Carta al Rectorado de la ULL tras las incidencias del 15 de mayo
A lo largo del 15 de mayo (siendo este el segundo día de acampada en apoyo a la lucha del pueblo palestino) visitaron el campamento múltiple representantes tanto del Rectorado como del Decanato. Todos estos visitantes aseguraron que no habría actividad en los aspersores de nuestra zona del campus esa noche y que de haberla, nos avisarían antes y sería en un horario de 21:00-03:00. Confiando en su palabra las campista nos mantuvimos en el lugar e iniciamos nuestros preparativos para la noche.
Al igual que la noche anterior, los guardias nos pidieron el DNI y en compromiso con nuestra transparencia e intención de trabajar en conjunto con la universidad hemos sido colaborativas en este sentido siempre.
Más adelante en la noche, 00:15 horas, las compañeras que estaban despiertas haciendo guardia escucharon como se encendían unos aspersores cerca de nuestras tiendas. Seguras de la palabra de nuestras vicerrectoras, profesoras y otro personal universitario, decidimos no desplazar el campamento, convencidas de que el agua no nos alcanzaría y podríamos desarrollar nuestra actividad con normalidad.
Pocos minutos después más aspersores, esta vez más cerca de nuestro campamento, se encendieron alcanzando múltiples tiendas y obligándonos a relocalizarlas en el campamento. Mientras llevábamos a cabo este trabajo, todos los aspersores que se encuentran en las inmediateces de nuestro campamento se levantaron a la vez, empapando nuestras tiendas, nuestra ropa, nuestros portátiles que usamos para estudiar, móviles y a nosotras mismas.
Finalmente, nos vimos obligadas a desplazarnos hacia las escaleras de la biblioteca de Guajara. Una vez a salvo de los aspersores descubrimos que tanto nuestras tiendas, nuestras almohadas, nuestras mantas, nuestros aparatos electrónicos, nuestra comida, nuestra ropa y nosotras mismas, habíamos quedado completamente empapadas, por unos aspersores que se activaban exclusivamente en nuestra zona.
A la mañana siguiente, ligeramente descansadas a pesar de la dura y fría piedra del suelo, la humedad de nuestras ropas y el constante movimiento de las casetas que no pueden ser ancladas en este suelo, nos vimos obligadas a gastar dinero de nuestro propio bolsillo para lavar y secar todas aquellas prendas y materiales que fueron afectadas por estos acontecimientos.
Frente a esta situación, y con las respuestas y explicaciones recibidas por parte del personal universitario, insuficientes y desconsideradas como los guardias del campus central diciendo que lo vieron todo por las cámaras pero sin avisar a su compañero del campus de Guajara de nuestro estado tras lo ocurrido o la sugerencia de llevar a cabo una mudanza diaria entre dos zonas para evitar el riego alternativo de los aspersores (cosa absolutamente imposible de ejecutar, por cuestiones logísticas y de impacto de imagen al movimiento), hemos tomado la decisión de dirigir esta carta al rectorado, manifestando nuestra posición de no recibir en el campamento a más representantes del mismo hasta que la situación sea resuelta y se nos permita ejercer nuestro derecho constitucional a la manifestación de manera tranquila y sin impedimentos.
Esta negligencia ha provocado molestias a varias compañeras, resfriándonos y provocando que tuviéramos que tomar medicinas de nuestros limitados recursos farmacéuticos para tratar los síntomas expresados por las campistas. Además del estrés, el gasto económico expresado más arriba y la pérdida de tiempo en nuestros estudios en una fase tan esencial como este periodo de exámenes.
Exigimos: una depuración de responsabilidades, esta situación no parecer ser accidental, ya que el propio personal de jardinería nos comentaba que no debían de activarse los aspersores de esta zona.
Unas disculpas públicas, ya sea con una carta a nuestro correo o en una rueda de prensa.
Que se nos compense económicamente por el costo de limpieza y secado de nuestras prendas.
Que se diseñe un plan para permitirnos estar bajo techo y acceder a las instalaciones de la universidad durante el fin de semana, con el fin de poder acercarnos a nuestras casas por motivos de higiene o carga de dispositivos para continuar con nuestros estudios. Ya sea mediante un listado con los guardias para permitirnos el acceso a las campistas o con una puerta abierta de manera permanente.
Y que se nos permita la permanencia en nuestro campamento original, sin miedo a posibles reminiscencias de lo sucedido esa noche y con la posibilidad de tener reuniones y debates apropiados con las distintas representantes del Rectorado para llegar alcanzar nuestro objetivo último, que estamos convencidas de que será el mismo que el de ustedes, detener la participación de esta institución en un genocidio, mediante la ruptura de relaciones con empresas israelíes, universidades de Israel y empresas que financian el genocidio. La promesa de no iniciar futuras relaciones con estas entidades. La declaración de esta universidad como un especio libre de apartheid. Y por último el inicio de relaciones internacionales con universidades palestinas, con el fin de financiar e impulsar la cultura palestina en todo el territorio español.
Cordialmente a pesar de las circunstancias,
Asamblea Estudiantil GARA y Campistas Solidarias por Palestina