosques”

Cristian Santana Brito nos ofrece un sugestivo análisis del ‘‘Informe de seguimiento del año 2016’’ del proyecto life Guguy, sobre el balance de las repoblaciones de flora autóctona y la incidencia de los herbívoros en ella.

En este interesante informe, Santana Brito no deja de ser categórico: “queda evidenciada la escasa incidencia que están teniendo los herbívoros, tanto cabras como conejos, en la supervivencia de las plantas”, eso supone que -pese a lo que se dijo y se dice desde las instituciones- “las cabras y conejos, los herbívoros, no afectan tanto como decían técnicos del Cabildo, Brito o Morales que han exagerado el impacto de los mismos, a saber con qué fin. De esta forma, se concluye algo muy evidente, pero que con el supuesto daño que hacen las cabras guanilas, se pretende ocultar:

Las cabras guanilas no son el problema, no se están comiendo nuestra flora y bosques; son precisamente los que están en esas instituciones quienes, haciendo oídos sordos a otras propuestas y ocultando la verdad, están depredando nuestros bosques y suelo con su cemento, hoteles y negocios”.

Según los datos más recientes obtenidos del archivo ‘‘Informe de seguimiento del año 2016’’ del proyecto life Guguy, sobre el balance de las repoblaciones de flora autóctona y la incidencia de los herbívoros en ella, saqué las siguientes conclusiones y valoraciones acerca del mismo.

Para empezar, hay que destacar que aparecen 14 parcelas, identificadas desde la ‘‘A’’ hasta la ‘’N’’ en la montaña de Los Cedros, entorno de Gugüi.

Antes de continuar el análisis de este documento, hay que destacar que en las repoblaciones han aportado especies de termófilo, laurisilva y de cumbre. Es evidente que en la cara norte (N) de nuestras islas incide el fresco y húmedo alisio, que da lugar a la laurisilva en las medianías altas (desde los 500-1500 m.) Recordemos que por encima de esta se sitúa la vegetación de cumbre (sobre los 1000-2000 m.) y el termófilo por debajo (entorno a los 150-500 m.). En el caso de Gugüi y la Aldea en general, se sitúa en la zona oeste de Gran Canaria (O), y la incidencia del alisio no es tan notable como en la cara norte. Por lo que la vegetación potencial (vegetación hipotética) de las zonas altas del municipio pueden ser las del tipo termófilo (palmeras, dragos, sabinas, acebuches, almácigos, etc.) al ser un lugar más seco con respecto a otros del norte.

Después de este breve repaso sobre botánica de Canarias, destaco que hay una serie de puntos que quiero tocar. El primero es la depredación en las parcelas, el segundo la depredación por especies y la última es la tasa de mortalidad por especies.

DEPREDACIÓN EN LAS PARCELAS

-Las cotas de altura de las siguientes parcelas respecto al nivel del mar abarcan entorno a los 700-960 m.

-De las 14 parcelas, 8 no han sido tocadas por cabras o conejos y 6 sí. Las parcelas B, E, F, I, J y K han sufrido algún tipo de depredación, exceptuando la parcela J donde solo hay peralillos canarios (laurisilva) y la depredación si es alta entorno al 85,71 %. Por otro lado sumando los porcentajes de depredación de las 5 restantes, la media sale un 25,33 %, es decir, 1 de cada 4 plantas en aquellas parcelas sufren mordiscos y el resto no. Por lo que con estos datos queda evidenciada la escasa incidencia que están teniendo los herbívoros, tanto cabras como conejos, en la supervivencia de las plantas. 8 no son tocadas, 5 parcelas en donde 1 de cada 4 plantas sufre algún mordisco y la parcela J es la única que si sufre bastante el ramoneo.

-Como apunté con anterioridad sobre la vegetación potencial, las especies termófilas se están dando bien, salvo los acebuches orientados al noroeste (NO), en las parcelas D, E y F. Las de laurisilva no se adaptan bien y las de cumbre poco, salvo en la parcela I a 760 m. donde se están dando los cedros (cumbre). Por lo que la vegetación que puede salir adelante y proliferar por sí sola es la termófila.

-Por otra parte, cabe destacar que en las parcelas M y N que están sobre los 950-960 m. las especies de todo tipo tanto laurisilva, cumbre y la sabina (termófilo) se dan bien y sin depredación alguna. Posiblemente porque es donde más condiciones húmedas hay al estar a más altura y es donde chocan las nubes con la montaña.

DEPREDACIÓN POR ESPECIES

Ahora analizaré los datos sobre especies ramoneadas y la tasa de mortalidad de las plantas (no necesariamente mueren por causas de ramoneo, pueden morir también por falta de agua, la altura a la que se encuentra no sea la idónea, tipo de suelo, que sea la vegetación potencial de la zona, etc.).

Según los datos exactos de las especies plantadas vemos que las más depredadas que gustan más a los herbívoros son:

1. Brezo (63,64 %)

2. Peralillo canario (60 %)

3. Madroño canario (43,75 %)

4. Acebiño (15,38 %)

5. Cedro canario (10,71 %)

6. Almácigo (4 %)

Y por ahora no han sido depredados:

Drago de Gran Canaria, sabina canaria, laurel canario y acebuche canario.

Por lo que queda evidenciado que el podio de especies depredadas las ocupan los ejemplares de laurisilva con tasas altas. Luego sigue el acebiño con una tasa baja, que es de laurisilva también. El cedro canario suele adaptarse mejor a las zonas altas y cumbres por lo que no se podría considerar de laurisilva y es escasamente ramoneada. Por otra parte el almácigo de termófilo es muy poco ramoneado. De resto, el drago de Gran Canaria, sabina canaria y acebuche canario de termófilo no son depredados, y el laurel canario de laurisilva tampoco.

TASA DE MORTALIDAD POR ESPECIES

La tasa de mortalidad de las plantas serán enumeradas de mayor a menor:

1. Palo blanco (100 %)

2. Pino canario (100 %)

3. Brezo (71,93 %)

4. Laurel canario (66,67 %)

5. Peralillo canario (58,33 %)

6. Sabina canaria (50 %)

7. Cedro canario (41,30 %)

8. Acebuche canario (33,33 %)

9. Almácigo (29,63 %)

10. Acebiño (11,11 %)

11. Madroño canario (8,70 %)

12. Drago de Gran Canaria (0 %)

Queda evidenciado que las especies de laurisilva (palo blanco, brezo, laurel canario, peralillo canario) no se dan en dichas condiciones al ser Guigui un entorno perfecto para la proliferación de un bosque termófilo, exceptuando con sorpresa el madroño canario y el acebiño que parecen adaptarse bien. El pino canario no se da y el cedro escapa como puede a las condiciones, en cambio las especies termófilas (acebuche canario, almácigo, drago de Gran Canaria y escapando la sabina canaria) tienen tasas de mortalidad bajas, por lo que se adaptan mejor al entorno.

La conclusión de todo este análisis de resultados y haciendo las correctas interpretaciones vemos que las cabras y conejos, los herbívoros, no afectan tanto como decían técnicos del Cabildo, Brito o Morales que han exagerado el impacto de los mismos, a saber con qué fin. Queda claro que la incidencia es escasa, gran parte de las parcelas no las tocan y las pocas que muerden algo no pasa del 25 % de todas las especies plantadas, exceptuando el caso de la parcela de los peralillos de laurisilva. Además sabemos que ya se está acondicionando con mallas de metal las repoblaciones y la incidencia hipotética de herbívoros es aún menor. Está claro que la altura de la mayor parte de parcelas, en torno a los 700-780 m. y la zona escogida de la Montaña de los Cedros se adaptan muy bien las especies de bosque termófilo (sabinas canarias, acebuches canarios, el drago de Gran Canaria, almácigos) al ser la zona idónea para esta piso de vegetación, por otro lado, a esa cota las especies de laurisilva y cumbre, prácticamente no salen adelante bien. Exceptuando las 2 parcelas situadas a 950 m. y 960 m. donde incide mejor la humedad que llega parte de alisio: la humedad de las nubes cuando chocan y la altura. Además, queda evidenciado que las pocas especies que han sido tocadas por los herbívoros son mayormente de laurisilva, las de termófilo apenas las depredan y los cedros son muy poco depredados. La tasa de mortalidad debido a distintos factores lo ocupan en la parte más alta las especies de laurisilva (nuevamente exceptuando el acebiño y el madroño canario), las del termófilo tienen las tasas más bajas de mortalidad, los pinos mueren todos y los cedros escapan.

Entonces queda claro que las cabras no inciden tanto como hacían creer estas personas, técnicos y políticos que dicen representarnos. Así que, con datos sacados de ellos mismos, desmontamos la mentira de que ‘’las cabras se están comiendo todas las plantas de las “repoblaciones’’, es falso. Muchas de esas plantas que mueren es porque no saben donde plantarlas exactamente o están experimentando. Pero queda claro que si quieren repoblar se esmeren en especies termófilas adaptadas claramente a dicha zona y cota, incluso cedros que no están dándose tan mal. En las partes altas si quieren plantar de todo, perfecto: muy posiblemente se den como están dándose. Quiero aclarar que el que hayan encontrado con anterioridad ejemplares aislados de cedros, pinos, laureles, etc., no significa precisamente que ahí hubo un bosque: puede ser que esos ejemplares son el límite más bajo que llegaban de esa zona. Por último, pido explicaciones a los técnicos y políticos de turno que han llevado esto a semejante extremo, para que argumenten y digan la verdad de todo: si es alguna subvención jugosa que no quieren perder o quizás les sale más barato matar cabras guanilas que buscar otros métodos menos sanguinarios y dañinos para atrapar, con argucia, el dinero europeo. Apañadas se han hecho, sí, pero no correctas, como me dijo un buen amigo que conoce y maneja bien el salto del pastor. Las apañadas que dice que se han hecho han sido persiguiendo a las cabras y, claro, son más agiles que nosotros y nos dejan atrás. Este amigo comentaba de hacerlas de forma correcta y ordenadas, guiándolas y cerrándole pasos para guiarlas hasta un lugar donde recogerlas. Sin embargo, parece que por mucha reunión y mentira que se les ha dicho a los saltadores, se ve que no es la prioridad para los pertenecientes al Cabildo de Gran Canaria, sino simplemente lo fácil: matar al animal más venerado de nuestra historia, encima con francotiradores inexpertos que no saben meter un tiro decente, puesto que vimos, de la pasada batida, cómo quedaron muchas cabras malheridas con impactos en el estómago o las patas. Por lo menos me quedo con que saco a la luz la verdad, lo que sus medios de comunicación callan y ocultan, y lo que ellos nos mienten usando nuestro dinero. Las cabras guanilas no son el problema, no se están comiendo nuestra flora y bosques; son precisamente los que están en esas instituciones quienes, haciendo oídos sordos a otras propuestas y ocultando la verdad, están depredando nuestros bosques y suelo con su cemento, hoteles y negocios.

Cristian Santana Brito

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *