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Incendio forestal de Tenerife

Este incendio nos tiene que servir para decidir de una vez como sociedad qué consideramos importante y si de verdad queremos vivir en una Isla que se degrada por momentos y donde las condiciones de vida son cada vez peores

Los expertos llevaban tiempo advirtiendo que iban a venir incendios de mucha más virulencia y potencia destructiva

En una Isla de más de un millón de habitantes y muchas zonas de interacción entre el monte y áreas habitadas, con mucho suelo rústico abandonado, una carencia importante de programas de educación cívica y ambiental, carencia de medios materiales y personales para proteger y sancionar, casi cinco millones de turistas al año y un contexto de incremento de las temperaturas y ausencia de precipitaciones, un incendio de estas características tenía que llegar más pronto que tarde en Tenerife.

Un incendio iniciado por tercera vez en Chivisaya, Candelaria, este verano, está destruyendo un espacio natural de capital importancia para la Isla, como hábitat de una rica biodiversidad, como captador de aguas que alimentan nuestros acuíferos y por tanto nuestras galerías y pozos, como generador y protector del suelo, uno de nuestros recursos más escasos.

Hoy todos los tinerfeños y canarios, somos más pobres porque estamos perdiendo una parte importante de nuestro patrimonio natural, el más valioso que tenemos.

Este incendio nos tiene que servir para decidir de una vez como sociedad qué consideramos importante y si de verdad queremos vivir en una Isla que se degrada por momentos y donde las condiciones de vida son cada vez peores.

Hoy es el fuego, el humo y las pavesas, ayer fueron las microalgas, otro día los colapsos circulatorios, cada día las listas de espera en sanidad, los actos incívicos, la masificación y el deterioro de los espacios naturales protegidos, la ocupación salvaje de suelo por nuevos proyectos turísticos o la implantación de energías renovables que destruyen lugares de gran valor en los que se sitúan’, o los vertidos que cada día envenenan nuestro mar o nuestros acuíferos.

Hoy y mientras dure el incendio toca arrimar el hombro y apoyar todo lo que podamos al operativo de extinción de incendios y los afectados.

Cuando esto termine, toca levantarse y decir de una manera clara y terminante que no queremos este modelo de Isla que nos lleva a la ruina total, social y ambiental.

 

Fundación Telesforo Bravo Juan Coello

 

Fuente: página oficial de la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello (Facebook).

 

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