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“Canarias más rica que el resto del Estado en Crecimiento Azul”

En la Conferencia de Desarrollo Sostenible de la ONU, de Río 2012, los pequeños estados insulares del Pacífico proclamaron que, para ellos, la Economía Verde era realmente una Economía Azul, término al que se dan varios significados, desde “la actividad económica del sector marítimo” en sentido amplio, hasta “el uso del mar y sus recursos para un desarrollo sostenible y rentable”, en sentido más restrictivo.

El mar y las costas como generadores económicos tuvieron siempre una propensión tradicional a la innovación, pero en los últimos años han entrado en juego nuevos factores que revalorizan la contribución de la Economía Azul al progreso y bienestar humano, como nuevo paradigma de sostenibilidad, dada la naturaleza frágil del medio marino. Por una parte, el rápido progreso tecnológico en el trabajo en aguas cada vez más profundas, con avances espectaculares en la robótica, la videovigilancia y la tecnología sumergible, propician operaciones que no eran factibles realizar hace más de una década y, por otra, se ha  incrementado la percepción de que la tierra y el agua dulce son recursos finitos, mientras los mares y océanos ocupan el 71% de la superficie planetaria y pueden satisfacer las necesidades humanas, como los alimentos,  la energía y el aporte de elementos minerales  estratégicos de forma más sostenible.

El Crecimento Azul. Un análisis del potencial de creación de empleo, así como el potencial de la I+D para ofrecer mejoras tecnológicas e innovación, ha sugerido a la Comisión Europea que cinco cadenas de valor podrían generar crecimiento sostenible y empleo en la Economía Azul: la acuicultura; el turismo sostenible marítimo, costero y de cruceros; la biotecnología marina; la energía renovable oceánica y la minería sostenible de los fondos marinos. Pero la Comisión advierte que este listado no es exhaustivo y entendemos que Canarias debe agregar la estratégica industria de desalación de agua marina en la que detenta una posición de vanguardia, con grandes expectativas para exportar know how, tecnología y equipos a países vecinos africanos.

Al conjunto de actividades específicas de estas cadenas de valor agregadas se le denominó “Crecimiento Azul”, uno de los más relevantes segmentos de la Economía Azul que reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento, importante estrategia de la Comisión  para el apoyo al crecimiento sostenible de los sectores marino y marítimo, que forma parte, además, de la Política Marítima Integrada de la UE como una de sus principales políticas transversales. Como potencialidades de desarrollo atribuibles al Crecimiento Azul destacan, más allá de la desalación de agua:

La acuicultura. Representa sugún la FAO la mitad de la proteína animal que aporta el pescado consumida a nivel mundial, estimándose que alcanzará el 65% en 2030 con gran potencial de crecimiento, al proporcionar productos de mayor calidad a los consumidores dispuestos a elegir productos frescos y confiables, producidos de manera sostenible u orgánica. Además, puede ayudar a las comunidades costeras a diversificar sus actividades al tiempo que alivia la presión de la pesca sobre las especies.

La acuicultura sostenible debe considerar en todo caso los posibles impactos en las poblaciones de peces silvestres y la calidad del agua, fomentando formas de aumentar la producción que sean sostenibles y que respondan a las preocupaciones de otros usuarios del espacio costero o marino, por ejemplo, mediante la construcción de jaulas junto con parques eólicos marinos o mediante la acuicultura multitrófica integrada.  

El turismo sostenible marítimo, costero y de cruceros. El tipo de turismo de masas que hemos conocido hasta ahora está evolucionando hacia hábitos más sostenibles, más aún por las nuevas normas de convivencia impuestas por la pandemia, cuyo carácter preventivo va a mantenerse iguamente tras la crisis.  El subsector del turismo marítimo y costero se ha convertido en la mayor actividad económica marítima individual, generadora de empleo y fuente adicional de ingresos para las comunidades ribereñas. Las actividades en aguas abiertas están en aumento con el sub sector de yates, lo mismo que la industria de cruceros. Asimismo, aumenta el potencial de crecimiento del turismo náutico o deportivo y el ecológico como la observación de cetáceos. Actividades realizables incluso en temporada baja.

La coordinación transfronteriza con países vecinos como parte de una estrategia de cuenca marítima, como la macaronésica, contribuye al desarrollo de áreas turísticas de alto valor. Todo ello con una gestión de estos recursos respetuosa del medio marino.     

La biotecnología marina. El aprovechamiento de la biodiversidad marina como fuente de recursos ha tenido en Canarias un claro exponente en la producción de micro y macro algas para distintos fines como la industria farmaceútica, la alimentación dietética, aditivos alimentarios y ácidos grasos poli insaturados  para alimentación y cosmética.

Muchos organismos marinos poco estudiados, aparte de los peces y los mariscos, pueden proporcionar insumos a la economía azul, en parte a través de nuevas tecnologías de secuenciación de genes para organismos vivos. Pero ya se han obtenido medicamentos antivirales y anticancerígenos de nucleósidos aislados de esponjas y pequeños animales marinos de cuerpo blando. Organismos que pueden soportar temperaturas y presiones extremas y crecer sin luz podrían usarse para desarrollar nuevas enzimas industriales o productos farmacéuticos. Este sector también podría expandirse hacia la producción de metabolitos y compuestos primarios (lípidos, azúcares, polímeros, proteínas) como insumos industriales en alimentación y productos químicos.

La energía renovable oceánica. La energía eólica marina tiene el potencial de mejorar la eficiencia de la cosecha energética y minimizar los requisitos de uso del suelo del sector eléctrico y el impacto visual.  Para 2030, la instalación anual de la capacidad de la energía eólica offshore podría exceder la de la costa, al ser el viento más estable en el mar que en tierra y se espera que la demanda se duplique en el futuro cercano, teniendo Canarias un gran futuro con los aerogeneradores flotantes.

Pero nuestras diferentes condiciones geográficas y oceanográficas se adaptan a disímiles tecnologías que ofrecen un suministro de electricidad de carga base más predecible, como los dispositivos de energía de las olas, energía undimotriz, y las turbinas submarinas accionadas por corrientes (mareas u otras), energía mareomotriz. También para explotar el gradiente térmico oceánico, energía marenotérmica, que utiliza la diferencia de temperatura entre las aguas profundas más frías y las aguas superficiales más cálidas para producir electricidad.   

La minería sostenible de los fondos marinos. Los minerales del futuro se encuentran en los océanos.  En la presente década 2020 se prevé que el 5% de los minerales del mundo, incluidos el cobalto, el cobre y el zinc, podrían provenir de los fondos oceánicos, pudiendo aumentar al 10% a partir del 2030.  Los depósitos de óxidos de ferromanganeso de los fondos oceánicos a pesar de estar escasamente explorados, ya representan la fuente más importante para elementos de alta tecnología y paneles fotovoltaicos. En los montes submarinos situados al suroeste de las Islas Canarias proliferan las costras de ferromanganeso ricas en cobalto, telurio, platino, vanadio, níquel, itrio, molibdeno, wolframio y tierras raras pesadas, elementos estratégicos depositados en concentraciones superiores a muchos yacimientos de tierra firme.

Dichos yacimientos se ubican principalmente en la zona económica exclusiva (ZEE) y su fondo y subsuelo marino denominado plataforma continental (PC), junto a la amplación de ésta, dónde es más fácil transportar los minerales a tierra.  Su aprovechamiento exige proteger el medio marino de conformidad con las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, CONVEMAR, garantizando respetar los más altos estándares medioambientales y de seguridad.

Canarias genera más aguas jurisdiccionales que el resto del Estado. Según el Régimen de las Islas, de la Parte VIII de la CONVEMAR, cada una de las ocho islas canarias habitadas pueden generar mar territorial (MT), ZEE y PC en las mismas condiciones que otras extensiones terrestres, formando parte actualmente el   Archipiélago de Canarias de un Estado ribereño mixto cuya ZEE y PC se solapan con las de otros estados  ribereños como Portugal (Región de Madeira) y Marruecos , además de con el territorio no autónomo (TNA) del Sáhara Occidental actualmente ocupado por Marruecos. Asimismo, se solapan las futuras ampliaciones de la PC de Madeira, Canarias y el Sáhara Occidental.

Aunque ninguno de estos estados ribereños haya depositado en la Secretaría General de la ONU la documentación de sus ZEE y PC, según lo dispuesto en los artículos 75 y 84 de la CONVEMAR,  las delimitaciones de estos espacios -por tratarse de estados con costas situadas frente a frente- se efectuan por acuerdos entre ellos, existiendo actualmente acuerdos provisionales sobre la base de las medianas equidistantes, quedando pendientes acordar las medianas equitativas en su momento, excepción hecha de la mediana entre la Región de Madeira y Canarias sobre la que no existe aún acuerdo por controversias en torno a las Islas Salvajes.

Según se refleja en la ilustración adjunta, las aguas jurisdiccionales generadas por las Islas Canarias, es decir, la ZEE, la PC y la futura ampliación de la PC, abarcan mayor superficie que las del resto del Estado, aún considerando ZEE lo que España sólo ha declarado como Zona de Protección Pesquera en el Mediterráneo. Respecto a la ZEE y PC estatal, Canarias ocupa el 50.2%; de las ampliaciones de la PC solicitadas por España, Canarias abarcaría el 67.8% -más de los dos tercios-; y considerando la suma de toda la jurisdicción marítima estatal, ZEE, PC y ampliación de la PC, corresponde a Canarias el 55.6% de la superficie total.

La potencialidad canaria en Crecimiento Azul. Pero tal como expusimos, esta mayor superficie de las aguas jurisdiccionales canarias respecto a las del resto del Estado, coincide con una igualmente superior riqueza de muchos de los recursos naturales que albergan, generadores de una gran potencialidad de desarrollo a través de los encadenamientos productivos del llamado Crecimiento Azul, radicando aquí, con las inversiones públicas e incentivos necesarios, los procesos de investigación y producción -entre otros- de productos de alimentación, farmaceúticos, cosmética, minerales procesados, equipos industriales y componentes tecnológicos, para consumo local y exportación, formidables contribuyentes a la ineludible diversificación del modelo productivo,  cuya necesidad nos ha sido señalada por la debacle social y económica producida tras la catástrofe sanitaria sobrevenida. Ello siempre y cuando los beneficios de dicho Crecimiento Azul -y del resto de nuestros sectores productivos- repercutan realmente en el desarrollo canario, para salir de la cola de todos los indicadores de bienestar humano y subir de categoría…       

    

Lo que no puede ser de otra manera de aplicarse la Resolución III del Acta Final de la CONVEMAR, parte inseparable de la misma, ratificada por el Estado español en 1987, donde se establece que:  “en el caso de un territorio cuyo pueblo no haya alcanzado la plena independencia u otro régimen de autonomía reconocido por la ONU, o de un territorio bajo dominación colonial, las disposiciones concernientes a derechos e intereses con arreglo a la Convención, se aplicarán en beneficio del pueblo del territorio con miras a promover su bienestar y desarrollo”.

Para ello, tal como proponemos desde la IPC, el Archipiélago de Canarias debe constituirse en Sujeto de Derecho internacional, dotándose de un Estatuto de Plena Autonomía Interna (PAI) que le permita, entre otras facultades, situarnos en los mercados con una marca propia inequívocamente diferenciada y ser Parte de la CONVEMAR, en aplicación del artículo 305 de la misma, para así delimitar y gestionar nuestros espacios marítimos, incluyendo las Aguas Archipelágicas, que nunca podrán ser delimitadas por ningún Gobierno continental.

Si nuestros antepasados encontraron en el azul del mar el camino hacia la tierra de promisión americana, redentora de una dependencia colonial que les condenaba al hambre y la miseria, nuestras actuales y futuras generaciones pueden descubrir en esas mismas aguas que nos abrazan una parte importante de los recursos necesarios para disfrutar de la vida digna que siempre nos fue negada en nuestra propia tierra. Un futuro generoso que la Madre Naturaleza nos brinda de la mano del Desarrollo Azul y que en clave de folía nos alumbra la copla popular: “Para qué quiero más tierra / si el mar es un continente / donde siembra su simiente / mi horizonte sin barreras” …

 

Comisión Promotora de la INICIATIVA POPULAR CANARIA (ipc)

Archipiélago de Canarias. Julio 2020




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