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La matanza de cabras guaniles significa el fracaso de todas las políticas agropecuarias de las Administraciones canarias. ¿Lo siguiente es acabar con la ganadería tradicional?

…Caramba, sabía que comían plantas autóctonas, que se metían en los sembrados, que asustaban a quien se las encontrara de repente por los caminos (Espero que los hayan llevado a santiguar…) pero desconocía que también causaran destrozos en los cuartos de aperos de bloques y cemento. ¿No serán cabras legionarias y no guaniles, cabras con “hilti o mandarria…”?” Si se sabe más o menos de quienes son… ¿Se ha intentado enfocar la solución por ahí?

La historia es un concepto que engloba no solo lo acontecido en décadas pasadas, ni la tradición oral o tamusni son cuatro cuentos de viejos. A pesar de que se sabe que en cada menceyato había un número indeterminado de ganado guanil como estrategia de supervivencia ante hambrunas originadas por sequías, epidemias entre el ganado u otras contingencias, a pesar de que la tradición oral es aquella cuyos relatos han sobrevivido al paso del tiempo y tienen una conexión histórica o arqueológica, en todo caso empírica (caso contrario son solo historias de gente mayor con la importancia que cada cual les pueda otorgar), enfocar el tema de las cabras asilvestradas de Anaga/ Canarias desde una óptica romanticista, bien sea por cuestiones de costumbres ancestrales, bien por un cándido romanticismo rural, no solo no soluciona nada sino que además agrava el problema y es pernicioso para la conservación de Anaga (cabras asilvestradas, el ganado guanil era otra cosa).

No todos los argumentos son validos, ni todos los enfoques y puntos de vista sirven para encontrar la solución a todo este despropósito del ganado asilvestrado. Debemos reconocer ante la existencia de estos animales el fracaso de las políticas agropecuarias en el campo canario, que propician no solo el abandono del campo sino la dejadez y despreocupación de alguna gente. El fracaso del agro canario debe buscarse en otra dirección y no culpar también a las cabras. Basta que cualquiera mire el listado de precios de Mercatenerife o Merca Las Palmas y comprobar personalmente a que precios se le paga al productor lo que cultiva. Es la falta de rentabilidad, el mucho trabajo y poco rendimiento económico lo que ha hecho que se abandone el campo, seamos serios y dejemos las incoherencias envueltas en verdades parciales.

El problema de la existencia de cabras asilvestradas es única y estrictamente legal. Como sociedad moderna y civilizada, nos hemos concedido a nosotros mismos unas normas de funcionamiento y comportamiento, en forma de leyes y reglamentos que regulan y dirigen todos los aspectos necesarios para la coexistencia y la vida de cada persona y o actividades. ¿Estamos ante un vacío legal? En absoluto; puede que a nivel insular, los ayuntamientos y especialmente los cabildos hayan “descuidado” el tema de identificar a cada animal con su dueño, pero el Gobierno de Canarias ha legislado al respecto. ¿Está contemplado este problema en la Ley Canaria sobre tenencia de animales? Si, la Ley prevé que pueda darse esta circunstancia (Asilvestramiento de animales, etc.) y determina como debe ponérsele solución.

Luego si estamos ante un problema previsto en nuestro “corpus legal” y las soluciones se encuentran también previstas en él ¿Por qué el empecinamiento en solucionar las cosas a tiros contraviniendo la Ley Canaria sobre animales? Ciertamente no solo resulta paradójico, sino que la cuestión induce a pensar que “hay algo más” que no se quiere decir.

Lo siguiente ¿Qué será? ¿Legalizar solo el ganado estabulado? ¿Introducir algún apartado draconiano en la regulación de venta del queso y animales para consumo que solo pueda consumirse el ganado proveniente de granjas? Lo digo porque con tanto territorio sujeto a normativa de conservación como tenemos y es una vieja aspiración de los sectores conservacionistas más radicales… (digo conservacionistas, no ecologistas, estos son otra cosa me parece…).

Lo he dicho siempre, si por los órganos cualificados, por la ley  medioambiental que proceda, de acuerdo a lo dispuesto por ella y consultados los técnicos pertinentes (hombre, mire Ud., que sean los de la misma empresa que va a hacer las obras no es ni estético ni ético), se determina que la existencia de cabras asilvestradas (que al parecer son cabrones…) es perjudicial para el medio natural y el medio humano, pues se quitan y ya está, se acaba con el problema. Pero hágase como dice esa misma ley canaria sobre animales con que, como sociedad civilizada que somos, nos hemos dotado para garantizar que incluso aquellas partes perjudicadas por esto alcancen cierta compensación y dignidad, sean personas o animales.

Aquí no estamos hablando de ensoñaciones arquetípicas ni de idílicas estampas agrestes propias de los Alpes de Heidi, sino de paradójicos y contradictorios llamamientos al incumplimiento de unas leyes para hacer cumplir otras leyes, con contumacia además… Mientras en Anaga hay unas mil y pico especies de flora, menos de la mitad son autóctonas, y entre las mayoritarias introducidas hay muchas asilvestradas que resultan una plaga que amenaza con acabar con nuestros Ecosistemas primigenios (Rabo de Gato, crásula multicava, crásula pseudo-lycopides, Myoporum laetum y tantas otras) Hay conejos que también comen flora vascular autóctona y casi nadie chista… ¿Qué tienen contra las cabras? ¿Por qué para solucionar un problema previsto en la Ley hay que incumplir esa Ley? ¿Se intenta ocultar algo tras las cabras?

 

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga

 

 

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