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Bono al monocultivo turístico canario

“¿Cómo es que una ayuda que consiste en un gasto directo por persona en alojamientos turísticos puede igualar o superar una ayuda directa para luchar contra la pobreza?”

“Políticos y medios de comunicación asimilan y transmiten que es un éxito recibir limosna en lugar de luchar por otro modelo, aceptan la ayuda a cambio de silencio y complicidad para perpetuar una economía que empobrece y no deja florecer nada a su alrededor, una economía basada en el desprecio y dependencia que genera el cada vez más latente estatus colonial de Canarias, que permanece maltratada física y psicológicamente, a la que no se le ha dejado tener desarrollo económico y toma de decisiones propia”

La Consejería de Turismo, Industria y Comercio anunció, a través de su consejera Yaiza Castilla, que los canarios podrán acceder a una ayuda de 200€ para gastos en alojamientos turísticos y agencias de viaje. En el último programa del Debate de La 1ª de Canarias, la consejera explicaba: “el Gobierno de Canarias pondrá 15 millones de €, pero la idea es, a su vez, que el canario ponga, de su parte, otros 15 millones de €”.  El usuario estará obligado a cubrir, al menos, la misma parte de la cuantía que represente su bono turístico. Los 15 millones de € surgen a partir de una reprogramación pactada con las cuatro patronales turísticas, provenientes de las ayudas de 80 millones € destinadas a igualar las cantidades equivalentes que las empresas hoteleras habían pagado en concepto de IBI turístico. De esta manera, las empresas receptoras serán las mismas que habían quedado exentas de pagar este impuesto en una buena parte o su totalidad. Serán sorteados 50.000 bonos de 200€ que representarán 10 millones €, mientras que los 5 millones € restantes irán destinados a actividades como la hostelería o el ocio y se destinará 1 millón € en la promoción de esta iniciativa tan alejada de la realidad canaria, todo será gestionado a través de Promotur.

Y yo me pregunto: ¿cómo es que una ayuda que consiste en un gasto directo por persona en alojamientos turísticos puede igualar o superar una ayuda directa para luchar contra la pobreza? El Ingreso Canario de Emergencia partía inicialmente con un presupuesto de 6 millones de €, que luego ascendería hasta los 16 millones € después de un segundo ingreso a los beneficiarios iniciales. En esta ayuda fueron 28 mil las personas beneficiarias, 16 mil familias. En el caso de familias de 4 miembros el importe ascendía a 470 €, poco más de 100 € por integrante en dos pagos, por lo que finalmente obtendrían 235 € por cada miembro. En cambio, el bono turístico tendrá la capacidad de llegar a 50 mil residentes que obtendrán la tarjeta de 200 € mediante un sorteo. Efectivamente, un canario en situación de pobreza recibirá prácticamente la misma cantidad para cubrir su emergencia económica que cualquiera que reciba este bono, que consiste en ayudas directas al sector alojativo, por no mencionar a las miles de familias que se quedaron fuera del Ingreso Canario de Emergencia.

Justificar esto hablando de incentivar la contratación es faltar a la objetividad y el análisis que arrojan las estadísticas más claras: 2016, 2017 y 2018 tienen la cifra de mayor número de visitantes, superando siempre los 15 millones de visitantes anuales. Sin embargo, durante el año 2007, con 12 millones de visitantes había 100 mil personas menos en situación de desempleo. Durante estos años de gran afluencia de turistas (2016, 2017, 2018) la tasa de variación interanual de paro registrado nunca tuvo un balance superior al -10%, de manera que recibir unos cuantos millones más de turistas, casi un 30% más respecto a 2007, no suponía una variación significativa en la contratación, mientras, el número de personas en riesgo a la pobreza no paró de aumentar durante los años en los que registramos mayor número de llegadas.

La justificación del bono turístico parte de la aprobación y publicación del decreto de ayudas de 1144 millones de €, de la que una buena parte acabará en el monocultivo del turismo.  Lo admite el propio Román Rodríguez, consejero de Hacienda y Presupuestos, bajo la atenta y supervisora mirada del representante de las patronales hoteleras: “El sector turístico va a ser un sector potencialmente beneficiario de estas ayudas”, explicaba el consejero mientras se giraba para buscar la aprobación de Marichal. Por su parte, Yaiza Castilla apunta que “con los 1144 millones € que van a venir ahora vimos una posibilidad de poner esto (el bono turístico) sobre la mesa”.

Preocupa el descaro con el que nuestros representantes políticos admiten abiertamente que la gran partida de ayudas irá plenamente a mantener un sistema económico basado en el turismo, la precariedad y la falta de horizontes que acompaña este modelo. El sábado 5 de junio se publicaba el decreto de ayudas que explica cómo se repartirán dichos fondos: todo al sector privado, todos y cada uno de los 1.144.262.080,00 € se repartirán entre las empresas. Desde el sector progresista de las islas ya presumen que el 80% de ese presupuesto irá para pequeñas y medianas empresas. En este sentido, podemos comprobar que 70 millones de € se destinarían para autónomos sin empleados que no tendrán que justificar pérdidas. Si dividimos esta cantidad entre el número de autónomos sin empleados registrados en 2020 tocaría a 700€ por cada autónomo, mientras que el límite superior de ayuda para empresas con más de 50 empleados es de 5 millones €.

El requisito fundamental para puedan acceder a las ayudas es que el volumen de operaciones de 2020, comprobado por la Administración a través del IGIC, haya caído más de un 30% respecto a 2019. Y como decía el consejero de Hacienda y Presupuestos, el sector turístico es potencial beneficiario de estas ayudas, ya que los niveles de caída de actividad de 2020 respecto a 2019, en cuanto al número de visitantes, se acerca al 70%. Como ya sabíamos, el sector servicios es el más dañado actualmente en la comparación interanual del PIB, es el único que se acerca a caídas superiores del 20% en el último trimestre de 2020. Sin embargo, la construcción y la industria tienen una caída del 12% y del 7% respectivamente, mientras que el sector primario experimenta un crecimiento de casi el 4%, tendencia que se confirma en el primer trimestre de 2021. Por esto, estamos ante un escenario en el que claramente será el sector hotelero quien absorba de manera desproporcional todos estos recursos, ya que hasta la hostelería tendrá complicado justificar las caídas de ingresos mediante la fórmula planteada por el decreto.

Una medida que no trata de fortalecer otros sectores que se han mantenido en pie, es una batería de ayudas que va destinada a redundar en nuestras debilidades, en premiar la precariedad y estacionalidad del empleo generado en el sector turístico y que omite la posibilidad de comenzar a construir un nuevo modelo tratando de fomentar otras actividades. Además, no exige ninguna contraprestación de cara al futuro, de manera el balance de ayudas al sector turístico en 2020 los deja exentos de pagar el IBI turístico, el coste de personal en ERTE y ahora vamos a pagar el 80%-90% de las pérdidas que superen el 30% de la caída del volumen de operaciones, a cambio de nada.

Es una confirmación de la tendencia tomada por el Gobierno progresista PSOE-Unidas Podemos, una tendencia continuista con la política de siempre, aliada con los de siempre, olvidándose de los de siempre. Nuestros políticos presumen de que recibiremos un 16% del total de la partida presupuestaria, casi cinco veces más por habitante respecto a España. ¿A quién le gusta presumir de depender de otros? Políticos y medios de comunicación asimilan y transmiten que es un éxito recibir limosna en lugar de luchar por otro modelo, aceptan la ayuda a cambio de silencio y complicidad para perpetuar una economía que empobrece y no deja florecer nada a su alrededor, una economía basada en el desprecio y dependencia que genera el cada vez más latente estatus colonial de Canarias, que permanece maltratada física y psicológicamente, a la que no se le ha dejado tener desarrollo económico y toma de decisiones propia, lo que induce a muchos canarios a pensar que no seríamos nadie sin esta relación de dependencia, que si reivindicamos lo nuestro tendríamos más que perder que de ganar y por esta razón permanecemos bajo dicho abuso ¿les suena?

 

J. Pablo Monzón

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