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¿Es Intersindical Canaria un sindicato “revolucionario”?

Soy consciente que este artículo no va a ser muy bien visto por muchos compañeros independentistas y que probablemente me caerán más críticas que aplausos, pero creo que ya es hora de desmitificar a esta organización que nace al amparo de las luchas obreras de los 70 y 80 del siglo pasado y que a veces da la impresión de que han cambiado la bandera de las siete estrellas por la amarilla del vaticano.

Quiero empezar explicando de donde surge la necesidad de organizarse de la clase trabajadora.

¿Cómo surge el sindicalismo?

El sindicalismo surge como respuesta al proceso del llamado «revolución industrial» del S. XVIII donde el sector empresarial y capitalista trataba de obtener el máximo beneficio económico sin importar el bienestar de sus operarios.

Durante la revolución industrial mujeres, niños y hombres trabajaban largas jornadas de 14 a 16 horas diarias en condiciones insalubres. Eran trabajos que desgastaban sus cuerpos y mentes. Los salarios apenas alcanzaban para un mal alimento diario y muchas veces ni para eso. Si un trabajador o trabajadora se enfermaba o decaían sus fuerzas, se le despedía de inmediato. No se podía reclamar porque se perdía el trabajo. La clase trabajadora no tenía derechos ni garantía sociales. El presente se vivía sin esperanza. La clase trabajadora era explotada hasta el extremo. Sobre esta explotación se desarrollaron las primeras etapas del capitalismo. Pasaron decenas de años y la situación no cambiaba. Ni los gobernantes ni los capitalistas hacían nada.

Cansada de años de sufrimiento, la clase trabajadora decide reaccionar contra la explotación, y en las primeras décadas del siglo XIX surgen organizaciones permanentes de trabajadores, dirigidas y organizadas por ellos mismos. Durante todo este siglo, con altos y bajos, se consolida un fuerte movimiento obrero. Así surgieron las organizaciones sindicales.

¿Cuáles son los objetivos de los sindicatos?

1) Un salario justo.

2) Mejores condiciones de trabajo.

3) Empleo estable para toda persona

4) Mejoramiento de las reivindicaciones sociales y económicas

5) La permanente democratización de la sociedad.

6) Respetar y hacer valer los principios del sindicalismo.

Los principios son las reglas fundamentales que orientan el comportamiento de las organizaciones. Si se rompen o no se cumplen, la organización pierde su identidad y se debilita; entonces, cada vez le es más difícil lograr sus objetivos. De esa forma pierde credibilidad ante los trabajadores y trabajadoras y ante la sociedad.

Existen al menos 9 principios fundamentales que todo sindicato debe respetar. Podemos enunciarlos de la siguiente manera:

-Libre

-Independiente

-Democrático

-Participativo

-Unitario

-Responsable

-Realista

-Solidario

-Económicamente autónomo

Si bien estos son los objetivos y principios de toda organización sindical a nivel genérico, cada territorio, comunidad o país tiene que tener en cuenta sus propias específidades, y en Canarias no se puede hacer sindicalismo sin tener como referente el hecho colonial del Archipiélago. Por lo que todo sindicalista debe aspirar no sólo a defender los intereses de todos los trabajadores y trabajadoras  canarios, la mejora constante de sus condiciones de vida y trabajo, de cultura, enseñanza, vivienda, sanidad,  etc., sino que además debe aspirar a la defensa de los derechos nacionales canarios, autodeterminación y soberanía nacional. Aspiraciones que en la actualidad recoge Intersindical Canaria en sus estatutos…

¿Cuál es la función de una organización sindical? 

Si bien los objetivos de un sindicato son los de luchar por mejoras salariales, condiciones aceptables, etc., la verdadera función de una organización sindical revolucionaria es la de TRANSFORMAR la sociedad. Para ello es necesario su implicación en la vida activa de la política; no se trata de que tenga que participar en elecciones políticas, sino que participe activamente en todas aquellas cuestiones que afecten a la sociedad en general. En un momento como el actual donde el capitalismo está en una fase de agonía y sus coletazos van directamente contra la clase trabajadora, son esas organizaciones sindicales las que han de organizar a la clase trabajadora para evitar en lo posible que esas medidas neoliberales que la clase política nos quiere imponer se lleve a cabo.

¿Qué ocurre con Intersindical Canaria?

Con I.C. ocurre que si bien recoge en sus estatutos congresuales todo este aspecto teórico en la práctica los incumple todos o casi todos.

– Nula formación ideológica en sus cuadros.

– Incumplimiento de sus principios ideológicos.

– No es económicamente autosuficiente, ya que recibe subvenciones económicas.

– Nula rotación de sus dirigentes (quedan en sus puestos hasta la jubilación)

– Escasa participación en la vida política canaria. Todo proyecto que se propone la oligarquía se lleva a cabo sin resistencia alguna: Tranvía, Puerto de Granadilla, privatización del transporte público. En la década de los 90 y siendo Adán Martín presidente del Gobierno de Canarias llevó a Bruselas un documento con el título: «LIBRO BLACO DEL TRANSPORTE EN CANARIAS»  en el cual se expresaba las intenciones de aquel gobierno con respecto al transporte público en Canarias y que se recogía en 5 puntos esenciales:

1) Homogenización del transporte en las regiones europeas.

2) Liberación del mercado.

3) Red integrada transeuropea.

4) Aplicación de soluciones «sostenibles» para no hipotecar el futuro.

5) Fomento del transporte público.

Demostrando en este documento la clara intención del gobierno de privatizar todo el transporte público en Canarias ¿Alguien ha oído a IC plantear una discusión sobre estas intenciones? El único colectivo que habló de este tema y que IC puso oídos sordos fue el boletín sindical «La Pintadera», boletín que nace en el sector de guaguas.

– Usurpación de la actividad política o social de otras organizaciones. Como ejemplo la concentración de jubilados del pasado 22 de febrero, que en lugar de organizar ellos la jornada de lucha, inundan la concentración de banderas con sus siglas quedando a la vista de los participantes que era IC quién organizaba el acto.

En un momento como el actual, que comparativamente nos lleva a los principios de la era industrial, es decir al S. XVIII: salarios de hambre, desahucios masivos, ley mordaza, privatización de sectores vitales como son la sanidad y la educación, leyes que van contra la dignidad humana, se hace necesario para los y las trabajadoras una forma de organización que no esté bajo el control de personas indignas como son estos que rinden pleitesía a la oligarquía.

 

 

Fructuoso Rodríguez Morales 

 




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