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Afrontar el miedo

Esto no es un texto de autoayuda. Lo afirmo cuando imagino que “autoayuda” significa ayudarse a sí mismo. Además, siempre me ha parecido un poco absurdo que la gente busque ayuda externa y lo califiquen de “ayudarse a sí misma”.

Mi intención es tratar un tema que interpreto como parte de una política subliminal que mella gravemente las libertades de mucha población y sobre todo de los independentistas de las tierras sometidas por el Estado español. De hecho, dicha política iniciada por la derecha española y continuada, en apariencia “casi sin querer”, por los pseudosocialistas de España quizás no sea tan subliminal y esté a la vista del global. Lo cierto es que el fomento del terror entre la militancia comprometida ideológicamente ha sido y es efectiva: muchas personas que pertenecían a una avanzadilla intelectual se repliegan y esconden la cabeza en la última trinchera, como si pudieran borrar de internet lo que hicieron anteriormente, de las hemerotecas o las memorias de los servicios de inteligencia.

Una calificación de “terrorismo de Estado” dice que el Estado utiliza sistemas ilegales para actuar contra parte de su propia población. Sin embargo, en España, la emisión de la Ley Mordaza y su apoyo en otra parte de la legislación, con su interpretación más radical, también imprime terror y roba el derecho de manifestación y libertad de expresión de un pueblo desarmado legalmente ante la demonarquía española. Sin duda, la nueva fórmula es una joya para el control poblacional que siempre pretendió la derecha, el imperialismo (o colonialismo) y todas esas gentes que temen a la libertad de expresión, al derecho a la determinación y a los movimientos populares con interés social. Es que el concepto primario occidental de democracia no se adapta a ellos o su sistema patriarcal, que no tienen encaje en una sociedad avanzada de verdad. Sin embargo, nada define tan bien la política española del miedo social como “terrorismo de Estado” y no porque lo diga yo: el tiempo lo confirmará.

Por otro lado, volviendo a la cuestión del miedo, solo hay una manera de superar esa barrera del poder Estatal. Todos sabemos que nos conocen por las expresiones anteriores y presentes; nos han visto en las redes sociales; tienen nuestras imágenes en las manifestaciones; guardan aquel antiguo artículo de opinión para sacarlo cuando sea necesario; saben dónde vivimos y, muchas veces, hasta lo que votamos… No hay hacia donde correr. Tomemos conciencia de la realidad.

Una de las claves más evidentes para superar el miedo es afrontarlo. Esto significa reconocerlo, con todos sus motivos, y disponerse a encararlo con todas sus consecuencias: principalmente, porque esas consecuencias son inevitables y no hay hacia donde correr.

Otro punto de coincidencia de la psicología es visibilizar la forma en que nos enriquece superarlos y no imaginar las peores situaciones hasta que no sean una realidad. Por eso, personalmente, prefiero pensar en esa mayoría progresista que sigue soñando con un sistema adaptado al siglo XXI, participativo, multicolor y con tanta libertad ideológica que solo veo posible con el nacimiento de una nueva nación. Razón para que la apuesta por una Canarias libre, soberana e independiente de España me parezca más factible que pretender cambiar esa parte del sur de Europa con tradición fascista, colonialista, de una crueldad social naturalizada y tan notable tiranía que destaca internacionalmente en estadísticas comparativas en cuanto a brecha social, machismo, abusos de poder, falta de libertad de expresión, explotación laboral, etc.

Como conclusión, les aconsejo que cuando vean acercarse el miedo, recuerden la máxima que dice “A lo único que hay que temer es al miedo” y sigan avanzando. Juntos, avanzaremos hacia un mundo mejor.

Pedro M. González Cánovas

Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria – ANC




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